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Los empleados del supermercado de El Corte Inglés del Paseo de Zorrilla, en Valladolid. Ramón Gómez
Coronavirus en Valladolid: Súper necesarios y en primera fila

Súper necesarios y en primera fila en Valladolid

Las cadenas alimenticias han triplicado su trabajo, con el perfeccionamiento de la venta 'on-line' como gran reto en los últimos días

Juan J. López

Valladolid

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Domingo, 29 de marzo 2020, 08:02

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Desde mucho antes del confinamiento, del estado de alarma y de que el mundo se pusiese del revés por el coronavirus, el sector alimenticio en España ya se había convertido en uno de los pilares sobre el que se sustentaba todo. «En nuestro país, ir a la compra era en muchos casos una cuestión de gustos», coinciden desde El Corte Inglés y Gadis, dos de esas grandes cadenas que estos días multiplican su actividad y redistribuyen personal para «cumplir con las necesidades» de la sociedad.

Tres turnos a la jornada para abastecer, reponer, colocar... Y enviar. Sí, enviar, porque en centros como el supermercado de El Corte Inglés, en Valladolid, la compra 'on-line' ha obligado a modificar horarios y «triplicar el esfuerzo», explican desde el centro vallisoletano.

Al personal habitual de este área del establecimiento del Paseo de Zorrilla se han sumado en los últimos días otros trabajadores cuyo puesto estaba en la zona de cosmética, de electrónica o de moda, entre otros departamentos. El es caso de Abigail Gijón, quien desde hace unos días inicia su jornada mucho antes de que el sótano del establecimiento del Paseo Zorrilla abra sus puertas a los clientes, en un trabajo cuya exposición al público es mucho menor a la que está acostumbrada. «Más a la sombra, pero importantísimo ahora mismo», interrumpe uno de los responsables de la logística del supermercado, que carpeta en mano, revisa los pedidos y va pasándolos según se completan las bolsas de la compra en las líneas de caja. «Los clientes son legión», bromea otro empleado ajeno al supermercado, pero que junto a Abigail, cierra el pedido con la misma sonrisa con la que vendía trajes de moda de una conocida marca italiana en la segunda planta de El Corte Inglés. La diferencia es que ahora una mascarilla oculta un gesto que pocas veces más puede repetir a lo largo del día.

En El Corte Inglés, antes de acceder al establecimiento alimentario, el cliente debe portar guantes y entrar de forma individual.
En El Corte Inglés, antes de acceder al establecimiento alimentario, el cliente debe portar guantes y entrar de forma individual.

Son las 10:00 horas, y los pedidos se complican. El supermercado abre sus puertas y ya hay al menos diez personas que, separados por dos metros de distancia –todas con mascarilla o prendas que la simulan–, esperan su turno para ingresar en el establecimiento. David y Manuel se aplican para que todas ellas guarden la distancia, cojan los guantes de plástico de la entrada y, si pueden utilicen el gel desinfectante. «Son los nuevos tiempos. La compra no debe afrontarse ya como un 'hobby', sino como un desplazamiento de necesidad, al que hay que acompañar de una lista de la compra y moverse con agilidad para realizarlo todo en el menor tiempo posible», explica Isabel del Amo, secretaria de la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados que operan en Castilla y León (Asucyl).

La compra a domicilio de los sanitarios es una de las que más reconfortan a los empleados del supermercado

En el interior del centro, entre los pasillos, los empleados del supermercado se emplean ahora para buscar los productos con los que sellarán los pedidos. Como si del juego del tesoro se tratase adquieren cajas de cereales, conservas, botes de legumbres...

Un aplauso especial

El cuidado y la higienización de todas las zonas son otro de los focos diarios. Se observa en el trato que le dan Javier Urizarna y Mayte Rodríguez a la sección de frutas y verduras. Es en la recogida de una bandeja de manzanas «de esas verdes intensas», en las que la conversación revela que el pedido es uno de los incluidos para personal sanitario, que cuenta con preferencia en el centro del Paseo Zorrilla. La satisfacción es evidente en los trabajadores, con un trato casi reverencial hacia cuatro manzanas cuyo significado supera lo meramente alimenticio, el simple pedido... «Es nuestro particular aplauso de las 20:00 horas», admiten desde la línea de cajas, que ahora ya funciona de manera espaciada con los primeros clientes, ajenos al vaivén de los pasillos y al auge del comercio electrónico.

Javier Urizarna y Mayte Rodríguez reponen de productos la parte de frutería del supermercado.
Javier Urizarna y Mayte Rodríguez reponen de productos la parte de frutería del supermercado.

Durante las primeras semanas de las crisis provocada por el coronavirus, los supermercados reforzaron con personal las líneas de cajas y el servicio de reposición de productos, como admiten tanto de El Corte Inglés como desde la cadena Gadis. Sin embargo, tras decretarse el estado de alarma, la venta a domicilio, desbordada y con lista de espera, ha redirigido el esfuerzo hacia este área «en la que sigue habiendo mucho trabajo», con lista de espera, que en la mayoría de casos supera la semana y con preferencia para el sector médico y las personas mayores o con problemas de movilidad.

La logística y la forma de reducir el tiempo de espera del cliente «obsesiona» a la dirección de estas grandes cadenas, que, en algunos casos, durante los primeros días llegó a no servir, colapsadas por la demanda. No fue la situación de El Corte Inglés, que ha ido adaptándose, y que sigue «trabajando para recortar los tiempos de espera».

El confinamiento derivado de la crisis del Covid-19 ha obligado a los supermercados a multiplicar como nunca antes la actividad en tiendas y almacenes. Muchos vallisoletanos están optando por pedir la compra a través de Internet, pero la capacidad de las tiendas para, de repente, cubrir bien este pico de demanda inusitada es limitada y muchas cadenas, o han suspendido este servicio, porque no lo pueden ofrecer con garantías o están dando prioridad a las personas que verdaderamente no pueden salir a la calle.

El comercio en línea o 'ecommerce' ha crecido en estas semanas un 13%. Según los datos facilitados por la firma Nielsen, en las dos semanas posteriores a las primeras medidas de confinamiento las ventas en los supermercados crecieron un 11,7%. Todas las cadenas aprobaron la semana pasada medidas de seguridad en sus tiendas (control de aforo, reducción de horarios, medidas de seguridad...). «Todo está muy controlado, incluso aquí que tenemos turnos», afirma Cristina, que se encarga de la comida ya cocinada para llevar y que observa como los usuarios se separan con más de dos metros de distancia. Lo mismo ocurre en la carnicería y la pescadería, donde el dependiente se mueve por una largo mostrador, para servir a unos y otros. «Es lo que toca. Es nuestra forma de contribuir a todo esto», concluyen.

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