Valladolid

La Seguridad Social impide a un padre fraccionar el permiso por nacimiento

«Me siento perjudicado e indefenso», explica Álvaro acompañado por Beatriz, con un gesto en el que puede adivinarse un trayecto en el que ha pasado de la estupefacción a la indignación y a la incredulidad para terminar en la determinación de que va «a hacer todo lo que haga falta» para lograr su propósito. «Todo han sido trabas hasta ahora, da la impresión de que algunas de las cosas que he tenido que hacer están pensadas para que acabe renunciando, pero no lo voy a hacer», asegura.

Álvaro se encontraba en el paro cuando nació su hijo, si bien había superado una entrevista laboral en una empresa de sistemas de riego en la que iba a comenzar a trabajar el 15 de febrero. La Seguridad Social establece que, en el caso del padre, las 16 semanas de prestación se pueden dividir de la siguiente manera: las seis primeras deben cogerse obligatoriamente de forma ininterrumpida nada más producirse el parto (o adopción); mientras que las diez semanas restantes se pueden disfrutar de forma fraccionada en periodos semanales, de forma acumulada o interrumpida, dentro de los 12 meses siguientes al nacimiento.

«Con las seis primeras semanas no hubo problema -explica-. Cuando estás desempleado tienes derecho a la prestación y la Seguridad Social se hizo cargo del pago. El problema vino después».

La primera etapa del 'calvario' fue la de la cita previa. «Fue imposible. Ni por teléfono ni por internet. Uno, dos tres días... Al final opté por tramitar la solicitud de manera telemática, un sistema en el que te ves a merced de la pantalla, sin una persona que te atienda. Por ejemplo, uno de los documentos que me exigían aportar era un certificado de la empresa, pero yo no tenía tal cosa porque estaba apuntado al SEPE».

Por necesidades de la producción de la empresa en la que trabaja debía cogerse las diez semanas que le faltaban por disfrutar divididas en periodos de siete días en la segunda mitad del año, un supuesto que está explícitamente reconocido en la ley. «En algún punto de la tramitación online el INSS interpretó que ya había disfrutado el permiso y me lo denegó».

De nuevo tuvo que armarse de paciencia para obtener una cita presencial. Cuando la obtuvo pudo añadir una nueva experiencia a su periplo. «A día de hoy he ido ya infinidad de veces a la calle Boston (donde se encuentra la sede de la Seguridad Social) y me he encontrado con todo tipo de funcionarios. Algunos me han tratado con empatía y han recogido la documentación que he ido aportando con profesionalidad e, incluso, me han dicho que estaban de mi parte. Pero no puedo olvidar el trato de aquel primer funcionario que plantó el papel con la resolución en la mampara y me espetó: ¿es que no sabes leer?», evoca Álvaro.

Llevó entonces el caso el departamento jurídico de CC OO. Presentaron una demanda en octubre de 2021 en el Juzgado nº 5 de lo Social de Valladolid, que en noviembre de 2022 resolvió que Álvaro tenía «derecho a disfrutar los 67 días restantes de la prestación» y «condenaba» el proceder del INSS y la Tesorería de la Seguridad Social. Tuvo entonces que esperar el plazo que la ley otorga al organismo para recurrir la sentencia, pero éste no lo hizo, de modo que el 17 de enero de 2023 la resolución judicial pasó a ser firme.

«Con la sentencia en la mano volví a la pesadilla de la cita previa y, aunque entonces no podía imaginarlo porque esperaba por fin poder cogerme el permiso, volví a recibir una respuesta de la Seguridad Social que encuentro inadmisible», cuenta.

«Primero me dijeron que mi caso estaba en la Subdirección y que me llamarían desde allí. Pasaron los días y no hubo llamada. Tuve que pedir otra cita para que me recibieran y, para mi sorpresa, me vuelven a decir que tengo que cogerme los 67 días de forma continuada. Hacen caso omiso a una sentencia firme que crea jurisprudencia, al parecer porque en ella no se detallan los periodos concretos que yo plantee en el juzgado«. «Sostienen -continúa- que mi caso es un permiso dentro de un supuesto de reincorporación al puesto de trabajo. ¡Pero si estaba el paro!».

Llegó entonces otro de los sucesos que tiene grabados a fuego. «No puedo cogerme los días seguidos, necesito fraccionarlos o me va a costar el puesto de trabajo, les dije. 'No es nuestro problema', me respondieron».

Álvaro se declara «dispuesto a batallarlo hasta que el niño tenga 19 años, si es preciso». «En realidad habría necesitado el permiso cuando el niño era recién nacido y ahora ya no me resulta tan útil, pero todo esto me parece tan delirante que no pienso tirar la toalla y voy a seguir hasta donde haga falta», afirma mientras mira al pequeño Ian, que ya corretea y empieza a decir sus primera palabras.

«Ahora estoy en otro paso también bastante curioso. Tengo que presentar un certificado de la empresa con el acuerdo de las fechas de los permisos. No se pueden presentar de forma telemática y hay que hacerlo presencialmente. Como son nueve periodos fraccionados tengo que hacer nueve visitas al Registro», narra como si fuera solo un paso más hacia una victoria que está decidido a obtener.

«La postura de la Seguridad Social no la entiendo se mire como se mire -señala-. Ya cojas el permiso todo seguido o partido, la prestación es la misma, al INSS no le cuesta más por fraccionarlo y la única que podía verse perjudicada, que es la empresa, está conforme. No tiene sentido».

Así que estos días vuelve a estar «de abogados». «Menos mal que estoy afiliado, porque si encima me cuesta dinero, habría sido ya el no va más», ironiza. «Vamos a volver al juzgado para solicitar una resolución adicional de cumplimiento de la sentencia que haga transigir a la Seguridad Social. Con suerte este año por fin me darán la razón», señala, optimista. Porque la esperanza no la ha perdido y las ganas de que «se haga justicia» solo se han acrecentado.