La Mudarra
El vecino que devolvió 1.500 euros que se encontró en unas fiestas: «Lo que no es tuyo, no es tuyo»David Pérez, de Peñaflor de Hornija, entregó el dinero a la Guardia Civil y acabó en manos de su dueño, Miguelón, hostelero de La Mudarra; el gesto ha acabado sellando una nueva amistad
«Aquí tienes un amigo para toda la vida». Así recibió el hostelero Miguel Valverde Frutos, más conocido como Miguelón, a David Pérez Zurro, un ... vecino de Peñaflor de Hornija que hace unas semanas encontró y devolvió los 1.500 euros que él había perdido durante las fiestas de La Mudarra.
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Este lunes se vieron por fin cara a cara, sin más pretensión que saludarse y compartir un café. Fue un encuentro natural y sencillo, pero de los que dejan huella. Miguelón y David charlaron como viejos conocidos en el bar La Plaza de La Mudarra y recordaron cómo se extravió y apareció aquel dinero que tanto revuelo había causado. «Todo ocurrió el 26 de julio, durante la celebración de una macrodiscoteca en la que actuaba Selvátika. Había muchísima gente, probablemente más de mil personas y yo puse una barra portátil de bar en el campo de fútbol del pueblo. Cobraba los tickets de las consumiciones e iba guardando el dinero en latas de refresco, que previamente corto con una maquinita que compré por Aliexpress —explicaba Miguel—. En una metía los de 10, en otra los de 20 y… los de 50 los guardaba en la cartera. Con el jaleo de la macrodisco, una de las latas se debió caer al suelo y desapareció. Pasé dos días sin dormir del disgusto», explicaba el hostelero de La Mudarra.
David escuchaba y asentía, porque fue él quien encontró aquella lata. «Eran las cuatro de la mañana. Yo había ido a recoger a mi hijo de la fiesta y me aparté un poco de la música porque me molestaba. Y allí, a unos metros de la barra, me llamó la atención una lata de color rosa. Era muy llamativa y no sé si fue un reflejo de la luz o qué, el caso es que me pareció ver que asomaba un billete, pero la guardé sin más en el bolsillo de la chaqueta. Ni me di cuenta hasta la tarde siguiente, cuando fui a coger la chaqueta del maletero del coche. Cuando vi lo que había dentro, me quedé helado», reconoce.
Su primera reacción fue humana. «Pensé, madre mía, ¡qué rico soy! Pero me duró treinta segundos. No era mío. Y, además, lo tenía clarísimo. Tal y como estaba el dinero colocado, con todos los billetes de veinte bien ordenados, eso solo podía ser de la barra de la fiesta. No había otra», cuenta. Así que decidió llevarlo al cuartel de la Guardia Civil de Zaratán de inmediato. Lo hizo, dice, por una razón muy concreta. «Quería dar ejemplo a mis hijos. Que vieran que lo que no es tuyo, no es tuyo. Que se devuelve. Para mí era importante que ellos lo vivieran. Que aprendan que hacer lo correcto, aunque nadie te vea, es lo que marca la diferencia», relata este peñaflorino de 47 años que trabaja desde hace 25 años, en el área de mantenimiento industrial de Horse.
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La Guardia Civil enseguida comenzó con las indagaciones y pronto contactaron con Miguelón. «Me llamaron para preguntarme por el día de la fiesta. Yo sinceramente, pensé que me iban a denunciar por alguna cosa. Yo, no les quería decir que había perdido el dinero porque no quería quedar como un tonto. Al final, después de mucho preguntarme, se lo conté. Les describí la lata y les dije la manía que tengo a la hora de colocar los billetes. Cuando me dijeron que la lata había aparecido, no me lo podía creer», confiesa el dueño del Bar Miguelón, que recibió los 1.500 euros por parte de la benemérita, el pasado 19 de agosto.
Javier y Celia Pérez, los hijos de David, de 16 años y 14 años, presenciaron el encuentro entre su progenitor y Miguelón. «Nuestro padre ha tenido un gesto muy bonito. Lo que ha hecho es muy noble. Él siempre nos dice que la honradez se aprende en casa y esto es muy buen ejemplo», decía Javier. «Siempre nos han enseñado que lo que te encuentras hay que devolverlo. Nos están educando para ser buenas personas. Estamos muy orgullosos de él», añadía Celia.
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Miguel, emocionado, no dejaba de agradecer el gesto. «Lo que ha hecho David no lo hace cualquiera. Yo siempre dije que no me lo habían robado, que lo había perdido yo. Pero mira, hay gente buena. David me ha devuelto la vida. Y ahora, además, he ganado un amigo». «Yo estoy tranquilo, mis hijos han aprendido una lección y Miguel tiene su dinero de vuelta. ¿Qué más se puede pedir?», resumió David. «Lo que se puede pedir —contestó Miguelón entre risas— es que el año que viene os vengáis a la fiesta, de nuevo, que, por mi parte, tendréis la barra libre garantizada», prometió.
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