Mucientes sobresale con su fiesta del vino

En la mañana del domingo, la localidad de Mucientes se vistió de largo y de rosado para celebrar su gran día, el de la Fiesta del Primer Vino, que cumple su XIV edición. Este evento ha servido para que las bodegas locales dieran a probar a vecinos y visitantes sus vinos rosados de la cosecha del 2022. Fue una magnífica remembranza de la vieja usanza de los vinateros del pueblo, que antaño abrían sus bodegas para dar a probar a sus vecinos los primeros caldos del año, antes de que éstos salieran a la venta.

El periodista Florencio Carrera Castro, director de La 8Valladolid de CyLTV y esRadio Castilla y León, fue el encargado de dar la bienvenida a esta nueva entrega de la fiesta, que contó con la participación de nueve bodegas mucenteñas: Amalio del Pozo, Andrés Herrero e hijos, Hermanos González López S.L, Hijos de Marcos Gómez, Hijos de Rufino Iglesias, San Antón, Sinforiano, Traslanzas y Valcigal, bodega, ésta última, de reciente implantación en Mucientes y que presentó en primicia su primer rosado. El maridaje fue perfecto. Se eligió para la ocasión el queso de la Quesería Artesanal de Mucientes y la cecina de la Indicación Geográfica Protegida Cecina de León.

El punto álgido de esta gran fiesta fue la Subasta de la Taza. Una antigua tradición que data de 1615 y que se recuperó este domingo tras más de medio siglo sin celebrarse. La taza de plata es símbolo y emblema de este municipio. Fueron los bodegueros pujaron por ella, siendo el decano de ellos, Andrés Herrero, el que se ha hecho con la puja, tras el pago de 4.700 de las antiguas pesetas (28,24 euros). Fue obsequiado, además, con un grabado de edición limitada obra del artista Ángel Martínez Camazón, que representa la taza de la correduría del vino, los maravedíes que el concejo de Mucientes pagó al comprar el derecho del impuesto del vino, mosto y vinagre y las pesetas por las que salía a subasta anualmente el derecho a vender el vino de los bodegueros y las cepas con su fruto. Fue el vecino Isaac Santillana el encargado de dirigir la puja, quien se mostraba muy ilusionado por tal honor. «Es una tradición muy antigua del pueblo y que pensaran en mí para este cometido, es todo un orgullo. Antiguamente era un impuesto muy importante para el pueblo», señaló este mucenteño.

«Desde el año 1615, el ayuntamiento de Mucientes sacaba anualmente a subasta la explotación de la denominada 'correduría del vino', un impuesto municipal que gravaba el mosto, vino y vinagre que salían fuera de la población. Quien ganaba la puja recibía la taza de plata, antecedente del actual tastevin de los sumilleres, y que servía para comprobar la calidad y, sobre todo, la limpieza del vino. La taza de Mucientes es una taza de plata de forma octogonal con dos asas en forma de voluta. Desde mediados del pasado siglo XX, la puja no se celebraba, sin embargo, la taza era entregada al alcalde del municipio en su toma de posesión como muestra simbólica de la importancia que el vino ha tenido históricamente», explica Gloria Martín, responsable de la oficina de Turismo.

Ente las personalidades asistentes al evento, se encontraban el presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, el vicepresidente de la institución, Víctor Alonso, el diputado nacional Julio del Valle, el portavoz del PSOE en la Diputación de Valladolid Francisco Ferreira, la subdelegada del Gobierno en Valladolid, Alicia Villar, además de alcaldes y concejales de los municipios de La D.O. Cigales; En representación del Consejo Regulador de la Denominación de

origen Cigales, acudieron Raúl Escudero y Alicia Clavero Bocos, también el presidente y directora técnica del Consejo Regulador de la IGP Cecina de León, José Luis Nieto Martínez y Raquel Factor; el gerente de la Ruta del vino Cigales Miguel Ángel García Velasco; así como empresarios y vecinos tanto de la localidad como de pueblos vecinos.

Durante la jornada, el Aula de Interpretación de las Bodegas, gran recurso ecoturístico local, permaneció abierta para recibir a un centenar de visitantes dispuestos a conocer la riqueza etnográfica, tanto del municipio como de la región, la arquitectura popular, la elaboración tradicional y artesanal del vino en una pequeña localidad castellana, incluyendo su significado social y económico.

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