Valladolid
Mayorga será en 2026 el centro del Año Jubilar Diocesano de la SantidadLa Santa Sede ha concedido este jubileo en el tercer centenario de la canonización del mayorgano Santo Toribio de Mogrovejo
El tercer centenario de la canonización del mayorgano Santo Toribio de Mogrovejo nos va a permitir, gracias a la concesión de la Santa Sede, celebrar ... en 2026 un Año Jubilar de la Santidad». Son las palabras con las que este lunes el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, anunciaba la concesión en la Catedral de Valladolid durante la homilía de la solemne misa pontifical de la Virgen de San Lorenzo, en unas palabras en la que señaló que el Año Jubilar «tendrá como centro a Mayorga y la Tierra de Campos».
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Desde el Arzobispado de Valladolid se ha expresado la alegría por la concesión de ese Año Jubilar Diocesano de la Santidad con motivo del III Centenario de la Canonización de Santo Toribio de Mogrovejo, a la vez que se ha comunicado que más adelante se informará sobre el inicio y la programación. Además se ha hecho saber que la Iglesia de Perú celebrará un Año Jubilar con el mismo motivo, «por lo que la Diócesis de Valladolid y la Iglesia de Perú estarán unidas en 2026 por la figura de Santo Toribio de Mogrovejo». El jubileo se inaugurará en Perú con una gran misa al aire libre el 13 de diciembre de 2025 en Zaña, donde se espera la participación de más de 15.000 fieles. Fue en esta localidad donde falleció Santo Toribio. Desde el 2002, la Conferencia Episcopal Peruana entrega las Medallas de Santo Toribio de Mogrovejo, que reconocen los servicios prestados a la Iglesia y a la evangelización en tierras peruanas, siguiendo el camino del gran misionero mayorgano.
Este Año Jubilar era anunciado en Mayorga a los vecinos con un «no sabíamos cuándo podría llegar, o si llegaría, esta gran noticia, que hoy deseamos compartir con todos vosotros». Una noticia que ha sido recibida en la terracampina localidad con gran entusiasmo y alegría «al ser un acontecimiento histórico y de gran relevancia espiritual», en palabras del alcalde, David de la Viuda, «porque somos conscientes de la importancia que supone para nuestro pueblo y para todos los devotos de Santo Toribio», señalando que «no hay mejor manera de honrar a nuestro vecino más ilustre».
El alcalde también explicó que «la figura de Santo Toribio marca el día de cada Mayorgano, viva o no en el municipio es nuestro día a día, siempre cualquier vecino y en cualquier momento se refugia o recoge en él». Por eso, De la Viuda aseguró que «para el pueblo de Mayorga, es una inmensa alegría que el papa nos haya concedido este jubileo». Un Año Jubilar que «será un tiempo de encuentro y de celebración que viviremos unidos en torno a la figura de nuestro santo, orgullo de Mayorga y de toda la Iglesia».
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No es la primera vez que Mayorga recuerda a su santo patrón de forma especial y conmemorativa, como lo hizo en año 1992 coincidiendo con el quinto centenario del descubrimiento de América con distintos actos o en 2006 con el Año Jubilar Diocesano proclamado por Benedicto XVI para conmemorar el cuarto centenario de su muerte.
Este ilustre terracampino nació en Mayorga un 16 de noviembre de 1538, de una antigua familia noble, muy distinguida en la comarca. Hijo de Luis, el bachiller Mogrovejo, regidor perpetuo de la villa, y de Ana de Robledo, a los 12 años estudia en Valladolid gramática y retórica, y a los 21 años, en 1562, lo hace en Salamanca, una de las universidades principales de la época. Felipe II le nombra Inquisidor de Granada; monarca que años después solicita al Papa Gregorio XIII que lo nombrara arzobispo de Lima, aunque aún era laico, nombramiento que se hace realidad en 1579. Tras recibir las órdenes sacerdotales, llega a Lima en 1581 haciéndose cargo de una arquidiócesis que abarca casi toda Sudamérica y Centroamérica hasta su muerte.
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Como arzobispo de Lima convocó entre 1582 y 1583 el III Concilio Limense, en el que se redacta el catecismo en castellano, quechua y aimara (los primeros libros impresos en Sudamérica) y en 1591 fundó el primer seminario de América en Lima. Falleció en el último de sus viajes por el norte peruano en la entonces próspera ciudad de Saña el Jueves Santo 23 de Marzo de 1606.Fue beatificado en 1679 por el Papa Inocencio XI y canonizado en 1726 por el Papa Benedicto XIII. Sus santos restos son venerados en su capilla de la basílica catedral de Lima. Se le considera una de las principales figuras de la evangelización de América, pues luchó por defender a los indios, por bautizarles, recorriendo en mula y otras veces a pie más de 40.000 kilómetros.
El 27 de septiembre de 1752, Mayorga recibía la segunda reliquia del santo. Debido a que durante el avance de la comitiva cayó la noche, los vecinos salieron con teas y antorchas para poder iluminar el camino. Esas antorchas improvisadas eran pellejos de vino en desuso, que se colgaron de varales para iluminar aquella noche, naciendo así lo que hoy se conoce como la fiesta del Vítor. Desde entonces, cada 27 de septiembre, los mayorganos se reúnen a las 10 de la noche en la ermita de Santo Toribio ataviados con ropas viejas, guantes y sombreros, para proteger la piel de la pez que cae ardiendo de sus pellejos colgados de varales. En el año 2003, la Procesión Cívica del Vítor fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Cada 27 de abril, los mayorganos festejan la llegada de los restos del santo desde la localidad peruana de Saña, donde había muerto, a la cripta de la catedral de Lima el 27 de abril de 1607.
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