
Mayorga, la historia contada a través del fuego
Laura Negro
Jueves, 15 de mayo 2025, 19:05
Caminar por Mayorga es recorrer siglos de historia en cada rincón. Iglesias, conventos, calles empedradas y casas solariegas son el mejor testigo de su ilustre pasado y de un presente comprometido con la conservación del patrimonio material e inmaterial. Entre esas joyas es imprescindible destacar la iglesia de Santa María de Arbas, uno de los mejores exponentes de arte mudéjar en Tierra de Campos, también la de El Salvador, el convento de San Pedro Mártir y la ermita de Santo Toribio.
En cuanto a la arquitectura civil hay que resaltar el imponente rollo jurisdiccional. Se trata de una esbelta columna de estilo gótico del siglo XVI que preside una plaza que lleva su nombre y que antaño fue testigo de importantes ferias de ganado. Presenta cuatro ménsulas, coronadas por una especie de templete sostenido por cuatro pequeñas columnas. Merece la pena visitar también el arco gótico-mudéjar de finales del siglo XV, que es el último vestigio que se conserva de la antigua muralla que protegía la villa, dos palacetes, que son la Casa de los Calderones y la Casa de los Canónigos y el buzón de Correos más antiguo de España, que data de 1793 y que puede admirarse en la fachada de una vivienda situada en la calle Derecha. Además, Mayorga alberga el Museo del Pan, único en su género en Castilla y León, que rinde homenaje al alimento más universal, al tiempo que fomenta la cultura y el turismo familiar.
Procesión Cívica del Vítor
En cuanto a las tradiciones mayorganas, hay muchas y muy importantes. La principal se celebra cada 27 de septiembre, cuando las tranquilas calles del municipio terracampino se transforman en un escenario casi místico y muy, muy emocionante. Se trata de la Procesión Cívica del Vítor, una de las más singulares de España, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional que, con su fuego cálido y envolvente recuerda la llegada, en 1752, de la segunda reliquia de Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo y Robledo, patrón de la localidad.
La ceremonia comienza a las diez de la noche frente a la ermita del santo. Allí, el fuego prende los primeros pellejos que, colgados de varales irán iluminando el recorrido. Detrás de ellos, entre humo y cánticos, avanza el Vítor: una tabla cubierta de tela, adornada con flores y elevada en una vara, símbolo del fervor de un pueblo que cada año se entrega a esta cita con alma y cuerpo. El momento culminante llega cuando el Vítor es alzado en el balcón del Ayuntamiento y, al estallido de los fuegos artificiales, la imagen del santo se desvela. Entonces, como si se tratase de una sola voz, los mayorganos entonan el himno a su patrón. La procesión continúa hasta regresar a la ermita a altas horas de la madrugada. Y es que, en Mayorga, el fuego no destruye. Une, calienta y enseña la cara más amable de esta tradición que ha unido muchas generaciones.



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Mayorga es el Vítor, pero también son los encierros, que vienen de muy antiguo. Según consta en documentos municipales, ya se celebraban en el año 1503. Cinco siglos de tradición taurina recorren la calle Derecha, que es el escenario principal de esta fiesta de Interés Turístico Regional y donde tienen lugar los emocionantes cara a cara entre mozos y astados.
Además, cada 12 de julio, Mayorga no olvida a su antiguo patrón, San Nabor, con una misa que se ha estado celebrando en el histórico convento de dominicas de San Pedro Mártir, actualmente cerrado. Allí se conservaba la primera reliquia de santo Toribio, que ahora se guarda en la iglesia de El Salvador.
Entre habaneras y romerías
Mayorga ha sabido conservar y enriquecer su identidad cultural a través de la música, concretamente de las habaneras. Este género musical llegado desde la otra orilla del Atlántico ha encontrado en este pueblo bañado por el río Cea, un lugar ideal para proyectarse al mundo. Todo, gracias a aquellos mayorganos que combatieron en la Guerra de Cuba y que, a su regreso, transmitieron estas melodías de padres a hijos hasta nuestros días. Desde entonces, se ha mantenido vivo ese legado musical que cada verano brilla con luz propia en la Trovada de Habaneras, un festival que pronto cumplirá su 32º edición reuniendo a los mejores grupos del género de toda España.
Calidad gastronómica
La gastronomía es otro de los puntos fuertes del municipio mayorgano. La lenteja de Tierra de Campos con Indicación Geográfica Protegida y el pichón bravío son productos de primerísima calidad, como también lo son los vinos de la variedad prieto picudo que maridan muy bien con la cocina sabrosa y sin artificios que en este pueblo se practica.
Platos de cuchara, la exquisita casquería, los embutidos, asados y dulces artesanos hacen las delicias de vecinos y visitantes que, nunca mejor dicho, se llevan el mejor sabor de boca.
También late el alma festiva del pueblo en la romería de San Antonio, tradición recuperada por la cooperativa ganadera de la localidad. Carros adornados con flores, trajes tradicionales, música y ambiente taurino completan una jornada de convivencia que mezcla la devoción y la alegría.
Mayorga se esfuerza por conservar su legado, mientras avanza para convertirse en un pueblo con futuro. Así lo demuestran las importantes infraestructuras y servicios esenciales a disposición de los vecinos. Todos ellos encaminados a hacerles la vida más fácil y cómoda.
Ejemplo de ello son el centro de salud, el colegio, la biblioteca, las numerosas instalaciones deportivas, la importante red de comunicaciones con León, Valladolid y Palencia y un polígono industrial cuyas condiciones favorecen el establecimiento industrial y comercial. Todo ello hace que Mayorga sea un lugar atractivo para vivir, para visitar y para emprender en él.
David de la Viuda, alcalde: Mayorga, tradición y futuro
Mayorga, en el corazón de Tierra de Campos. Mayorga siempre ocupando un lugar estratégico. Ya en la Edad Media estaba situada entre las fronteras de los reinos de León y de Castilla. Es un municipio con una gran historia, reconocido y habitado desde la antigüedad, que en el siglo II a.C. era conocido como la romana Meoriga, y que hoy, con gran orgullo, nos referimos a ella como nuestra Ilustre Villa de Mayorga. Con todo lo que ha sido y todo lo que sigue siendo dentro de esta extensa comarca de Tierra de Campos, es para mí un honor ser su alcalde y estar al frente de mi pueblo.
Vivimos en un enclave privilegiado, rodeados por el río Cea, que podemos contemplar desde lo alto del municipio, desde nuestro Parque del Mirador. Este río, además de belleza, nos proporciona vida, pues riega nuestros generosos y vastos campos. No en vano somos uno de los pueblos de la provincia con mayor extensión de terreno. Mayorga se encuentra a casi una hora de las capitales de Valladolid, Palencia o Zamora, y a menos de 40 minutos de León. Precisamente por esa lejanía con nuestra capital de provincia apostamos, si cabe, con más fuerza, por el medio rural, por nuestras raíces y por nuestro pueblo. Es cierto que sufrimos la despoblación y, lamentablemente, también sufrimos la pérdida de muchos vecinos debido a la elevada edad de nuestro padrón, pero en ningún caso es estamos dispuestos a dejar que nuestro municipio muera. Somos un pueblo cuya identidad está fuertemente marcada por nuestra fiesta más significativa: El Vítor. Se trata de una fiesta de Interés Turístico Nacional, única en el mundo, que cada 27 de septiembre marca para nosotros el inicio y el fin de un nuevo año. Parece que fue ayer cuando en 1752 llegó la segunda reliquia de nuestro Santo Patrón, dando origen a esta tradición inigualable. Es ese amor por lo que es nuestro, lo que nos empuja a seguir luchando cada año para que El Vítor sea cada vez más reconocido y visitado.
También estamos muy orgullosos de nuestras raíces taurinas, que despiertan un gran interés entre los visitantes y, por supuesto, de nuestra pasión por la música, especialmente por las habaneras que seguimos disfrutando cada año en nuestra Trovada.
Mayorga es un lugar ideal para vivir y para emprender. Contamos con todo tipo de infraestructuras como el consultorio médico, guardería, comercio de proximidad y un polígono industrial abierto a todas las empresas y emprendedores que quieran asentarse aquí.
Tenemos lo necesario para una vida plena en un entorno rural. Vivir en el pueblo es posible y nos hace sentirnos felices y orgullosos, sobre todo, por tener que compartir nuestro día a día con los vecinos a los que conocemos de verdad.
Por todo ello, Mayorga es fuego, es tradición, y queremos que siga siendo futuro. Ese futuro que sabemos que tenemos y que esperamos que muchos se animen a descubrir.
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