El nido de Pingüinos suma nuevos robos y destrozos ante la falta de vigilancia

Si hace un mes quedaba poco por destrozar o llevarse de las maltrechas instalaciones del nido de Pingüinos, ahora será necesaria una remodelación completa del recinto ante la ausencia de vigilancia en las mismas –algo que comprometió el 22 de abril el alcalde, Óscar Puente– fruto del vandalismo y de los últimos robos registrados en los amplios terenos de quince hectáreas situados entre la carretera de Rueda y la carretera de las Arcas Reales, junto a la vía.

El recinto de la antigua Hípica Militar continúa abierto de par en par por tres puntos diferentes del perímetro, dos situados del lado de la vía y un tercero, más reciente, justo detrás de los edificios que acogían las oficinas y servicios durante las concentraciones moteras. De manera que resulta demasiado sencillo acceder a las instalaciones. Y eso es lo que ha continuado ocurriendo durante el último mes.

En estas semanas, desde que el regidor anunció medidas de vigilancia para frenar el deterioro del recinto, los robos han continuado sucediéndose hasta el punto de que a día de hoy prácticamente no quedan ya ventanas que sustraer de la nave principal, que acogía el comedor, y del pequeño edificio de los aseos y duchas. En este último, además, han arrancado recientemente las puertas de los propios baños y destrozado aún más los sanitarios. Unos metros más adelante, en el comedor, sus puertas continúan abiertas también de par en par, una de ellas literalmente arrancada de cuajo, y los huecos de las ventanas lucen descarnados entre los grafitis de las paredes.

En la otra edificación colindante, que estaba pendiente de su rehabilitación y que, en teoría, estaba tapiada, han abierto un butrón para colarse en un interior repleto de cascotes. Allí, al menos, no había nada que robar.

Los daños más llamativos, sin embargo, se aprecian a simple vista en las dos ecoterrazas –aquellas casetas de uso hostelero instaladas que fueron retiradas en 2015 de Recoletos–, en las que han reventado a pedradas las últimas cristaleras que quedaban en estos cobertizos utilizados como oficinas y punto de información para los moteros. En su interior tan solo queda el chasis de las cocinas y latas y botellas que dan fe de la celebración de algunos botellones.

Y todo ello cuando los organizadores de Pingüinos, el club Turismo, han anunciado ya el regreso de la concentración motera dos años después de la última edición, la de 2020, que tendrá lugar entre los días 13 y 16 de enero de 2022 «si las condiciones sanitarias lo permiten».

Las instalaciones del nido de la antigua Hípica Militar, entre tanto, continúan su imparable proceso de deterioro a la espera de la anunciada «solución definitiva» anunciada por el alcalde hace un mes, cuando anticipó que el Ayuntamiento reforzaría la valla, incrementaría la vigilancia (presumiblemente con cámaras y alarmas) y repararía los destrozos causados durante la ausencia de actividades en el recinto desde la celebración de la última concentración motera en enero del año pasado. La pandemia obligaría a suspender la edición de este 2021 y tampoco pudieron celebrarse conciertos u otras citas en los terrenos de la carretera de Rueda. Su perímetro, a menos de ocho meses vista del regreso de las motos, continúa abierto por tres puntos distintos y los robos y los actos vandálicos no cesan.