«El año pasado gastábamos 800 euros al mes en el súper y este casi 1.000»
Luis Nava Ruiz, padre de familia numerosa de 3 hijos de 12, 10 y 6 años
Luis Nava vive en Villanubla y se desplaza a diario hasta Tordesillas, donde trabaja como responsable de logística. A menudo, aprovecha el viaje de vuelta ... para parar en su supermercado habitual. Tiene tres hijos de 12, 10 y 6 años. Ser cinco de familia le obliga a tener que llenar la nevera y la despensa muy a menudo. El jueves por la tarde acudió a su supermercado habitual. Llevaba consigo varios tickets de compra del año pasado para poder comparar la subida de precios. Hablamos con él tras pasar por caja. Sale con el carro lleno y la cartera vacía. «Soy una mina para los supermercados», bromea. «El año pasado gastábamos en torno a 800 euros al mes; este estamos cerca de los 1.000 euros. Eso supone algo más de un 20% de subida en un año. Si lo comparo con lo que gastábamos hace 3 ó 4 años, la subida es de casi el 50%», añade.
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Cuando necesita realizar una gran compra o encuentra alguna oferta especialmente atractiva, hace el pedido de forma 'on line'. «Si son cosas que no caducan, compro bastante cantidad y lo almaceno. Cuando realmente se ve la subida bestial de precios es al comprar los productos frescos y del día a día. Productos tan básicos como la leche, los huevos o el agua mineral, se han convertido casi en un lujo al subir en torno al 30%-40%, y en algunos casos hasta el 50%. En nuestro caso, tenemos un consumo muy alto de leche. Solíamos comprar primeras marcas pero hemos acabado decantándonos por otras más económicas. Los huevos prácticamente han duplicado su precio. Y lo mismo ocurre con otros productos frescos que, comparándolo con los tickets del año pasado, han subido un 30% aproximadamente», dice Luis, quien también ha cambiado de marca de cerveza. «No la considero un producto tan imprescindible. Solía utilizar una primera marca y ahora compro marca blanca si hace falta, o directamente la elimino de la compra», prosigue.
Hay otros productos, como la fruta o las verduras a los que no renuncia. Para él son imprescindibles, suban lo que suban. «Siempre buscamos el ahorro y la oferta y compramos más cantidad para que salga más barato, pero, al final tenemos que apechugar con lo que hay. Esos productos son básicos para nosotros», dice. «La carne la solemos comprar en carnicería, el pescado en pescadería y siempre que podemos compramos en tiendas locales. Tampoco nos importa recorrernos distintos supermercados para encontrar los productos que queremos, si es que son más baratos», informa.
Los productos congelados los compra como «retén logístico» para «un por si acaso». Con los tickets del año pasado, también comprueba que, por ejemplo, los guisantes, han subido en torno al 25%». «El aumento ha sido generalizado porque también he visto otros productos como el papel de cocina que ha subido un 20% respecto al 2022. Así que, con las mismas, lo he dejado y me he salido sin comprarlo», remata.
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