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Los registros municipales han detectado, por primera vez desde 2008, de forma inédita desde que la crisis económica explotó hace más de diez años, ... un incremento de población. La capital vallisoletana ganó vecinos durante los seis primeros meses del año, según los datos recogidos en el padrón municipal. La cifra es pequeñita, apenas 57 personas más. Y el número absoluto además hay que tomarlo con cautela, puesto que estos datos luego tienen que ser cotejados (y corregidos) por el Instituto Nacional de Estadística, que es quien ofrece las cifras oficiales, definitivas, y que siempre son a la baja, puesto que se eliminan las duplicidades en el padrón y se corrigen los cambios de residencia.
Por ejemplo, a 1 de enero de 2018, el Ayuntamiento decía que había 300.211 vecinos en la capital. El INE, después de las revisiones, lo rebajó a 298.866. Son 1.345 menos. Pero, aun con estas precisiones, es la primera vez en once años que el Ayuntamiento detecta en sus registros no solo un freno en la pérdida de población (algo ya constatado por el INE), sino una recuperación en el número de vecinos.
La razón hay que buscarla en el incremento en la llegada de población extranjera. Desde enero, el padrón ha contabilizado el alta de 679 personas procedentes de otros países (3,7 nuevas inscripciones cada día). Esta cifra sería capaz ya de compensar el boquete demográfico que provoca en la capital un saldo natural negativo:en 2018 murieron más personas (3.086) de las que nacieron (1.924). A esto se unió, sobre todo durante los tiempos de la burbuja inmobiliaria de principios del siglo, una expulsión de población (especialmente joven)hacia los municipios del entorno, con Arroyo de la Encomienda a la cabeza, que ha pasado de los 3.635 residentes del año 2000 a los 19.632 que reconoce la última revisión del INE.
¿Cuál es la situación actual en la capital? La última cifra oficial de población, a 1 de enero de 2018, dice que Valladolid tiene 298.866 habitantes. Este es el dato fiable más reciente, el que el Gobierno reconoce y el que se utiliza, por ejemplo, para el reparto de concejales de la Corporación municipal (Valladolid perdió dos en los últimos comicios) o la obtención de fondos y ayudas en función de la población. Este dato (298.866) se alcanza a partir de las cifras que remite el Ayuntamiento, que siempre maneja unos datos más elevados. El desfase suele ser de unas 1.500 personas. Por eso, según el Consistorio, Valladolid tiene más de 300.000 habitantes: un espejismo. Sin embargo, y aun con esta diferencia, el registro local detectaba descensos desde enero de 2008. Entre enero y julio de este 2019, por primera vez desde entonces, hay un incremento demográfico. Habrá que esperar (al menos hasta finales de año, cuando INE actualiza sus bases) para confirmar que este síntoma detectado por el Consistorio tiene reflejo en las cifras oficiales. Pero es una primera evidencia que ya el alcalde, Óscar Puente, subrayó durante la pasada campaña electoral: «Hay datos optimistas sobre la recuperación demográfica de Valladolid».
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El principal es el de la llegada de más población extranjera. El padrón dice que, a 1 de julio de 2019, viven 14.762 foráneos en la capital. Suponen el 4,92%. La cifra está lejos del máximo alcanzado en enero de 2009, con 19.462 personas procedentes de otros países (el 6,12%). Pero es más del mínimo de hace un par de años, cuando la cifra se quedó en 12.788. Las asociaciones que trabajan en Valladolid con inmigrantes (Procomar, Red Íncola, Cruz Roja o Accem) constatan el incremento... y también un cambio en el perfil y la procedencia de estas personas. Durante los primeros años del siglo, los principales nichos eran Bulgaria, Rumanía y Marruecos, sobre todo personas con baja cualificación que encontraban empleo en el servicio doméstico y la construcción. Ahora el foco se ha girado hacia Colombia o Venezuela. Muchas de estas personas llegan, además, con petición de protección internacional y estudios superiores, lo que ha llevado a las asociaciones a modificar sus programas de acogida, atención y formación.
Pero junto a esta, la más importante, hay otras evidencias. Por ejemplo, que los barrios donde hay más promociones de viviendas en construcción (Villa de Prado, Los Santos Pilarica, zona sur) también suben en el censo. Y la previsión es que lo sigan haciendo. En todo 2018, el Ayuntamiento concedió licencia para 393 viviendas. En los seis primeros meses de 2019 fueron 603. Es previsible que esta recuperación del ladrillo tenga también su influencia en el padrón, ya que la ocupación de esos pisos conseguirá la llegada de nuevos vecinos o, cuando menos, que los ya existentes no se muden a otras localidades del área metropolitana (causa de uno de los grandes agujeros en el padrón entre 2005 y 2015).
El tercer gran factor es el descenso de habitantes que salen de Valladolid para buscarse la vida en otras provincias (sobre todo a Madrid). En 2008, la tasa bruta de emigración (el número de personas que se marcharon de Valladolid por cada mil habitantes) era de 11,17. En 2018, el último dato disponible, es de 10,96.
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