La lupa sobre los barrios vulnerables de Valladolid: mucho paro, poca renta y bajos estudios

¿En qué indicadores hay que fijarse? ¿Cuáles hay que analizar para determinar si una determinada zona es vulnerable? «No hay una idea clara y se pueden analizar diferentes variables», reconoce Jesús García Araque, doctor en Geografía por la Universidad de Valladolid, quien, no obstante, ofrece un listado de posibles indicadores. Los hay económicos (desempleo, niveles de renta, precariedad), habitacionales (antigüedad de las viviendas, hacinamiento), educativos, demográficos (envejecimiento, soledad), urbanísticos (nivel de dotaciones, espacios públicos) e incluso subjetivos (como los ruidos o la sensación de inseguridad).

«Asociamos vulnerabilidad con la carencia de oportunidades, la ausencia de capacidades para adquirirlas o generarlas, la privación e inaccesibilidad a bienes y servicios fundamentales pasta el bienestar», añade Fernando Manero, catedrático emérito de Geografía Humana de la UVA.

El último informe sobre zonas vulnerables en España ya tiene casi diez años. Lo hizo el Ministerio de Fomento e identificó 918 barrios así considerados en todo el país. De ellos, cuatro están en Valladolid: el 29 de Octubre, Las Viudas, zonas de Arturo Eyries y de Barrio España. Todos ellos, calificados con una vulnerabilidad leve. «Pero la hay media, severa y crítica», dice Morales. Para llegar a esta conclusión, Fomento analizó tres grandes indicadores. Se fijó en la educación: si más del 16% de la población era analfabeta o no había completado los estudios primarios. En la vivienda: si más del 17% de los edificios estaba en estado ruinoso, malo o deficiente. En el empleo: si había un porcentaje de la población en paro por encima de la media. Pero los datos (con más de diez años) han quedado obsoletos.

¿Qué zonas de Valladolid se podría considerar, con los datos actuales, como vulnerables? Para ello, recurrimos a las cifras más recientes publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y nos fijamos en varios factores, para acercarnos a posibles tipos de desequilibrio. A partir de ahí, esta es la radiografía de la vulnerabilidad en Valladolid.

La Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social considera que una familia está inmersa en la pobreza severa cuando ingresa menos de 611 euros al mes. El INE ofrece la posibilidad de ver qué porcentaje de una sección censal no llega a 7.500 euros al año. En esta situación están el 38,6% de las familias de Las Viudas (en el entorno de las calles Adaja, Tajo, Duero, Embajadores) y del 29 de Octubre (en las calles Periquito o a la altura de Cigüeña). También ocurre en el 31,2% de hogares en zonas de Arturo Eyries (calles Chile, Argentina, plaza de Costa Rica) y Huerta del Rey (Sánchez Arjona y José Cantalapiedra). Tampoco alcanzan los 7.500 euros familiares el 29,1% de las unidades familiares de la calle Valle de Arán (en Barrio España). En el lado opuesto, (con porcentajes inferiores al 3%) se sitúan zonas de Parquesol, Villa del Prado, Covaresa o el entorno de Dos de Mayo.

Si los niveles de renta se analizan en términos absolutos, las familias con mayores ingresos están en el corazón de la capital. La renta media más alta (40.508 euros por unidad familiar al año) está en el pañuelo de calles que forman Claudio Moyano, Zúñiga, Las Francesas. Le siguen, con 38.641 euros, Isabel la Católica y Poniente. Y luego están, por encima de los 35.000 euros, la Acera de Recoletos, Miguel Íscar, la zona de Huerta del Rey más cercana al Pisuerga (Royo Villanova, Miguel Ángel Blanco) o Fuente Berrocal. Las zonas con menos renta coinciden con las señaladas más arriba. De nuevo el 29 de Octubre. De nuevo Las Viudas. De nuevo focos de Arturo Eyries y Huerta del Rey.

Muy vinculadas con la renta están las oportunidades laborales. El INE ofrece cifras sobre los niveles de paro casi calle por calle en Valladolid. La media de la ciudad está hoy ligeramente por encima del 10%. Para buscar los datos desglosados hay que remontarse a cifras de 2023 (la media entonces era un poco más alta, casi el 11%), pero hay zonas que se sitúan muy por encima. Y los mayores porcentajes de desempleados se dan justo en esas calles antes sañaladas. En Las Viudas y el 29 de Octubre el porcentaje de desempleados supera el 36%. Es un porcentaje muy alto, que se escapa de lo que ocurre en el resto de la ciudad. ¿Por qué? Porque la tercera zona con más paro tiene doce puntos menos. En el entorno de Embajadores, a la altura de la calle Transición, llega al 24,3%. En las calles Cisne y Papagayo (en Pajarillos) se sitúa en el 22,4%. Y en Sánchez Arjona y José Canalapidra (Huerta del Rey) está en el 21,66%. En puntos de Arturo Eyries (calles Chile, Argentina, las plazas de Costa Rica, Cuba o México) el paro ronda el 20%.

Los porcentajes más bajos de desempleados (no llega al 2%) se da en Claudio Moyano, Las francesas o Zúñiga (en el centro), en el parque del Mediodía (Parquesol) y en la plaza de España y Teresa Gil.

Podemos fijarnos en otras características vinculadas con el empleo. Por ejemplo, que en estas zonas con menos ingresos, tiene un peso importante el número de empleados en el sector de la construcción. Son el 14% de los trabajadores de Las Viudas, el 13,7% en Valle de Arán (Barrio España), el 12% en Moradas, Quevedo y Linares (La Rondilla). Los mayores porcentajes de trabajadores de la industria (por encima del 17%) están en zonas de Pajarillos (Juan Carlos I a la altura de la avenida de Soria, calle de la Salud, Pelícano, Villabáñez), en Pinar de Jalón, Las Flores y zonas de La Rondilla (Nebrija, Mirabel). El sector servicios, mayoritario en toda la ciudad, despunta por encima del 90% en la plaza de Madrid y la calle Muro, Juan de Juni o Angustias.

Otro de los indicadores a los que se suele recurrir para analizar la vulnerabilidad de una zona tiene que ver con el nivel de estudios. La educación como ascensor (o escalera social). La formación como opción para escapar de la pobreza. Por eso, las zonas donde hay un alto porcentaje de población con estudios primarios o que no han terminado la secundaria se consideran en más riesgo de vulnerabilidad. Y coinciden, de nuevo, en estos puntos ya señalados arriba. Las calles con más porcentaje de población (mayor de 15 años) sin estudios o con solo Primaria son, otra vez, Las Viudas (calles Adaja, Tajo, Embajadores), con el 32%. Le siguen Sánchez Arjona y José Cantalapiedra (en Huerta del Rey) o el 29 de Octubre, con el 30%. Y, a continuación, el corazón de La Rondilla y ese cogollo de casas de Arturo Eyries.

En el extremo opuesto, están las zonas con altos porcentajes de vecinos con estudios superiores. En Villa del Prado, por ejemplo, dos de cada tres de sus habitantes tienen esa titulación. Y el porcentaje supera el 60% también en Isabel la Católica, Santa Cruz, Covaresa, la Acera de Recoletos y el entorno de la plaza de Madrid. El mayor porcentaje de universitarios (de aquellos que están estudiando en la actualidad) está en Parquesol.

La edad puede también convertirse en un factor para identificar los barrios vulnerables. Una población muy envejecida y de personas que viven solas puede impactar de lleno en su calidad de vida. Sobre todo, cuando las pensiones (especialmente las de viudedad) son exiguas. Hay dos zonas de Valladolid donde uno de cada cinco vecinos tiene más de 80 años, son Rigoberto Cortejoso y Sebastián Herrador (en Huerta del Rey) y Santa Clara-Tirso de Molina. Otras zonas envejecidas (más del 17% de sus habitantes por encima de los 80) son la plaza de Santa Brígida, Cardenal Mendoza, Madre de Dios o Prado de la Magdalena.

Vinculado con esto está el porcentaje de jubilados, donde los mayores datos se dan en calles de Huerta del Rey (Barbecho, Arado, plaza de la Cebada) y Parquesol (Miaja de la Muela). Son viviendas que se construyeron en la década de los 80, ocupadas en su momento por jóvenes que hoy (45 años después) ya están jubilados.

Otro indicador que se suele tener en cuenta es de la población extranjera, que en el conjunto de la ciudad se sitúa, de media, en el 11,1%. Pero hay zonas donde este porcentaje se dispara. En el triángulo que forman Embajadores, avenida de Segovia y General Shelly, el 41,3% de sus vecinos proceden de otros países. En Caamaño son el 34%. En Vadillos, el 25%. «No toda la población migrante viene con necesidades económicas», subraya Teresa Pérez Mínguez, subdirectora del Servicio de Intervención Social del Ayuntamiento de Valladolid. Pero sí que es verdad que, en muchas ocasiones, sobre todo al llegar, las personas migrantes se encuentran en situaciones de precariedad laboral y de escasos lazos sociales, lo que también genera dificultades.

Y un último indicador que aunque no es exclusivo de los barrios vulnerables, sí que puede contribuir a golpear las economías familiares: la vivienda. Los barrios con mayor porcentaje de viviendas en propiedad suelen coincidir con aquellos de renta media-alta. Así, en casi todo Parquesol, más del 75% de los hogares tienen su casa en propiedad. El porcentaje más bajo está en el centro (por debajo del 30% en Fuente Dorada, Teresa Gil o Claudio Moyano). Allí, la mayor parte de las viviendas están computadas como residencia no habitual (oficinas, por ejemplo). En Huerta del Rey (Gavilla y Rastrojo) están los mayores porcentajes de vecinos que viven en alquiler (el 28%).

«Un barrio vulnerable es aquel en el que se dan unas condiciones ambientales, económicas y sociales con alto grado de deterioro que afectan a la calidad de vida de sus habitantes y condicionan negativamente y de forma determinante sus posibilidades de desarrollo personal», resumen desde la Federación Vecinal Antonio Machado, que el 3 de junio celebró una jornada 'on line' para apoyar desde Valladolid una ley integral de barrios vulnerables.