Se jubila el hostelero que vende «300 o 400 croquetas al día» en el centro de Valladolid
Emiliano García, propietario de la Taberna del Duero, ultima el traspaso del negocio de la calle de los Moros en el que ha trabajado durante casi cuarenta años
Lorena Arias Duque
Valladolid
Domingo, 3 de agosto 2025, 08:24
Aunque es difícil saberlo con exactitud, Emiliano García estima «entre 300 y 400» las croquetas que se venden al día en el bar del que ... es propietario, la Taberna del Duero, mejor conocido con el nombre de la tapa que le ha dado su innegable fama a lo largo de 41 años: 'La Croqueta'. Hoy, este próspero rincón del centro de Valladolid, situado entre las calles de los Moros y Esgueva, aguarda el inminente traspaso a las nuevas manos que tomarán sus riendas después de que Emiliano las llevase con orgullo durante casi una década y ahora las entregue para jubilarse en noviembre. Su vínculo con este bar, sin embargo, se remonta a 1986, cuando comenzó a trabajar para los antiguos dueños del mismo, casi al tiempo que se inauguró el negocio hace casi cuarenta años.
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«Trabajo desde los 16 en la hostelería», relata Emiliano. En un bar de su pueblo salmantino de origen, Aldehuela de Yeltes, dio sus primeros pasos en este mundo de barra y fogones del que no se separaría jamás. Si bien acabaría emigrando de su tierra después de que, al terminar el servicio militar, un primo le ofreciera venir a un bar de Valladolid. «Mi pueblo es muy pequeño y yo necesitaba más vida social, así que esa fue mi escapatoria», justifica.
Y así llegó a la ciudad del Pisuerga en 1982, para trabajar en la antigua cafetería Filadelfia, que se encontraba «cerca de lo que su día fueron los Cines Avenida del Paseo de Zorrilla -la sala que un incendio obligó a cerrar en 1976 y que daría paso a las actuales galerías Avenida-». Poco después, por medio de lazos familiares, fue a parar a la Taberna del Duero, donde ha pasado más de la mitad de su vida a través de cargos muy diversos, «como una especie de comodín», tanto el de camarero como el de cocinero o «el que hiciera falta», aunque para él no hay lugar como la barra, donde siempre ha disfrutado, por encima de todo, «el trato directo con el cliente».
En su juventud, Emiliano llegó a un bar que acabaría, y así continúa, con dos nombres a falta de uno. Es decir, tenía un nombre desde el principio, pero puesto que no figuraba en ningún letrero o cartel, pocos eran los clientes y vecinos que lo conocieran y lo emplearan en lugar de otros motes que parecían más evidentes, como 'la Bombilla', que respondía al hecho de que «durante un tiempo hubo una bombilla muy llamativa colgando del techo y la gente se fijaba mucho en ella». No tardando y de forma indiscutible, llegó para quedarse el nombre que mejor identificaría al negocio, 'La Croqueta', que, finalmente, se decidió juntar con el original en un cartel que reza Taberna del Duero 'La Croqueta', como un homenaje simultáneo a la semilla de la que brotó este bar y la esencia con la que lo identifican sus clientes. No obstante, esta última sigue siendo la denominación ganadora. «Todavía hay mucha gente que no sabe que el bar se llama Taberna del Duero», sonríe su propietario.
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Y es que más de trescientas croquetas al día dejan una huella demasiado golosa como para obviarla y por eso el bar, además de adoptar su nombre, se ha especializado en esta tapa «a medida que los primeros dueños se empezaban a dar cuenta de que era lo que más se vendía». Se trata, en concreto, de la croqueta de huevo duro, «típica de Valladolid, la de toda la vida». Emiliano afirma que «la ventaja que tiene el bar es que se hacen croquetas durante todo el día, siempre frescas y recién hechas». Además de esta, se ofrecen otras tres especialidades muy concretas: cortezas, banderillas y tigres. «Cosas sencillas, que no dan mucho trabajo y que se venden muy bien».
Y con esta carta tan selecta ha marchado 'La Croqueta' durante más de cuatro décadas, en las que «buenos han sido casi todos los años, pero los primeros quizá fueron los mejores», señala Emiliano. Esto es, a su juicio, porque «al principio había muchos estudiantes de la Universidad, el setenta u ochenta por ciento de los clientes, y había muy buen rollo porque los del bar les gastábamos bromas a ellos y ellos a nosotros, siempre nos disfrazábamos en carnavales y disfrutábamos muchos» Ahora parece que «se ha invertido el porcentaje» y los universitarios «no representan más que el treinta o el cuarenta por ciento de la clientela». De hecho, Emiliano se ríe al caer en que «muchos de los que vienen ahora son, precisamente, los estudiantes de aquella época, que ahora es gente de mediana edad, con sus hijos y su familia».
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El hostelero no ignora que se acerca la hora de despedirse de estos clientes tan queridos. «Me va a dar mucha pena dejar esto, porque aquí he pasado muchos años buenos y he hecho muchos amigos, pero todo llega», se resigna con el sentimiento agridulce de quien comienza con ganas una nueva etapa, pero sabe bien que deja atrás una parte de sí mismo. Lo que sí tiene claro es que no dejará de frecuentar el bar. «Tendré que seguir viniendo, porque habrá gente que me eche de menos y gente a la que yo eche de menos también» y añade entre risas que «esto es como la droga, no se puede dejar de repente».
El traspaso, anunciado desde principios de julio, no ha tardado en obtener respuesta porque «ya había gente interesada en cogerlo» y, de hecho, el proceso está «casi cerrado», a tres meses de que el bar empiece su nueva etapa. «Mi intención es que esto siga siendo lo mismo cuando me vaya», confiesa Emiliano. Con ello, no habla solo de la calidad de sus productos recién elaborados, caseros, y hechos «con cariño», sino del «trato tan cercano con los clientes que caracteriza a 'La Croqueta'». Confía en que se perpetúe el buen andar de este negocio, el mismo que ha tenido siempre porque, para empezar, su renombre está asegurado, pues está convencido de que «no falta nadie en la ciudad que no conozca el bar o que no se haya percatado de que me jubilo», pero, además, concluye, «es un hecho que las croquetas le gustan a casi todo el mundo. Es así».
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