Destrozos provocados por el granizo en las cosechas de Lagayos. A. O.

Una fuerte granizada arrasa con los cultivos de Langayo en la comarca de Peñafiel

Se estima que los terrenos afectados pueden superar las 200 hectáreas

Domingo, 22 de julio 2018

Si en el sector agrario la tranquilidad no llega hasta que la cosecha está a buen recaudo, este año los hombres y mujeres del campo viven con especial inquietud debido a la meteorología que no les está dando respiro. Superadas las heladas tardías, ahora la preocupación diaria está en las tormentas de granizo que se están produciendo, como la acaecida la tarde de este viernes en Langayo, localidad de la comarca de Peñafiel.

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Como señalan desde la Junta Agraria Local del municipio, absolutamente todos los cultivos en torno al municipio, en una distancia de entre dos a tres kilómetros desde el núcleo urbano, han sido arrasados prácticamente en un cien por cien, mientras que en aquellos que se ubican a partir de esa distancia, los daños que han sufrido, en una primera inspección a pie de parcela, rondarían entre el 40 y el 50 por ciento. Las parcelas afectadas son de cebada, trigo, patata, girasol, remolacha, guisante y viñedo, pudiendo superar el conjunto de terrenos apedreados las 200 hectáreas, a la espera de que se realice el peritaje por parte de los peritos de los seguros.

Daños provocados por el granizo en el cereal, guisantes y viñedo. A. O.

La zona del Esgueva tampoco se ha librado del granizo. También durante la tarde del viernes, una fuerte granizada hizo de las suyas en los municipios y partidos judiciales de Piña de Esgueva y de Castrillo Tejeriego y en parte del páramo contiguo de Montealto, como se conoce a la planicie que separa los valles del Duero y del Esgueva.

Cosecha lenta e «irregular»

«Este lunes daremos parte a los seguros y será cuando se podrá hacer una estimación más exacta», explicó el presidente de la Junta Agraria Local de Langayo, Enrique Frutos, quien también señaló que «esta tormenta nos ha cogido en plena cosecha, la cual está yendo muy despacio y siendo muy irregular, con zonas que están muy bien y otras que no tanto. Sobre todo está siendo un verano loco porque tenemos tormentas todas las semanas y nos está haciendo parar» constantemente. «Después de llover hay que esperar un poco a que se vaya la humedad del cereal para poder cogerle». Además «estamos metiendo cebada en los almacenes no en las mejores condiciones, porque no hace calor y hay muchísima humedad», refleja Frutos.

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