Rodrigo Ucero
Valladolid, piedra sobre piedra

La torre del agua cuya veleta recuerda el milagro más famoso de San Pedro Regalado

La antigua cisterna del barrio al que da nombre el patrón de Valladolid fue fundamental cuando se edificaron las primeras viviendas en los años cincuenta del siglo pasado

Sonia Quintana

Valladolid

Martes, 2 de diciembre 2025, 07:05

Fruto del desarrollo industrial de finales del siglo XIX y principios del XX, los depósitos de agua elevados proliferaron en pueblos y ciudades de toda ... la geografía española como una de las grandes obras hidráulicas de carácter público; Valladolid no fue una excepción. Parte de la arquitectura tradicional de nuestro país, de la historia de España y testigos de un periodo de revolución industrial, estas instalaciones de almacenamiento, conocidas también como tanques, torres, cisternas o reservorio brindaban, por un lado, almacenamiento para el agua tratada antes de su distribución para fines domésticos y de consumo; y por otro, equilibraban las fluctuaciones en la cantidad y calidad del agua.

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La del barrio de San Pedro Regalado, conocida popularmente como la torre del agua, está realizada en ladrillo caravista y hormigón y se levanta sobre una peana de piedra. Ubicada en la plaza del Agua, entre las calles del Vuelo y Toro, esta edificación, con el típico estilo mudéjar, se alza en el límite de este 'viejo' barrio vallisoletano con el nuevo de Los Viveros, construido, entre otros, sobre los antiguos terrenos de los históricos Viveros Gimeno. Esta cisterna fue fundamental durante los primeros años del barrio, cuya construcción se inició a comienzos de los años cincuenta, ya que cuando se edificaron las primeras viviendas, el suministro de agua corriente aún no llegaba a esta zona de la ciudad. Las infraestructuras eran básicas e, inicialmente, no incluían agua corriente.

Con el paso del tiempo, y la integración del barrio en la red urbana, el depósito fue parte del equipamiento esencial de esta zona de la ciudad. En el año 2002 se reformó la cubierta de teja árabe. Sobre ella, la veleta avisa del más popular de los milagros del patrón de Valladolid. La figura de San Pedro Regalado con un toro a sus pies domina el barrio. Es el punto más alto. A San Pedro Regalado se le atribuyen varios milagros, desde la bilocación (cuenta la tradición que estando en el convento que llamaban Scala Coeli, en El Abrojo, sintió deseos de orar en el de Domus Dei, en La Aguilera, y se obró en él la maravilla de estar en los dos al mismo tiempo; algo que fue certificado por testigos en el proceso de su canonización) hasta convertir carne y pan en flores o la aparición de la Virgen ante su presencia.

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Pero, sin duda, su milagro más popular es por el que, en 1951, se le reconoció como el patrón de los toreros. El religioso fue sorprendido por un toro de lidia huido de una corrida, que aterrorizaba a la población, y justo en el momento en el que el animal lo iba a embestir, el vallisoletano pidió a la res que se agachase y el astado se postró ante él. La veleta de la torre del agua del barrio vallisoletano que lleva el nombre del patrón de la ciudad inmortaliza este momento. No es el único lugar del barrio donde aparece esta imagen del santo franciscano nacido en la calle Platerías.

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