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Chema Bernal
Valladolid, piedra sobre piedra

El palacio vallisoletano entre guadamecíes

Edificado durante el XVI, dos siglos después perteneció a una familia de origen cántabro, de quien conserva su escudo sobre la puerta de entrada

Sonia Quintana

Valladolid

Martes, 25 de julio 2023, 00:15

Los guadamacileros existieron en Valladolid desde el año 1294, pero no se constituyeron como gremio hasta principios del siglo XVI. Establecidos en la calle que ... hoy lleva su nombre, en el lateral izquierdo de la Iglesia de la Vera Cruz, estos artesanos del cuero, vecinos de los plateros (asentados en la calle de la Platería), tenían sus talleres junto a uno de los palacios vallisoletanos del siglo XVI que ha llegado hasta nuestros días. Ubicado en el número 9 de esta céntrica rúa, el edificio es conocido como Casa del licenciado Francisco González Cacho de Villegas, de raíces cántabras, quien ostentó desde 1704 el cargo de secretario mayor de la Cámara de Hijosdalgos (nobles) de la Chancillería de Valladolid.

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Hijo de Domingo González Cacho de Villegas y Luisa de Antecha, Francisco González Cacho de Villegas adquirió en el siglo XVIII la casa de la calle Guadamacileros y colocó sobre la puerta de la fachada principal el escudo de armas de la familia, descrito por Juan Agapito y Revilla como «partido, y el lado diestro cortado, representando el jefe un castillo con ancha torre y saliendo de ella medio cuerpo de un guerrero armado con espada en alto en su mano derecha y escudo circular en defensa en la izquierda; el campo inferior, líneas horizontales onduladas ocupando todo él, ¿representarás aguas? El lado siniestro está subdividido a lo alto en cuatro cuarteles; el superior tiene tres torres, o cubos más que castillos, pues faltan las puertas, separados, de distintos anchos, el del medio más pequeño, el de la derecha más ancho y con dos torrecillas. El cuartel que le sigue tiene también dos cubos con almenas, y arriba y abajo de cada uno de ellos una caldera, en el medio la cruz de Calatrava. El tercero, igualmente, lleva otras dos torres o cubos, y entre ellos dos calderas, una sobre otra. El inferior, otro ancho cubo o torre con tres torrecillas sobre el adarve. Está coronado el escudo por yelmo que mira a la derecha del observador».

Chema Bernal

El patio, porticado en la actualidad únicamente en dos de sus lados, posee columnas con capiteles toscanos. Sobre la puerta de entrada puede leerse en una reja labrada la fecha de 1866 junto a las iniciales M. L. B., momento en que el edificio fue íntegramente rehabilitado. Jesús Urrea sostiene en su obra 'Arquitectura y nobleza. Casas y palacios de Valladolid' que fue Jerónimo de Quintanilla, regidor y mayordomo de obras de la ciudad, quien mandó edificar el edificio «en el Azoguejo entre los Guadamacileros». Aquí se alojó el banquero genovés Jácome de Spínola y fue propiedad del Cabildo de la Catedral en el siglo XVII, quien se la arrendó a varios particulares hasta que en 1628 revirtió a los herederos de Jerónimo de Quintanilla quienes se la vendieron al mercader Antonio de Medina Rosales.

El matrimonio formado por Francisco González Cacho de Villegas y su mujer, Feliciana María de Salinas Vela, tuvo seis hijos. Fue el mayor, Francisco, quien heredó el palacio. Francisco obtuvo el cargo de regidor perpetuo de la ciudad, en el que llegó a ser decano. Casado con María Viguera Torres, la pareja no tuvo hijos, así que fueron sus siete sobrinos los herederos de su patrimonio. «No sabemos a quién correspondió posteriormente la propiedad de la casa», concluye Urrea.

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