Consoladores y aceite de la II Guerra Mundial, lo más curioso de los puntos limpios de Valladolid
Los seis espacios de recogida de desechos domésticos de la ciudad gestionaron 3.510 toneladas en 2021
Una especie de cajón de sastre, pero con todo estructurado. Y eso sí, no todo tiene cabida en los puntos limpios de Valladolid por mucho ... que el ciudadano lo piense, ya que los neumáticos y los medicamentos tienen sus procesos por otras vías. En estos espacios de recogida de residuos se gestionaron 3.510 toneladas en 2021, y en ese mar de kilos y kilos sobresalen productos como consoladores y aceite de la II Guerra Mundial. Pasado y presente en las instalaciones vallisoletanas, que explica la empleada del punto en las Lagunas de Villafáfila de Delicias, Kelva Moreno. «La botella de aceite la trajeron hace un año y me quedé anonadada al verlo», afirma la trabajadora.
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Esto es lo anecdótico de un espacio más en el engranaje de los desechos. En su entrada, un bidón gigante de aceite da la bienvenida a la espera del camión cisterna de Gestión Protección Ambiental, empresa afincada en Burgos, y que se traslada hasta Valladolid para transportar uno de los elementos que más se deposita en el punto limpio. «Casi todo lo que trae el ciudadano va a otro punto para ser tratado. Por ejemplo, las radiografías van hasta Toledo, porque allí acaban todas las de España. Todo es reciclado menos los enseres. Los colchones y los sofás, por ejemplo, van al centro de tratamiento de residuos», detalla Moreno.
Y es que casi todo lo que finaliza en el punto limpio no desaparece, se transforma. Con la madera se fabrican pellets, los escombros se trituran y su arcilla tiene una segunda vida... Al igual que el plástico o el cartón, elementos más instaurados en el día a día del ciudadano ecológico.
El correcto reciclaje de las cápsulas de café
Nada de tirar las cápsulas de café a la basura orgánica. No es su sitio. Tampoco en el contenedor de los envases, ese que se ha instalado recientemente en Valladolid y que ha crecido por toda la ciudad. Lo ideal sería abrir las cápsulas, vaciar el café y verterlo en lo orgánico, para echar el envase en su correspondiente contenedor. Ese proceso no suele ser el más habitual en las viviendas, así que si no se pone en marcha, lo idóneo es portar las cápsulas hasta los puntos limpios. De hecho, estas instalaciones ya tienen cajas y depósitos con sus letreros como lo tiene el aceite, las radiografías o los fluorescentes.
Además de todo tipo de aceites, envases y cartones, los amplios contenedores del punto limpio se complementan con los de poda y de productos informáticos. De hecho, estos últimos son los más demandados y en una breve parada, Fernando de Pablos se acerca hasta el punto de Laguna de Villafáfila para dejar un par de 'routers' viejos.
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Los hay como Fernando, que se acercan de forma esporádica, y los que tienen visitas prácticamente semanales. «En mi casa siempre tengo un bolsa con productos para el punto limpio», afirma un usuario que en las próximas semanas afrontará una mudanza y ha aprovechado la ocasión para desprenderse de algunos objetos de su trastero.
Radiografías
Y entre las curiosidades del punto limpio también se encuentran las radiografías. No han pasado de moda, por mucho que en la actualidad se archiven en el historial digital del paciente o se trasladen en soportes de almacenamiento digital. Se siguen recibiendo y es de vital importancia que se entreguen en los puntos limpios al contener nitrato de plata. Al igual que las fotografías.
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Precisamente, el servicio del punto limpio, gratuito únicamente para los empadronados en la ciudad, ha crecido en los últimos años. La pandemia no afectó del todo a la recogida, ya que para muchos fue la excusa perfecta para salir de casa durante el confinamiento y más cuando se acometieron diferentes reformas y limpiezas de viviendas.
Los cinco puntos fijos de la ciudad, al que se suma el móvil que recorre diariamente las calles de Valladolid, registraron su récord de recogida en 2021 con 3.510 toneladas, casi 300 toneladas más que el año anterior.
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El espacio instalado en el recinto ferial fue el que más recogió con casi 1.000 toneladas anuales, cifras similares a las del Camino Viejo de Simancas con 915. El resto de instalaciones en la capital, el del Cabildo, el de Lagunas de Villafáfila y el del Valle de Arán, superaron las 500 toneladas en 2021. Cifras todas ellas superiores a las de 2020. El número de usuarios también creció entre 2020 y 2021, pasando de 126.000 a 138.000 personas las que se acercaron a uno de los puntos limpios. «Ahora tenemos que seguir fomentando el reciclaje entre los más pequeños», concluye Kelva Moreno.
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