Valladolid
Cerámica del siglo IV y esqueletos de hace 1.500 años: las sorpresas del yacimiento de Las CalaverasLa segunda campaña de la excavación en Renedo busca delimitar un mausoleo romano donde los arqueólogos ya han encontrado siete cuerpos
Sobre los campos de trabajo agrícola de Renedo de Esgueva se abre una excavación en forma cuadrada. Para saber lo que hubo hace siglos hay ... que tirar de imaginación. Ahora solo se observa la planta del edificio, un muro interior que forma una suerte de estructura octogonal, rodeado de otro exterior en cuadrado. Cuatro ábsides que forman una cruz griega. Hace más de 1.500 años, el paisaje era bien distinto. Trece metros de alto, un suelo hecho de ladrillo, unas paredes de estuco pintado, un techo de mosaicos confeccionado con teselas de todos los colores, de vidrio, pan de oro y una estructura abovedada. «Un edificio espectacular», lo resumen Sonia Díaz Navarro y Santiago Sánchez de la Parra, directores de la campaña de excavación en el yacimiento romano de 'Las Calaveras', en la localidad vallisoletana.
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Sobre esta descripción de lo que fue el mausoleo del siglo IV se abre paso un tiempo verbal. El condicional. «Tenemos que trabajar con hipótesis, para responder a todas las preguntas». Es decir, que los muros, el suelo, las paredes y el techo serían. «Sabemos que tenía que estar abovedado, por paralelos a otros que están mejor conservados y que tienen una planta similar». También saben, de forma muy resumida, que la estructura fue destruida con el paso del tiempo y que la zona fue aprovechada posteriormente para realizar enterramientos. Y con esas ha comenzado la segunda campaña de excavación en el yacimiento, que arrancó hace una semana con varios objetivos.
«Definir la necrópolis, descubrir el edificio por completo, excavar dos fosas en el interior de la estructura y delimitar las tumbas que se habían quedado a medias en la anterior campaña». El tiempo para hacerlo, quince días que echaron a contar el 20 de agosto. Uno de los primeros puntos donde centraron su labor fue en una cista -tumba- enmarcada entre los dos muretes de la estructura. Su ubicación, cortando el muro original, ya les permite definirla como posterior a la vida útil que tuvo el edificio, pero hay mucho más. «El año pasado observamos que había tres cráneos y pensábamos que iba a ser un revuelto de huesos. Esta campaña hemos descubierto el esqueleto completo. Había tres cuerpos. Ha sido una sorpresa. Una mujer, que aparece apoyada sobre las manos, con una jarrita al lado de la cabeza y la pierna colocada para dejar espacio a otra persona en la parte de abajo y una más en el otro extremo. Está muy aprovechada», explica la directora de la excavación.
La excavación avanza para alcanzar una basílica que pervivió al mausoleo, que tuvo una vida útil de un siglo
En este año han podido datar el cuerpo más completo, que fechan entre la segunda mitad del siglo quinto y principios del sexto. Esto también dice mucho si se suma el dato de que la estructura la ubican en el siglo cuatro. «Nos indica que el edificio no dura más de cien años, que tiene una vida muy corta». La hipótesis es que el mausoleo correspondería a una familia importante de una villa romana cercana al yacimiento. «Si consiguiéramos encontrar los enterramientos originales... Tenemos la esperanza de que salga algún sarcófago, donde podrían estar los primeros restos, pero viendo la destrucción del edificio, y cómo lo aprovecharon los que lo reutilizaron, probablemente sacaran los restos para enterrar los suyos». Hasta ahora, la cifra son siete cuerpos y una decena de tumbas, que no siempre están ocupadas.
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En todo caso, los directores consideran que hay diferentes niveles de necrópolis, lo que les da esperanzas de encontrar más restos a mayor profundidad. «Creemos que puede haber unas doscientas tumbas», afirman. Solo la zona del mausoleo ya define el paso de la historia, desde la construcción romana a su posterior destrucción y uso por los visigodos, quienes continuaron en la zona y utilizaron los materiales de la estructura para sus tumbas. «Aprovechaban todo, cogían trozos de la destrucción del edificio y rellenaban las tumbas con eso. Hemos encontrado clavos en las tumbas y pensamos que podría ser porque transportaban los cuerpos en alguna especie de tabla, porque no tiene sentido utilizar un ataúd en estas estructuras que usan como tumbas».
Poco a poco, la excavación va avanzando con el objetivo de alcanzar una basílica que se ubica a escasos metros de lo que ya han sacado a la luz. «Nuestra idea es que, aunque el mausoleo no perdura, se siguen enterrando alrededor durante muchísimo tiempo. Toda la Edad Media, porque la basílica sí se mantiene en el tiempo y tiene ese foco de importancia religiosa». Este sería el objetivo de la próxima campaña (para el año que viene), cuando buscarán estar durante un mes entero en el yacimiento para conectar las dos estructuras. Por el momento, este año se ha declarado Bien de Interés Cultural, un proceso que se inició en 1998, y también han conseguido financiación de la Diputación de Valladolid. «Agradecemos el apoyo», apuntan los directores de la excavación.
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Villa y basílica
Las villas romanas funcionan como centros de producción, explican. «Pueden vivir cincuenta personas, entre esclavos, trabajadores y los propios dueños, quienes construirían el mausoleo», añaden. Otro dato. Los romanos vivían en las ciudades hasta que en la tarda antigüedad van al campo. «Esta zona estaría poblada por esas principales familias, con toda la gente que traen a sus villas, donde se instalan y posteriormente se pasan al cristianismo. Entonces, lo que queremos explorar es la llegada de esos primeros cristianos a la meseta, porque no está casi nada explorado».
«Queremos explorar es la llegada de los primeros cristianos a la meseta, porque no está casi nada explorado»
En el futuro, el proyecto global contempla abarcar todo el valle del Esgueva, donde ya hay documentadas quince villas romanas. «La idea es hacer una especie de museo, con réplicas de todo lo que se ha encontrado. Ahora además se pueden hacer reconstrucciones completas de cómo era, experiencias inmersivas. Se puede sacar mucho partido y además tenemos mausoleo, villa y basílica. Se podría reconstruir todo el paisaje y ya en el resto del valle ver cómo fue todo el proceso de cristianización».
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Con todo esto, los hallazgos ya son más que notables, pero todavía hay más. Por ejemplo con otros materiales que han descubierto durante la excavación. «Se han encontrado trozos mármol, baldosas, de diferente procedencia, alguna que viene del Peloponeso o cerámica del siglo IV, que nos permite datar el edificio». O por ejemplo también han salido pizarras, que así dicho parece algo superfluo, pero aquí todo tiene su trasfondo. «En esta zona no hay, lo que significa que la traían de Zamora o Salamanca. Es decir, que son poblaciones que se están moviendo y que dejan recursos en construir este edificio», apuntan los directores. Ahora sí, todo esto, en dos campañas. Quedan muchas más por delante, con diez años para estudiar todo el material que descubran. La historia, ya pasada, está todavía por descubrir.
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