La búsqueda de Teodoro Sánchez cumple dos meses sin rastro del vecino de Tordesillas
La familia denuncia la desaparición de un hombre de 51 años al que se perdió la pista el 17 de septiembre en Santovenia de Pisuerga
«No sabemos nada de nada», lamenta Jesús, un nieto de Teodoro Sánchez Bravo, el vecino de Tordesillas, de 95 años, al que su familia perdió la pista entre la noche y la mañana del 2 al 3 de agosto ... . Más de dos meses han transcurrido ya desde que una de sus hijas acudió a primera hora de aquel martes al domicilio de su padre y se encontró con la puerta cerrada y la vivienda vacía. Sus allegados, los vecinos y los agentes que investigaron su desaparición «no han logrado encontrar aún ni un solo indicio» que permita, al menos, seguir sus pasos desde que salió de su casa hoy hace 81 días. Con sus noches. «Parece que se lo ha tragado la tierra», reconoce su nieto.
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«A mi abuelo parece que se lo ha tragado la tierra», lamenta el nieto del anciano de 95 años, al que perdieron la pista en agosto
Su búsqueda, que continuará activa hasta que algún indicio permita su localización, se suma a otros tres casos activos de personas desaparecidas en la provincia, cuyos rostros y descripciones muestra la página web del Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES), un organismo oficial que canaliza las denuncias de las familias. Entre ellas figura ahora la cursada por los allegados de un vecino de Santovenia de Pisuerga, José Miguel Rodríguez Duque, de 51 años, un hombre al que perdieron la pista el 17 de septiembre, hace ya más de un mes, cuando salió de su domicilio. Vestía pantalón vaquero, camiseta roja de manga corta, una chaqueta roja (con el logo DHL) y calzado de trabajo. Su desaparición, en principio, parece «voluntaria», según confirman fuentes de la Guardia Civil. Tanto es así que fuentes municipales apuntan que la propia familia le sitúa en Bilbao y podrían haber mantenido, incluso, «algún tipo de contacto con él». Pero su búsqueda, en cualquier caso, continúa activa y sus datos figuran aún en la citada web del CNDES. «Todo apunta a que se fue voluntariamente, pero el caso hay que cerrarlo, hay que contactar con él y confirmar que está bien», aclaran fuentes de la investigación.
Más «inquietante» parece el caso del anciano de Tordesillas, un hombre de 95 años al que nadie ha conseguido situar en punto alguno desde que se esfumó de su domicilio. «Hubo batidas por el pueblo, pistas falsas que no nos llevaron a ninguna parte y a día de hoy seguimos sin saber nada de mi abuelo», lamenta su nieto, quien relata el «sufrimiento» que la incertidumbre sobre lo ocurrido está generando en la familia. «Mi madre acude prácticamente a diario al cuartel a preguntar y nunca nos transmiten novedades», añade.
Más de una denuncia diaria y treinta y tres casos sin resolver
La provincia, capital incluida, registró el año pasado más de una denuncia diaria de desapariciones hasta alcanzar las 282. La inmesa mayoría, 249, fueron resueltas por la vía rápida. El resto, otras 33 denuncias, se mantenían activas al comenzar el presente 2021. Prácticamente todas fueron desapareciones voluntarias y, de hecho, a día de hoy no figura ningún caso activo en los archivos de desaparecidos de 2020 del Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES).
No son las únicas familias que están sufriendo la ausencia de noticias sobre el paradero de sus allegados. El caso más longevo, y que se mantiene activo, se remonta al 24 de julio de 1990. María Dolores Sánchez Moya, entonces de 21 años, salió aquella mañana de su casa de Medina del Campo, en teoría, para coger un tren que debía llevarle a su lugar de trabajo, como asistenta en un domicilio, en la capital. Nunca llegó. Mide 1,60, pesaba 47 kilos, tenía el pelo liso y castaño, los ojos marrones y era de constitución delgada. Sus familiares vienen reclamando en los últimos años que se retomen su búsqueda pese a verse obligados a tramitar su declaración de fallecimiento por cuestiones legales. Ellos consideran que Dolores no se marchó voluntariamente. La falta de pistas sobre su paradero hizo que el caso, aunque activo, durmiera el sueño de los justos.
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Otra familia, afincada en Nava del Rey, también espera noticias de una chica, hoy de 17 años, Simona Camelia Melu, a la que perdieron la pista el 9 de julio de 2019. La investigación en este caso apuntó a una desaparición voluntaria con su pareja. Ellos piden que «no dejen de buscarla».
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