Bomberos de la Diputación de Valladolid diseñan una cabina de desinfección para las residencias

El miedo, la preocupación y la sensación de inseguridad que les trasladaron las trabajadoras de una residencia de mayores de una localidad de la comarca de Peñafiel con casos de coronavirus –a la que acuden regularmente a realizar trabajos de desinfección, como a otras tantas– fue el impulso que puso en marcha el diseño y construcción de una cabina de desinfección por parte de dos bomberos del parque de extinción que la Diputación vallisoletana tiene en Peñafiel. El jefe de la dotación, Miguel Ángel Pisador, y su compañero Saúl Peña, son quienes han ideado este dispositivo, contando además con la ayuda de sus compañeros en el montaje.

«Le contamos la idea al jefe de servicio de la Diputación, quien nos propuso ponerla primero en un centro de la institución provincial para probarla», refleja Pisador. El prototipo se instaló el pasado miércoles en la residencia Doctor Villacián, muy golpeada por el coronavirus.

La siguiente cabina, tal y como se comprometieron con las trabajadoras, han pensado regalarla e instalarla en la residencia de la localidad peñafielense de donde les surgió la idea. Desde el primer momento han recibido apoyo de la Diputación, que asumirá el coste que, en el caso de esta primera cabina, ronda los 280 euros.

Con la idea en la cabeza y el diseño en el papel, lo siguiente fue adquirir los componentes en una ferretería de Peñafiel: tubos de PVC, boquillas difusoras…, y un compresor. Incluso un electricista del municipio, Juan José Muela, les proporcionó e instaló gratuitamente una célula detectora de presencia para que automáticamente se activen los difusores, aplicando la mezcla de agua e hipoclorito sobre la ropa protectora de las trabajadoras una vez que salen de una zona donde haya personas contagiadas a otra sin el virus. Este dispositivo aumenta la seguridad, pues no es preciso tocar nada, ni siquiera un botón.

El calzado también se desinfecta gracias a una alfombra que en cada pulverización queda impregnada del desinfectante. «La persona que entra en la cabina solo tiene que levantar los brazos, girar lentamente y, en unos segundos, está descontaminada, pudiendo así desplazarse a zonas limpias del virus o marcharse a casa tranquilamente», señala Pisador.

Añade también que «se pueden instalar las cabinas que sean necesarias e incluso convertir un largo pasillo, aprovechando su estructura, en una gran cabina». Otro factor importante es que su fabricación es rápida, por lo que pueden disponer de muchas en poco tiempo. Para la construcción de nuevas cabinas o estructuras desinfectantes ahora cuentan también con el apoyo altruista de la cadena Leroy Merlin, compañía que se ofreció a colaborar facilitándoles los materiales. De momento, con los bomberos de Peñafiel se han puesto en contacto compañeros de toda España interesándose por este sistema.