Voluntarios del Banco de Alimentos organizan frutas y verduras frescas para el reparto. carlos espeso
Valladolid

Más de mil beneficiarios del Banco de Alimentos son nuevos pobres por la crisis de la covid

servicios sociales ·

La organización prevé que seguirá atendiendo a los damnificados de la pandemia al menos durante dos años más

M. J. Pascual

Valladolid

Sábado, 25 de septiembre 2021, 08:16

El número de usuarios que necesitan acudir a la ayuda del Banco de Alimentos se ha incrementado en más de un millar en ... los últimos meses por los efectos de la crisis económica derivada de la pandemia y estos nuevos pobres seguirán precisando de la ayuda de la organización al menos durante dos años más. El responsable de la organización en Valladolid, Jesús Mediavilla, señaló que, si bien la situación «se está estabilizando». en estos momentos se está atendiendo a 16.100 personas, una vez superado el «pico máximo» de solicitudes en lo peor de la pandemia, ya que se llegó a alcanzar el año pasado la cifra de 17.300 beneficiarios de estos alimentos de primera necesidad. De cara al año que viene y al siguiente, apunta Mediavilla, «que serán duros, creemos que seguiremos atendiendo estas solicitudes, porque se trata de personas que nunca habían estado en esta situación, han perdido el trabajo y es difícil que vuelvan a recuperarlo, los perfiles que atendemos son todos de salario mínimo», precisa.

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Durante estos meses de pandemia, la federación ha reajustado los coeficientes en los alimentos que reparten, de manera que, explica, si antes se daban cuatro litros de leche por persona y mes, ahora se distribuyen seis litros por solicitante y, por el contrario, se reparte menos cantidad de pasta por persona. Además, se ha ampliado la variedad de productos «gracias a la solidaridad de mucha gente», con lo que los beneficiarios pueden acceder a café, embutidos, conejo congelado, cremas de verdura y otros alimentos necesarios para una dieta equilibrada. En total, son 5.366 las familias (con una media de tres miembros) radicadas en la provincia de Valladolid que están recibiendo productos para comer de esta organización, una cifra de personas superior a la que se atendía en la prepandemia, cuando se contabilizaron 15.000 personas (unas 5.000 familias).

En cifras

  • 5.366 familias de Valladolid precisan de la asistencia de esta ONG para garantizar su alimentación diariamente.

  • 17.300 solicitantes contabilizó el Banco en el pico de la pandemia, 2.300 usuarios más que los contabilizados el año anterior a declararse la pandemia.

Puntualiza Mediavilla que durante todo el año atienden a más de 17.000 personas, aunque muchas de ellas solo precisan de ayudas urgentes o la asistencia es temporal, si bien han detectado que se está «cronificando» la pobreza ocasionada por la crisis de la pandemia en un millar de nuevos beneficiarios.

El Banco de Alimentos también suministra a otras organizaciones como Cruz Roja y Cáritas, «de manera que las aportaciones no se repiten y se diversifica el trabajo, aunque hay casos en que las Cáritas parroquiales son autosuficientes y no nos solicitan alimentos porque pueden suministrárselos ellos». Subraya Mediavilla que entre las tres organizaciones «estamos realizando una labor muy importante».

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Frutas frescas

El pasado martes recibían en los almacenes del Banco de Alimentos en el polígono de Argales cerca de 14 toneladas de frutas y verduras frescas que el miércoles distribuyeron a los centros de acción social (CEAS) y otras entidades colaboradoras de servicios sociales. La pandemia obligó la ONG a replantearse la logística, pues se quedó bajo mínimos, apenas con un retén de guardia, durante el confinamiento. En marzo de 2020, días antes de que se decretara el estado de alarma, aceleró el reparto de víveres entre las 144 entidades colaboradoras (de parroquias a ONG) para que los hogares más vulnerables hicieran acopio de comida para hacer frente a una reclusión en casa que al final fue más larga de lo que en un primer momento se pensó. Por eso, en abril, tuvieron que regresar algunos voluntarios para retomar el reparto y se recibieron muchas donaciones del sector de la hostelería, que se encontró con productos a lo que no podía dar salida y los dieron para evitar que se estropearan. También tuvieron que suprimirse las operaciones kilo y las donaciones en especie de los supermercados, que se suplieron con aportaciones económicas en las campañas, una fórmula que ha venido para quedarse. La vacunación ha permitido a los voluntarios volver al trabajo.

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