Asprona, 58 años de solidaridad para la integración

Los primeros pasos en la integración de las personas discapacitadas eran «escasos», pero la llegada de Terry O'Brien –irlandés que ideó las marchas solidarias– a la ciudad «lo cambió todo». Atrás quedan ya esas primeras 100 personas que inauguraron la Marcha Asprona en Valladolid y ese «duro camino» de 50 kilómetros hasta la Plaza Mayor de Palencia.

El «loco errante» de las caminatas asentó «un camino hacia la visibilidad de un colectivo que antes estaba oculto», expresó el director del grupo Vocento, Carlos Aganzo que, junto al hijo del ya fallecido Terry O'Brien, Patric O'Brien; la presidenta de la Fundación Miguel Delibes, Elisa Delibes, y el director de Asprona en 1978, Lorenzo González, recordó «el impulso de los 58 años de la Marcha Asprona hacia la evolución social» en la mesa redonda que se celebró ayer en la Biblioteca Nacional de Castilla y León. «Esta idea descabellada de mi padre de los años 50 triunfó y sentó la raíz de todas las marchas solidarias del país», explicó Patric O'Brien.

Uno de los primeros vallisoletanos que se unió a las causas sociales fue el escritor Miguel Delibes que, con el apoyo del periodista de El Norte de Castilla Lorenzo Martínez, «fue capaz de reunir a la gente y buscar una solución para los padres con hijos discapacitados», reforzó Elisa Delibes, quien acudía «habitualmente» a las marchas con su padre. «Le apasionaba andar, pero nunca comía nada durante la caminata», recordó. Delibes era un hombre muy comprometido con las causas sociales y, por supuesto, con Asprona, a quien su hija agradece «la labor de inclusión de todas las personas».

Este «movimiento familiar» de Asprona debe su labor al apoyo de todas las personas que participan cada año. «El tirón de Miguel Delibes fue importantísimo para lanzar el mensaje», aseguró Lorenzo González. Y es que lo más importante es «que se sientan integrados», y ese era el objetivo que perseguía O'Brien, quien comenzó con la idea de financiar un vestuario de un equipo de rugby de Irlanda y, por ello, «formó una gran caminata en la que era obligatorio dar un incentivo económico por cada kilómetro recorrido», añadió su hijo, que también aseguró que «la confianza que transmite Asprona es lo que motiva que la alegría de este loco irlandés siga viva».

El mensaje «esperanzador» que lanzaron Miguel Delibes y Terry O'Brien hace que «todavía hoy miles de participantes sigan activos y sus palabras lleguen a casi toda la población porque la capacidad de contagio fue rápida», comentó el director de la asociación Asprona, cuyo proyecto social «es un sueño hecho realidad».

El trabajo minucioso, el cambio de mentalidad y el apoyo institucional han sido tres de las claves «más importantes» para dar «cada paso de manera coherente», recalcó González, quien recordó además que «las familias sabían que si sus hijos se quedaban encerrados en casa, era imposible la integración». Y salieron a la calle, como hacía O'Brien. Salieron para «asegurar un pilar básico hoy en día para la integración social».

Hoy es una iniciativa «irreversible» y muy difícil pensar en su desaparición. «Si eso ocurriese, habría que buscar algo que lo sustituyera, porque lo que perseguimos es intensificar el estado de las causas sociales», concluyó el director de Asprona en 1978.

El grupo de lectura fácil de la Biblioteca Nacional de Castilla y León formado por Loli de la Fuente, Pablo de la Fuente, Paula Alonso y Rebeca Díez recitó al final del evento una biografía de Miguel Delibes que ellos mismos habían elaborado, junto a su profesora Soledad Carnicer, para trabajar la sensibilidad cognitiva.