Vida de Barrio

Arturo Eyries, el barrio del que «ya no hace falta salir para hacer vida»

Doctor en famarcia con relevantes cargos en el ejército del aire, Arturo Eyries nació en Valladolid en 1893 y falleció en 1970, prácticamente en el mismo año en que se comenzaron a construir las primeras viviendas del barrio. Fue en 1972 cuando el Instituto Nacional de la Vivienda hizo posible que el proyecto saliera adelante, razón por la que la mitad de las viviendas son de promoción pública.

Nada más cruzar el puente de la División Azul, aunque se desconoce realmente su nombre oficial, Arturo Eyries se expandió incorporando viviendas de iniciativa privada. Esto diversificó el perfil socioeconómico del barrio, que pasó de una promoción eminentemente pública a una mezcla más heterogénea.​ Un claro ejemplo de su crecimiento fue la construcción del Polideportivo Pisuerga, cuya primera piedra fue colocada en 1984 con Tomás Rodríguez Bolaños como alcalde, para inaugurarse un año después y albergar el Campeonato Mundial de Gimnasia Rítmica.

En su origen, el pabellón se llamaría 'Arturo Eyries' para después recibir el nombre de 'Pabellón Pisuerga'. Actualmente, también acoge multitud de conciertos y otros eventos deportivos de gran importancia a nivel internacional, el último de ellos el Premier Padel de Valladolid 2024, que pasó de jugarse en la Plaza Zorrilla al polideportivo de este barrio.

Tampoco se puede pasar por alto que, en 1996, el Consorcio de Enseñanzas Artísticas, compuesto por la Diputación y el Ayuntamiento, trasladó a la Casa Cuna el Conservatorio de Música y la Escuela de Arte Dramático, que hasta entonces se ubicaban en el Hospital Provincial. Eso sería hasta 2010, cuando pasaron a depender de la Junta de Castilla y León y en el caso del conservatorio, este se trasladó al Centro Cultural Miguel Delibes.

Con 3.200 habitantes, según los últimos datos del Ayuntamiento de Valladolid, el barrio actualmente cuenta con zonas verdes ideales para pasear cercanas a la pasarela peatonal Pedro Gómez Bosque, inaugurada en 2011; pisos de gran altura, un enorme polideportivo o el Museo de la Ciencia ya a las afueras, lo que hace que sea un barrio que acoge algunos de los proyectos más destacados de Valladolid.

La notable evolución la destacan sus vecinos y comerciantes. Margarita Gómez Alvárez lleva cuarenta años con su mercería Baroja en la calle Ecuador, casi nada.

Durante cuatro décadas, además de vivir en la zona, observa a diario desde el escaparate de su tienda los cambios de Arturo Eyries. «Aquí antes nos teníamos que ir para estudiar o trabajar, ahora ya no hace falta irse para hacer vida» asegura mientras atiende a unos clientes.

En sus inicios, lo que más vendía era ropa de bebé, pues los vecinos que vivían aquí en la década de los setenta «eran gente muy joven que empezaba a tener hijos». Ahora eso ha cambiado por completo, pues no hay más que fijarse en los productos que vende. «El barrio ha envejecido y ya no hay tanta gente joven ni niños que vivan aquí, así que nos hemos reiventando» explica.

Cerca del Polideportivo Pisuerga, muchos jubilados como Ana del Campo o Marisol Pragado acuden por las mañanas a diario a hacer deporte. «No somos vecinas, pero nos gusta mucho ir a este barrio a hacer deporte y luego tomarnos algo en el bar que hay al lado» explican con sus esterillas a la espalda tras una mañana intensa de pilates. «El barrio es tranquilo y la gente amable, aquí nosotras siempre estamos a gusto» concluyen antes de invitarnos a tomar un café en el bar 'Donde María', en la plaza de México.

«Aquí el ambiente es muy bueno, pero sobre todo es una locura los días que hay partido» explica Ana Miguel mientras sirve unos cafés a clientes que vienen aquí a diario. «La gente es muy amable, hablas con ellos todos los días y muchos son como una familia» dice orgullosa.

Tranquilidad, ambiente familiar y con mucha más vida que en sus orígenes, el barrio de Arturo Eyries ha experimentado cambios sustanciales desde sus primeras construcciones, asentado ya como una zona en la que es posible hacer vida a diario sin necesidad de ir hasta el centro u otras zonas con grandes aglomeraciones.

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