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Vadillos, un barrio lleno de gente «humilde, trabajadora y muy luchadora»Originalmente, Vadillos era un área rural que formaba parte de las tierras de cultivo que rodeaban la ciudad. Con el tiempo, a medida que Valladolid fue creciendo y expandiéndose, la zona comenzó a desarrollarse como un barrio residencial, pero lejos aún de parecerse a lo que conocemos en la actualidad.
Durante el siglo XX, especialmente en las décadas de 1960 y 1970, experimentó un notable crecimiento debido a la urbanización y la llegada de nuevos habitantes en busca de vivienda. Este crecimiento estuvo impulsado por la industrialización de la ciudad y la necesidad de alojar a los trabajadores que se trasladaban a Valladolid.
A lo largo de los años, el barrio se ha caracterizado por mantener un carácter tranquilo y familiar, con una comunidad activa y servicios que han ido evolucionando con el objetivo de logar las necesidades de sus residentes y de vecinos muy próximos de Delicias o La Circular. Hoy en día, Vadillos combina pues la tradición con la modernidad, y ofrece un ambiente acogedor y accesible.
Fruterías, panaderías y otros comercios, se encuentran muy cerca del emblemático edificio de ladrillo conocido como «La Cerámica», industria pujante hasta los años 70 del siglo XX que más adelante cerraría gracias en parte a la presión de la Asociación Vecinal Bailarín Vicente Escudero, pues «constituía en ese momento el mayor problema medioambiental del barrio por los humos contaminantes de la chimenea», argumentan.
Luis Ángel González
Panadero en Vadillos desde hace 30 años
Gracias a panaderías con más de 30 años de historia como la de Luis Ángel González, que forma una larga cola hasta la calle, las conversaciones entre los clientes y el capitán al mando de este pequeño comercio, uno puede hacerse una pequeña idea de cómo es la vida en Vadillos.
«Aquí ya hay sobre todo gente mayor, pero no paran de entrar clientes a pesar de que los supermercados se comen estos comercios, pero yo no me puedo quejar, los vecinos son como mi segunda familia» explica mientras atiende a Pedro Robledo, vecino jubilado de La Pilarica que visita a diario el barrio y, concretamente, esta tienda situada a escasos metros de la histórica fábrica Eloy Silió.
«Yo soy cliente de toda la vida, me gusta venir aquí porque es una zona tranquila y aquí venden muy buen pan» dice alegremente mientras mantiene una divertida conversación con el resto de la cola.
Luciano Félix Bay
Vecino de Vadillos
Más adelante, esa tranquilidad y familiaridad se mantienen intactas en la propia plaza de Vadillos, donde se encuentra la escultura «Homenaje al Deporte» del escultor Alberto García Gutiérrez. Allí es habitual ver pasar a vecinos ya veteranos con bolsas de la compra y acompañados de sus cuadrillas, aunque también los hay quienes disfrutan a solas en un banco mientras toman el sol y escuchan la radio. Es el caso de Luciano Félix Bay, que enmigró desde República Dominicana a Valladolid para trabajar y buscar «paz y tranquilidad» con su esposa.
«Estoy muy feliz con Vadillos, es tranquilo y la gente es amabale, aunque lo que menos me gusta de la ciudad es el frío que hace» afirma riéndose Lusiano mientras apura los últimos rayos de sol en su «banco favorito» en el que descansa todas las mañanas mientras añora el buen tiempo de su tierra, aunque a la vez disfruta del ambiente que hay en su nuevo hogar.
Pero los más jóvenes tienen también mucho que decir sobre el barrio en el que se han criado rodeados de gente con mucha experiencia y muchas historias que contar.
Rebeca Martín
Autoescuela Vadillos
En una autoescuela histórica como es la de Vadillos, que cumple 34 años de «tradición familiar» y en la que vemos a jóvenes conductores recoger orgullosos sus 'L' para empezar ponerse manos al volante, Rebeca Martín, jóven encargada de atender a los clientes, asegura estar encantada de convivir a diario con los vecinos del barrio. Ella los describe como gente «humilde, trabajadora y muy luchadora» basándose sobre todo en la historia tan reivindicativa que tiene esta zona y que continúa hoy en día.
Con objetivos claros marcados por su asociación de vecinos como «la urbanización de determinadas calles o la recuperación de la casa cuartel para dotaciones sociales y deportivas» Vadillos es el claro ejemplo de un barrio que creció como la espuma gracias a la industrialización de la ciudad y que, con el paso de los años, ha experimentado un notable envejecimiento de sus vecinos, que hace que sea una zona tranquila y agradable en la que vivir.
Diego Fernández y Rodrigo Ucero se acercan hasta Barrio España, cuyas primeras viviendas se construyeron hace más de un siglo, en 1915.
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