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Ana Santiago
Lunes, 7 de diciembre 2015, 09:23
El Hospital Sagrado Corazón ha dado un paso más en sus intervenciones cardiacas y ha introducido en su cartera de servicios el recambio de válvula cardiaca sin necesidad de cirugía. Una respuesta a casos muy graves que no pueden tratarse con una operación quirúrgica abierta debido a su alto riesgo por las características del paciente.
A finales del pasado mes de octubre, el equipo del centro médico de intervencionismo, CEMíN, del sanatorio llevó a cabo, con total éxito ya hacen vida normal , sus dos primeras intervenciones de este tipo a enfermos que tenían síntomas que provocaban fatiga y no podían caminar a un ritmo normal. Así, un equipo de cirujanos cardiacos y de cardiólogos, con más de 20 años de experiencia en el manejo de cardiopatías complejas en el sector privado, realizó dos procedimientos distintos; pero ambos sin anestesia general y sin la complejidad de la operación más convencional. Ambas son mujeres de más de 57 años y con un alto riesgo.
Concretamente, en uno de los casos, los cirujanos optaron por colocar una prótesis aórtica transcatéter como tratamiento que se elige en casos de estenosis aórtica grave sintomática considerados inoperables, conocido comoTAVI (transcatheter aortic valve implantation) por sus siglas en inglés... En el otro caso, el equipo facultativo optó por colocar un Mitraclip, un dispositivo mitral. El hospital estima que, al año, colocará unos diez TAVI y tres o cuatro dispositivos del otro tipo.
Cuando un paciente tiene un problema valvular grave, su única opción para evitar un empeoramiento es el cambio de la válvula mediante una cirugía convencional; pero algunos pacientes con estos problemas tienen una edad muy avanzada u otras enfermedades asociadas, especialmente pulmonares o de riñón, que suman riesgo a la intervención, por lo que la cirugía está desaconsejada. «Hace años estos enfermos no tenían solución», explican los coordinadores del grupo, los doctores Alberto San Román y Francisco Fernández Avilés. Ahora, y es una práctica habitual en hospitales públicos pero muy escasa en los privados de toda España en Castilla y León, el CEMíN, en el Sagrado Corazón, es el primero y único, pueden practicarse otro tipo de intervenciones para sustituir la válvula o implantar un dispositivo que hace que la natural funcione adecuadamente, mediante un cateterismo. «El procedimiento es sencillo», explican ambos especialistas, «las dos intervenciones se realizan con un simple pinchazo en la ingles, sin anestesia general, solamente con sedación; lo que, aparte de disminuir el riesgo inherente a la anestesia general y a la cirugía a corazón abierto, reduce mucho la estancia en el hospital;lo que resulta más cómodo y menos traumático para el paciente».
La diferencia es que, con estas técnicas, el enfermo pasa unos tres o cuatro días en el hospital frente a los ocho o diez de la cirugía convencional, sobre todo por el manejo de hemoderivados (de sangre) que requiere. Ambos especialistas explican los dos procedimientos: «Uno tenía una estenosis aórtica grave. Una enfermedad frecuente en las personas mayores que solo tiene solución con un cambio de válvula. Los especialistas optaron por la intervención con catéter para colocar una válvula a través de una arteria de la pierna. Mientras, charlábamos con el paciente». El otro enfermo «tenía insuficiencia mitral grave y un corazón con su función muy deteriorada. Debido a su altísimo riesgo quirúrgico se optó por colocar un Mitraclip. Los dos están dados de alta, sin síntomas y han retomado su vida anterior».
La clave del éxito
Además de «un grupo humano muy experimentado y coordinado y de un centro asistencial perfectamente dotado destacan los responsables hace falta hacer una valoración muy exhaustiva para comprobar que el paciente es un buen candidato y asegurarse de que el procedimiento por cateterismo es técnicamente factible y va a tener un buen resultado».
Además «debe hacerse un profundo estudio con pruebas de imagen complejas para conocer con exactitud el estado de la válvula que se va a tratar y de las zonas cercanas así como de las arterias por donde se va a conducir el TAVI o el Microclip. Y, por supuesto, hay que contar con especialistas en cuidados críticos, que sepan actuar ante eventuales complicaciones».
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