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J. MORENO
Lunes, 28 de noviembre 2011, 01:47
Aunque nació en Eibar (Guipúzcoa), la nueva decana de los procuradores de Valladolid se considera por sus raíces maternas «muy castellana». Licenciada en Derecho en la promoción de 1991 de la UVA, lleva quince años ejerciendo la profesión. El pasado julio, los 135 compañeros (83 mujeres) la animaron a ser decana, tras estar años en la Junta del Colegio.
-¿Por qué ejercer como procuradora y no como abogada?
-Tenía una amiga procuradora y me planteé echarle una mano. Ví cómo era esta profesión, me gustó y aquí estoy. El abogado no se quita nunca el pleito de encima. La actividad de los procurador es más de gestión del procedimiento y te deja tiempo para atender a la familia.
-¿Por qué el procurador debe llevar la representación del cliente en el pleito y no el abogado?
-Porque el letrado debe dedicarse a la defensa legal y es necesario que otro profesional controle las garantías procesales. Es una colaboración fructífera mutua.
-Pero el cliente conoce más al abogado y piensa que los gastos se duplican por la factura que paga.
-Antiguamente no era así ya que era con el procurador con el que tenía más relación, y era este el que le recomendaba a un letrado o a otro. Somos una figura profesional desconocida que es imprescindible en muchos procedimientos judiciales. Respecto a los gastos, creo que hay mucha desinformación. Cuando se explica la minuta de un procurador la gente se queda sorprendida ya que es mínima. Por ejemplo, los aranceles en materia penal son bajísimos. Si el abogado asumiese las tareas de un procurador tendría que facturárselas también al cliente y había que ver a qué precio.
-Es usted la primera mujer al frente del Colegio de Procuradores.
-Sí, me animaron mis compañeros a presentarme después de estar más de cuatro años en la Junta. Ahora somos un equipo muy comprometido con el colectivo y con ganas de trabajar por él.
-¿Qué problemas tienen ustedes profesionalmente?
-Quizás que desde el ámbito europeo no se entiende muy bien la figura del procurador dentro del sistema judicial español. Es cierto que no existe en el Reino Unido o en Alemania, pero sí en Portugal. Creo que en algunas cosas no tenemos por qué adaptarnos a Europa.
-¿Pasan ustedes por un difícil momento para cobrar los honorarios de sus clientes?
-Así es. La mayoría de las reclamaciones que hacemos, y que los jueces nos dan la razón, no se pueden luego cobrar, bien porque no hay voluntad por parte de los clientes o porque éstos se declaran insolventes. En esto, los procuradores no somos distintos a lo que está sucediendo en la crisis con otro tipo de acreedores, que ven cómo la ejecución o la recuperación de las cantidades que se deben son incobrables. Cuando un procurador decide dar el paso de ir contra su cliente, por un impago, antes ha pasado tiempo y mucha paciencia.
-Sin embargo, han aumentado el número de colegiados este año.
-Sí, se han registrado otros siete cuando en anteriores esta cifra llegaba a tres. La ley de Acceso a la Abogacía y a la Procuraduría, que establece la realización de cursos para los futuros profesionales, ha tenido parte de culpa. De todos modos, lo que está ocurriendo con esta bajada de ingresos es que los procuradores se están buscando una segunda ocupación no relacionada con la Administración de Justicia.
-¿Qué opina de la ley de Acceso a la Abogacía y a la Procuraduría?
-Me parece un acierto para avalar la experiencia profesional después de tener la licenciatura de Derecho. Hasta ahora parecía que solo bastaba con colegiarse y poner una placa en el buzón para poder llevar cualquier procedimiento. La práctica te dice que eso no es así.
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