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Á. BLANCO
Domingo, 3 de abril 2011, 03:22
Hace poco más de cinco años, Rosalita McGee no existía. Hoy la conocen en toda España, en casi toda Europa y ya se está preparando para dar el salto a Estados Unidos y los mercados asiáticos. Su creador es el empresario y diseñador vallisoletano Julio Martín, que al frente de Textiles Montecid está a punto de hacer realidad uno de sus sueños: vender sus creaciones en el país donde nació Bruce Springsteen. «El nombre es el título de una canción suya; me encanta cómo suena en inglés, 'Rosa lira'». Además, tiene a su favor la baza de una ropa con estampados de inspiración 'tex mex' y, sobre todo, «teñida de optimismo y con un colorido alegre».
Hace poco más de cinco años no existía y el año pasado facturó seis millones de euros, un tercio de los cuales se generó más allá de las fronteras. Martín se ha propuesto que esa porción se duplique al finalizar 2012 y, para conseguirlo, cuenta con la confianza que le dan las dos armas con las que está equipada la empresa: diseño y vocación exterior.
«El diseño es nuestra I+D, lo que nos distingue del resto de marcas y donde plasmamos nuestra creatividad e innovamos tanto con los estampados como con los tejidos y los materiales», explica desde las instalaciones en el polígono de La Mora. Allí, una decena de las 45 personas que componen la plantilla de la empresa se dedican a diseñar la ropa, bolsos y complementos de las marcas Rosalita McGee, Missing Johnny y Rosalita Señorita. Otras tantas personas forman el departamento de exportaciones de Textiles Montecid, donde acompaña a Martín «una ONU en pequeñito», con representación italiana, belga, mexicana, colombiana...
Una vez diseñados los modelos, que van destinados a niñas y mujeres de todas las edades y van aderezados con los motivos, bordados, crochets, parches y adornos marca de la casa, la confección de las prendas se lleva a cabo en Asia, la gran mayoría en China. «Son los alemanes del continente asiático, muy serios, y nos permiten cumplir con los compromisos de volúmenes y plazos con nuestros clientes», explica. Las prendas pasan a continuación por el control de calidad, que se realiza en Valladolid, antes de partir en dirección a destinos de toda Europa. «Vendemos nuestras tres marcas en cerca de dos mil establecimientos multimarca, de los que más de la mitad están en España. No trabajamos con pedidos excesivamente grandes, llegan a un máximo de 15.000 unidades, pero son muchos y muy diversificados, lo que nos permite no estar en manos de nadie y compensar los resultados de unos y otros lugares».
Ropa con personalidad
Martín preferiría cumplir con el objetivo de crecimiento que se ha fijado para Textiles Montecid de una forma «controlada». La empresa arrancó con diez empleados y los ha multiplicado por cuatro en otros tantos años. El volumen de actividad ha experimentado una progresión también sostenida. «Acabamos de finalizar la distribución de toda la temporada de verano y estamos un poco con la lengua fuera -confiesa Martín-. Creo que nos conviene bajar un poco el ritmo y buscar un crecimiento del 25% para poder ser fieles a nuestro deseo de hacer las cosas bien». Ahora disfrutarán de unos meses sin trasiego de mercancía antes de ponerse, en junio, manos a la obra con la ropa de la temporada invernal. «La moda es como tener un examen cada seis meses... y más te vale sacar buena nota», bromea.
Además de las tres marcas de ropa, la empresa cuenta con dos tiendas de 'Rosalita McGee' en Valladolid, una en Salamanca y otra, franquiciada, en Kuwait. «Es algo anecdótico, la gestiona una clienta con la que tenemos muy buena relación y que nos pidió abrir una franquicia en un centro comercial de lujo».
Si hablamos de industria textil española y de comercio exterior resulta inevitable referirse al gigante Inditex, dueño de Zara. ¿Es el emporio gallego una bendición para la moda española? Responde Julio Martín: «Podría serlo para el sector textil del país, en el sentido de difundir por todo el mundo la calidad de nuestra moda; el problema es que existen estudios del Icex que constatan que en el exterior no se identifica a Zara con España». En cualquier caso, el concepto de negocio que Martín tiene en la cabeza «no es vender ropa que se consuma en una temporada y no sobreviva de un año para otro, sino hacer ropa diferente, con la que una persona se pueda identificar, tenerla siempre en el armario y ponérsela varios años».
En el imparable momento de crecimiento por el que atraviesa la empresa, su responsable ha apostado por rodearse de un grupo de jóvenes políglotas y capacitados para explotar hasta la última ventaja de las que ofrecen la nuevas tecnologías, las telecomunicaciones, las redes sociales. Montecid está en contacto directo con sus casi dos mil clientes -a los que acaba de surtir con 40.000 catálogos- y está presente con sus tres líneas en Internet, con página de Facebook, twitter, etc. Entre el equipo que está detrás de 'Rosalita McGee' se respira un ambiente de dinamismo y camaradería, como si fuera el proyecto de un grupo de amigos, en el que, si hace falta, caben también los miembros de la familia.
«Los canales de promoción han cambiado. Publicitamos nuestras prendas a través de redes de blogueras que escriben sobre moda en Internet. Son líderes de opinión que cuentan con grupos de seguidores muy numerosos, sobre todo en Francia. Les ofrecemos que se prueben la ropa y ellas hacen una crítica en su blog que sabes que va a ser leída por miles de 'fashion victims'», argumenta Julio Martín , acompañado en esta ocasión por Manuel Pérez, responsable de comunicación.
«Mantenemos la ilusión del primer día porque las oportunidades que ofrece la salida al exterior nos hacen ser optimistas. Queremos ir a Canadá, a los USA, a Japón y también a China. Nos sentimos creadores, el diseño es nuestra otra gran baza, y además mantenemos una base industrial que nos diferencia de otras empresas del sector y nos permite crear riqueza en el país, que es de lo que se trata».
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