Acor adelanta elecciones tras dos años convulsos de Medrano en la presidencia
La fecha de los comicios se prevé en verano, pero antes se celebrará la asamblea de delegados, fijada para el 18 de este mes
Han pasado dos años, dos meses y cinco días desde aquel 8 de marzo de 2019, en el que Justino Medrano ganó las elecciones de ... Acor. Su mandato tenía un horizonte de cuatro años, pero las «presiones externas» y la «división interna» han provocado la convocatoria de elecciones, a propuesta del presidente, tal y como acordó ayer el Consejo Rector de la cooperativa.
La decisión se adoptó por unanimidad, con la única abstención del representante de los trabajadores, «en un ejercicio de responsabilidad por parte del Consejo Rector para dotar de estabilidad a Acor y que sean los socios quienes elijan un nuevo equipo rector que dirija la cooperativa, que el próximo año cumplirá 60 años», manifiestan fuentes de la entidad. Con esta decisión, además, se «trata de evitar que los propios trabajadores se vean afectados por este ambiente de presión y puedan seguir desarrollando su labor con absoluta tranquilidad y profesionalidad».
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«Este paso se adopta por el bien de la cooperativa y con el objetivo de acabar con las presiones externas, superar la división interna que arrastran los órganos sociales y salvaguardar a la entidad de cualquier estrategia que pueda perjudicar a los intereses generales de los cooperativistas, de los proveedores y de los clientes», manifestaron fuentes de la remolachera.
De este modo, termina una etapa convulsa en la que detractores y partidarios coinciden en señalar que Medrano y su equipo no lo tenían fácil una vez que tomaron las riendas de la cooperativa. Ese mismo año la firma azucarera dio pérdidas históricas, 14 millones de euros. Un aspecto económico al que se ha sumado además la división del Consejo Rector, por lo que el corto mandato no ha estado exento de polémica.
El primer año quedó marcado por las salidas de las personas que integraban el círculo más cercano del anterior presidente, Carlos Rico, y sirvió también para auditar la situación interna de la cooperativa, que suma casi 4.500 socios en toda la región.
En el segundo año las diferencias en el seno del consejo rector se hicieron más que evidentes, dimisiones incluidas, algo que hasta el último minuto nunca fue reconocido por la presidencia de la sociedad.
Fue el 18 de febrero de 2019 cuando este periódico publicaba que un grupo de agricultores preparaba una candidatura alternativa a la de Carlos Rico, tras 16 años al frente de la presidencia. Pocos días después, se presentaba en sociedad Amigos de Acor, con Justino Medrano a la cabeza. Como primera medida ofreció en su campaña la reducción del sueldo del presidente en un 60%, es decir, cobrar alrededor de 101.000 euros al año, como así ha sucedido hasta hace escasas fechas, cuando anunció, de manera voluntaria, otra bajada del 60%. Tras la victoria del equipo de Medrano se negoció durante dos semanas la salida de Carlos Rico, vinculado a la azucarera durante 22 años. Nunca trascendieron los términos de ese acuerdo.
El 30 de abril de ese 2019, tras cinco años y medio, también salió el director general, José María Zarandieta, al tiempo que se produjeron algunas prejubilaciones. Se entendió que era preciso marcar una nueva etapa. Esa dirección general fue asumida por José Luis Domínguez.
Primeras diferencias
Hasta ese momento, al menos de puertas para afuera, la situación era tranquila en la cooperativa y en su Consejo Rector, del que trascienden la primeras diferencias en junio de 2020, cuando se pone sobre la mesa la idea de contratar a un consejero delegado con funciones ejecutivas de apoyo al presidente.
No se llegaron a confirmar los nombres oficialmente –al menos hubo tres–. Nunca se produjo un consenso entre el presidente y su equipo y se empezaba a identificar una parte crítica que variaba entre cuatro y seis personas, según el asunto que se abordara. En el Consejo Rector son 12 miembros con voto y en caso de empate el presidente puede ejercer su voto de calidad.
A primeros de junio de 2020, se hizo pública la venta de la planta fotovoltaica en una operación que se cifró en unos 20 millones de euros. El 27 de agosto estaba prevista la votación por parte del consejo del traslado de los trabajadores de las oficinas de Paseo Isabel la Católica de Valladolid a la planta de Olmedo, pero tras la publicación ese mismo día del asunto en este periódico, el presidente suspendió el encuentro. A penas dos días después, el traslado tenía luz verde. Este asunto no está cerrado, y queda pendiente la resolución de la demanda de conflicto colectivo, fijada para el próximo mes de junio.
En noviembre de 2020 se produjo la dimisión de cuatro de los miembros del consejo rector. La cooperativa volvió este ejercicio a una senda positiva, con un beneficio de 4,38 millones de euros. Esas cuentas estaba previsto que se aprobaran en diciembre, pero la Consejería de Sanidad no autorizó la celebración presencial debido a la pandemia.
«Seguridad y estabilidad en la planta de Olmedo»
La finalización antes de tiempo de este mandato «ha impedido cumplir todos los compromisos», destacaron desde el Consejo Rector en una nota de prensa. Sus miembros reconocen que partían de una situación «muy complicada y compleja en la que era difícil poner en marcha todas las medidas de ajuste que se consideraban necesarias». Pese a ello, destacan que dejan unas cuentas financieras saneadas y una contratación de más de 11.300 hectáreas que dotan de «seguridad y estabilidad a la planta de Olmedo». Será el próximo martes 18 de mayo cuando las cifras de 2020 se sometan a votación en la Asamblea Ordinaria de Delegados ya convocada.
Salvo cambio de última hora, la asamblea de delegados se celebrará el martes 18 de mayo en Valladolid. Esta decisión ha sido una de las últimas polémicas, dado que 21 delegados pidieron la convocatoria «inmediata» al entender que el aplazamiento respondía a otros motivos.
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