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Participantes en la Summer School posan para la foto de familia en las inmediaciones del Alcázar. IE University
IE University

Así planta IE University su semilla en 700 estudiantes preuniversitarios

La Summer School ofrece a alumnos de 16 y 17 años un aperitivo multidisciplinar de las seis escuelas de IE a través del descubrimiento personal y la interacción con Segovia

Miércoles, 9 de julio 2025, 08:30

¿Cómo explicar la esencia de IE University sin tener que matricularse un año? La respuesta a esta pregunta explica la impronta de Erik Schlie, decano de la Summer School, su fórmula para darles un «aperitivo» de la universidad. Un módulo de dos semanas que cursarán este verano 700 alumnos de 16 y 17 años procedentes de unos 60 países que pasan una semana en Segovia y otra en Madrid.

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Este alemán innovador habla de una inmersión completa en un formato corto, pero más intenso. «Lo que sacan en ese tiempo debe ser mayor que cualquier cosa que hagamos en IE», resume. Para muchos, acaben o no matriculados, es una época de descubrimiento, tanto personal como de las dinámicas colectivas. Es el momento «a-ha», el encendido de una bombilla que ilumina muchas trayectorias.

IE tiene seis escuelas: destaca la de negocios, pero ese tejido variado obliga a que la Summer School sea interdisciplinaria. Frente a la amplia metodología de los grados, el formato docente de dos semanas para más agilidad para una nueva forma de titulación, los 'microcredenciales'. «Para mí es parte del futuro de la educación. Me interesa la sostenibilidad. ¿Hago un máster o un programa de dos semanas?», plantea Schlie.

El otro pilar es la primera toma de contacto con futuros estudiantes. «Cuando has estado dos semanas, tendrás una opinión sobre nosotros». Así es como IE ha institucionalizado el trabajo que llevaba una década haciendo con preuniversitarios. «Es un programa que te prepara para las mejores universidades del mundo. Quiero plantar la semilla que les pone un paso por delante de los demás».

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Descubrirse a uno mismo

El primer paso de ese itinerario es descubrirse a uno mismo a través de asignaturas que no estudia en el instituto, una inspiración para decidir qué hacer con sus vidas. Por eso IE expone los «sabores» de sus seis escuelas, un contenido que vehicula los primeros días. «Después les agrupamos según sus intereses, les planteamos problemas y les damos herramientas para que encuentren las soluciones». Es esencial que el alumno se vincule con algo que le importa, así perfila su identidad. Y escuchan por primera vez un consejo que marcará sus vidas. «Enamórate siempre del problema, no de la solución».

La sostenibilidad explicada a través de un montaje con agua sucia distribuida a lo largo de varios países con fondos para adquirir materiales de filtrado, un ejemplo que aúna ingeniería, economía y política. «Son cosas que habitualmente ves en grados o máster, pero no con chavales de instituto. Es lo bonito».

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Los grupos, constituidos por un máximo de 140 estudiantes, van simultaneando a lo largo de seis semanas sus estancias en Madrid y en Segovia, su puerta de entrada, una ciudad que Schlie presenta como la vieja Europa.

Erik Schlie

«Es un programa que te prepara para las mejores universidades del mundo»

Cuenta la historia de Isabel la Católica y de Cristóbal Colón como una doble metáfora. Primero, compara la financiación de la reina a la odisea con la inversión de sus padres para traerles a España. Y la lección de que es posible descubrir algo totalmente distinto a lo que buscan inicialmente, en este caso, un nuevo continente. «Lo mismo os podría pasar a vosotros. Vais a tener que salir de vuestra zona de confort, superar el miedo».

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Una de sus primeras experiencias colectivas es visitar el Alcázar, una lección de historia con la que entender el presente. El momento «a-ha» lo experimentaron dos chicos de Los Ángeles cuando vieron el Acueducto y entendieron un experimento sobre canalización de agua que habían hecho en clase. Trabajan la interacción social a través de yincanas en las que recogen pistas a lo largo de la ciudad. Se graban a sí mismos cantando determinadas canciones o con algún tipo de improvisación, por ejemplo, en la Plaza Mayor. O encontrar algún tipo de fruta o verdura en un comercio. O ir a una tienda de regalos y comprar un suvenir específico. «De alguna manera, interactúas con la ciudad, pero están en medio de una misión». Se adentran en la provincia a través de las piraguas de las Hoces del Duratón, otra actividad en equipo con objetivos en la que, de paso, comen paella en una playa reservada. Aquí continúa el descubrimiento. «Hay gente que tiene miedo al agua ¿Cómo haces que se suban a un kayak?»

Algo parecido ocurre en el Creativity Center de la Casa de la Moneda con las clases de flamenco. Chicos con muchos reparos a bailar acaban recreando algo parecido a las sevillanas en apenas una hora. «Quiero demostrarte que puedes hacerlo, es un edificio de confianza. Y si puedes hacerlo con las sevillanas, también lo harás con un montón de cosas».

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