Segovia dispara el recuento de desfibriladores un 90% desde la pandemia
La capital lidera el registro de dispositivos de reanimación pero en los últimos años se han sumado multitud de pueblos pequeños
Los minutos cuentan a la hora de salvar vidas. Esa es la premisa que ha llevado a muchos municipios, empresas y asociaciones de Segovia a ... dotarse de dispositivos de cardioprotección. Alrededor de 30.000 personas mueren al año por muerte súbita o parada cardiaca fuera del ámbito hospitalario y a escala nacional, lo que se traduce en 80 fallecimientos de media cada día, según la estadística publicada por la Fundación Española del Corazón. La supervivencia es de prácticamente el 90% si se efectúan maniobras de reanimación en el primer minuto, de ahí que cada vez más instituciones y particulares hayan tomado conciencia sobre la necesidad de contar con desfibriladores por todo el mapa provincial. El recuento de estos aparatos se ha disparado cerca de un 90% en tan solo un lustro.
Publicidad
Los desfibriladores externos semiautomáticos (DESA) son unos dispositivos que, por medio de la colocación de implantes sobre el pecho, tienen capacidad para analizar el ritmo cardiaco, identificar sin errores las arritmias potencialmente graves -muchas de ellas letales, principalmente la fibrilación ventricular- y administrar las descargas eléctricas que restablezcan el latido normal. Es un aparato compacto que, por sus características, puede colocarse en multitud de espacios con el objetivo de facilitar su uso incluso a personal no sanitario, aunque siempre adecuadamente formado.
237 desfibriladores
con localización en centros no hospitalarios de la provincia figuran en el registro actualizado de la Junta de Castilla y León.
80% porcentaje
de casos de parada cardiaca o muerte súbita que se producen en los domicilios o en la vía pública.
La rapidez en la actuación es esencial a la hora de revertir esta situación. Unos segundos pueden ser determinantes a la hora de aumentar las posibilidades de supervivencia. Estas se reducen en un 10% por cada minuto que pasa sin iniciar maniobras de reanimación. «El tiempo es vital», esgrime la citada fundación, por lo que muchos puntos de la provincia se han propuesto extender una red de desfibriladores -y voluntarios- en un intento de llegar al máximo número de habitantes.
Lo ideal es no tener que utilizar estos dispositivos, cuyo uso fue regulado por la Junta de Castilla y León en 2008. Sin embargo, ha habido que acudir a ellos en varias ocasiones, sobre todo porque el 80% de los casos de muerte súbita o parada ocurren en domicilios o en plena vía pública, donde tan solo es posible prestar ayuda de forma inmediata a las víctimas mediante el uso de un desfibrilador. En este sentido, hay 64 municipios segovianos que han apostado por traspasar las fronteras de los establecimientos sanitarios y ambulancias para así repartir estos aparatos por multitud de recintos para realizar intervenciones de urgencia. El mismo ejemplo han seguido empresas y colectivos, entre los que destacan varios clubes ciclistas.
Publicidad
Dispositivos registrados
A día de hoy, el registro que elabora la Administración regional contabiliza un total de 237 desfibriladores semiautomáticos en espacios no sanitarios, casi un 90% más que en 2020. Es una cifra que se ha disparado en gran medida en tan solo una década, pues con anterioridad a 2015 apenas había censados 25 dispositivos de este tipo. Los primeros se colocaron en 2011, en el pabellón polideportivo Santa Clara de Cuéllar y en el Centro de Montes y Aserradero de Valsaín. Poco a poco se fueron sumando la Real Fábrica de Cristales, la Federación Empresarial Segoviana (Fes) o la factoría Ontex.
En aquel momento, multitud de personas desconocían con certeza la forma en la que se debían ejecutar los mecanismos de intervención urgente para salvar la vida de quienes habían sufrido una parada cardiaca. Las labores de divulgación han resaltado su importancia, por lo que incluso las más pequeñas localidades han decidido adquirir un desfibrilador semiautomático, con o sin subvenciones.
Publicidad
A diferencia de otras comunidades autonómicas más restrictivas, la normativa de la Junta no dispone de un listado obligatorio estricto de lugares en los que debe colocarse un aparato de este tipo, pero sí recomiendan su instalación en unos espacios concretos. Es un consejo que se guía principalmente por el nivel de riesgo de la población -personas mayores o deportistas- así como por la afluencia de público. En este sentido, los centros comerciales, gimnasios y polideportivos, institutos o universidades, grandes centros de trabajo, piscinas, hoteles o bares son algunos de los ámbitos donde la cardioprotección es prioritaria.
MÁS INFORMACIÓN
En la provincia, Segovia capital es la que cuenta con más desfibriladores censados en sus calles, edificios y establecimientos públicos. Los usuarios pueden hacer uso de 75 dispositivos si así lo precisan, los cuales están dados de alta en su mayoría en recintos municipales -pabellón Pedro Delgado, Centro de Recepción de Visitantes, centro cívico de San José, cuartel de Policía Local o centro de servicios sociales de La Albuera-. También se reparten por los locales de asociaciones, como son Hotuse o Cruz Roja; clínicas dentales, las estaciones de autobuses y trenes de alta velocidad, el centro comercial Luz de Castilla, la Base Mixta o residencias para personas dependientes. Torredondo, Hontoria y Revenga son a su vez localidades cardioprotegidas.
Publicidad
El Real Sitio de San Ildefonso suma hasta 25 desfibriladores en el término municipal según el registro de la Junta. Estos se distribuyen por el cuartel de la Guardia Civil, las piscinas, la casa de la cultura o el campo de fútbol, entre otros puntos. A ello se suman los aparatos existentes en Centro Nacional de Educación Ambiental (Ceneam) de Valsaín. Está seguido de Valverde del Majano, con nueve, que están instalados principalmente en empresas del polígono industrial; El Espinar, con ocho; Fuentepelayo y Marugán, con siete; Coca, con seis; y Cuéllar, Torrecaballeros y Sanchonuño, con cinco. Algunos vehículos, como son los de las agrupaciones de Protección Civil o de titularidad municipal, incorporan a su vez este elemento de reanimación en caso de parada cardiaca.
Diferentes iniciativas
En gran medida, las iniciativas para adquirir un desfibrilador parten del tejido empresarial, tanto pequeños negocios como grandes industrias. Sin embargo, en los últimos años han sido muchos los pequeños pueblos que han decidido ahorrar o reunir la cantidad necesaria por medio de iniciativas solidarias para poder efectuar una inversión importante -a partir de 1.200 euros- con el propósito de salvar vidas. Sobresalen Rebollo, Carbonero de Ahusín, Calabazas de Fuentidueña o Pinarnegrillo. Aun sin superar el centenar de empadronados, han realizado un gran esfuerzo económico para figurar en el registro autonómico al dotarse al menos de un DESA, así como para cumplir con las periódicas labores de mantenimiento e inspecciones.
Publicidad
Está previsto que este número experimente un importante incremento en los próximos meses, ya que la Diputación de Segovia ha lanzado recientemente una convocatoria para ayudar a localidades de menos de 2.000 empadronados en la compra de desfibriladores. La institución provincial contempla un desembolso de 148.000 euros, un presupuesto que ha sido suficiente para incluir en el listado de beneficiarios a 75 ayuntamientos. En total, hubo 122 solicitantes, lo que se traduce en más del 65% de las entidades que podían concurrir a esta línea de subvenciones.
Aunque los aparatos de reanimación urgente cuentan con iconos que permiten su fácil lectura para garantiza su correcto uso, el reglamento autonómico establece que tan solo los profesionales sanitarios y las personas formadas en reanimación cardiopulmonar (RCP), además de manejo de DESA, están capacitados para usar estos dispositivos. No obstante, debido a la impredecibilidad que caracteriza a estos episodios, el 1-1-2 puede autorizar su uso supervisado telefónicamente en plena emergencia.
3€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión