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Martes, 24 de septiembre 2019, 20:11
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La cárcel de Segovia ha celebrado este martes la festividad de la Merced, patrona de las instituciones penitenciarias. Los actos han escenificado las discrepancias entre los representantes de los trabajadores y la Administración General del Estado, ya que las organizaciones sindicales han rechazado participar en el encuentro institucional y se han manifestado en Madrid y Burgos para reclamar mejoras laborales y salariales.
Mientras se llevaban a cabo esas acciones de protesta, la subdelegada del Gobierno en Segovia, Lirio Martín, admitía las carencias contra las que se rebelan la plataforma compuesta por los sindicatos UGT, CC OO, CSI-F y Acaip. «Hemos pasado años difíciles, complicados, con una tasa de reposición mínima o inexistente», se ha lamentado la máxima responsable del Ejecutivo central en la provincia.
Martín reconoce que la falta de cobertura del personal, conjugado con el déficit de medios materiales para que las plantillas puedan llevar a cabo su función de la manera más adecuada, no es el mejor escenario; aunque por otra parte ha elogiado los esfuerzos que está haciendo el Gobierno de la nación para subsanar la escasez de personal gracias a las plazas convocadas en julio del año pasado y en abril de este ejercicio. Entre ambas, suman 2.100.
«Soy consciente de que no es suficiente», ha apostillado la subdelegada en defensa de ese intento de la Administración central por mejorar la situación del personal en las cárceles del país. En la de Segovia son 45 las vacantes sin cubrir.
Ante esta situación, Lirio Martín ha felicitado a los trabajadores del centro penitenciario por su profesionalidad. «Hacéis un trabajo duro y magnífico», les ha agradecido, a pesar de que «el riesgo es un factor inherente a la labor que prestáis».
Por otro lado, la subdelegada ha repasado la actividad que encierra la prisión de Perogordo dirigida a conseguir el objetivo último que persigue la política penitenciaria: la reinserción social de los penados.
Para muestra, el botón del taller de confección que empezó a funcionar hace diez años. En él, junto a los de otros cuatro de otros centros, se elaboran los uniformes de todos los funcionarios de prisiones del país. En total, unos 17.000 a través de una encomienda de gestión, calcula Martín.
Estos talleres están compuestos por entre veinte y treinta reclusos a jornada completa, que trabajan de lunes a viernes. En ellos se confeccionan diferentes prendas, fundamentalmente camisetas, polos y pantalones. Además, en las instalaciones de Segovia se almacenan y se reparten los uniformes al resto de las 84 cárceles distribuidas en territorio español.
Asimismo, en ese afán de preparar a los internos para su reinserción social, en la prisión de Perogordo también cumplen condena más de cien personas que, gracias a la colaboración con ayuntamientos y diversas organizaciones de la provincia, desarrollan trabajos para la comunidad en beneficio de la sociedad.
Lirio Martín también ha puesto de relieve en su intervención el elevado porcentaje de la población reclusa de Segovia que estudia algún tipo de enseñanza social, académica o profesional. En concreto, el 80% de los alrededor de 400 presos que habitualmente acoge la cárcel de Perogordo participan en estas actividades formativas.
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