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Eusebia muestra la plaza del pueblo y la casa de los Alcantara a varios visitantes llegados a Arahuetes, Sagrillas en 'Cuéntame'. Óscar Costa

El pueblo de Segovia que trata de explotar el legado de 'Cuéntame' un año después de su final

Un proyecto en Arahuetes ha recibido 700 visitas en 2024 y cristaliza en la petición de las imágenes a RTVE para reactivar a un pueblo con apenas 25 vecinos

Domingo, 5 de enero 2025, 13:01

Desde que se emitiera el 29 de noviembre de 2023 el último capítulo de 'Cuentame', más de 700 personas han visitado Arahuetes buscando un recuerdo ... de salón, inmortalizar el lugar real que durante dos décadas ambientó Sagrillas. Para una generación, el pueblo que representa a España, sus cambios desde la dictadura a la democracia. Porque la nostalgia también hace turismo. El municipio, con 25 habitantes censados, ha tenido dos décadas para convertirse en un lugar de culto, pero no fue hasta un año después del adiós de la serie cuando el Ayuntamiento remitió a la Diputación un acuerdo plenario para que pidiera a Radio Televisión Española las imágenes, el embrión de un aprovechamiento turístico del que su alcalde, Pedro Francisco Blanco, es escéptico.

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Así que la iniciativa de Eusebia González avanza a duras penas. Su razonamiento es que Arahuetes convenció a los localizadores de la serie por su amplitud. «Tenemos una de las plazas más grandes de la provincia». También por los figurantes que encajaban con la imagen de «pueblerinos», sin intención peyorativa, por los rasgos de una población trabajadora y ganadera. «Caras curtidas, como las puede haber en otros pueblos de la sierra». Alquilaron como campo base una casa que quedó vacía porque murieron sus mayores y los hijos vivían fuera. Ella, educadora social en Segovia, terminó haciendo de intermediaria con la productora gracias a la relación que tejió su madre –curioseaba como una más– con el equipo de rodaje. Conseguía perfiles para diferentes roles; si no los había en su pueblo, buscaba en las localidades vecinas. La casa de 'Sebi' aparece en el libro 'Cuéntame, ficción y realdad' como el lugar de relax. Y ella tuvo papel en la serie: la practicante que ponía la inyección a Ana Duato durante su cáncer y decía a María Galiana: «Nos vemos mañana a las ocho, Doña Herminia».

Costumbres de pueblo llevadas a la pantalla como tirar al novato al pilón. «Participaron mis hijos, que hoy ya tienen 42 años». También salió 'Federico', el burro de su padre. Antonio Cano, uno de los directores, se llevó una oveja churra del pastor que convirtió en mascota: 'Natita' vivió en un chalet de Madrid: no solo tuvo zanahorias y chuches, también una cama. «Al pastor les pagaron por los corderos lo que no le pagaba nadie aquí. Lo que había en el pueblo lo han valorado». Esther no lo recuerda, pues es una vecina que sufre Alzheimer, pero vendió huevos y leche. Eran despliegues de más de medio centenar de personas, una época de rodajes ininterrumpidos, con años de cuatro o cinco visitas. El grupo Ganga, la productora, le animó a Eusebia la iniciativa: «¿Cómo no te propones hacer un poco de museo? Porque tenemos cosas… qué pena que se pierdan».

«Al pastor les pagaron por los corderos lo que no le pagaba nadie aquí. Lo que había en el pueblo lo han valorado»

Un recuerdo que siguen reviviendo sus espectadores. Como ejemplo, el 7 de diciembre hizo parada un microbús de 17 viajeros que venía de visitar Segovia y Pedraza y quería su foto en la plaza de Arahuetes. Se encontraron con la vecina, que heredó la casa de sus padres, reconvertida a alojamiento rural. Una pregunta se repite en sus reservas: «Es el pueblo de Cuéntame, ¿verdad?» Para el resto, tiene un cartel en la puerta: «Si te gustan las curiosidades de Cuéntame, llámame, soy Eusebia». Los tiene contabilizados desde noviembre de 2023: van 715 desde el último episodio. «Han venido pensando que hay algo, un museo, un cartel donde se pueden hacer una foto, un recuerdo, porque son seguidores fieles». Ella cuenta cómo llegaron allí. «¿Cómo te acercaste a ellos? ¿Eran distantes?» Y los problema de Imanol Arias o Ana Duato con Hacienda. «Yo no se lo discuto, pero estos señores, cuando han venido aquí, cercanos no, lo siguiente».

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La iglesia es otro lugar icónico, pues allí se casó en el epílogo de la serie una de las protagonistas, María, y ambientó el luto tras un asesinato de ETA. La visita incluye el potro, el pilón, una encina reconocible o el camino hacia ella que recorría María Galiana, candidata al título honorífico de abuela de España. La casa de los Alcántara no está ya ocupada de continuo. Sería un buen lugar para el museo, pero Eusebia apunta al centro social, en la línea municipal. Por el momento, la petición a la RTVE se ha limitado a las imágenes, pero ella piensa en lo que tiene la productora: maquetas que recrean la cúpula de la iglesia desde que la que amagó con suicidarse el personaje de Imanol Arias o la plaza.

El destino de las imágenes sería, por un lado, una web, ya sea municipal o de la Diputación; por otro, instalar un código QR en esos lugares que ofrezcan al visitante una experiencia inmersiva. Aunque Eusebia hace las visitas gratis, cree que daría para un guía. «Podría vivir una familia perfectísimamente, incorporando eso a la historia del siglo XV que tiene Arahuertes». Que se llama Yertega, en plena ruta de la trashumancia, estaba en la parte baja del valle de Santa Águeda y se trasladó al cerro para huir de las inundaciones. «Que sea el inicio de un proyecto. Estos 20 años no se han aprovechado. Si el alcalde hubiera tenido dos dedos y medio de frente, Arahuetes habría sido increíble. Es una oportunidad perdida para un proyecto de desarrollo, es una forma de fijar población».

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Para muchos es una experiencia mística. «A una mujer se le saltaban hoy las lágrimas, ha visto la serie entera tres veces porque representa su vida. Ha sido la generación de nuestros mayores». Un motivo para conocer un lugar sin comercios que visita una vez cada dos días el panadero, los viernes el carnicero y los miércoles el frutero. Los vecinos lo vieron como una experiencia rentable y ya está. «El figurante, 50 euros diarios. El que tenía un tractor se sacaba 300 euros, como el del Citroën. Yo he sacado las gallinas y me han dado 150. El que trajo la bicicleta de su abuelo, otros 200». Como no había alojamientos, pernoctaban en Pedraza o La Velilla. La comarca sacando provecho de lo que Arahuetes generaba y no explotaba.

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