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Mónica rico
Segovia
Viernes, 4 de diciembre 2020, 11:19
Tras más de tres décadas formando parte de la Policía Local de Cuéllar, el subinspector jefe, Francisco Javier Moreno García, vivió el pasado lunes su ... último día al frente del cuerpo de seguridad, al que accedió como agente en 1989, cuando fue número uno de su promoción. En diciembre de 1990, el entonces jefe de la policía cuellarana dejó el cargo, al que accedió Javier Moreno, El número dos de la Policía cuellarana, José María Pascual, asume ahora la jefatura. Tras su ascenso, Moreno comenzó un periodo de formación que le llevó a ser oficial y concluyó con el ascenso a subinspector, un cargo con el que ha llegado a su jubilación. Su compañero Pascual hizo lo propio hasta el escalafón de oficial.
En su último día de trabajo afloraron muchos recuerdos, incluidos los de unos inicios «difíciles» porque el cuerpo de seguridad dio un giro con su llegada. «Entramos en una época en la que los compañeros que había estaban en otra sintonía en los temas policiales», explica Moreno. Entonces había cuatro policías municipales y a lo largo de estos años se ha vivido «una transformación total del cuerpo policial, que pasó a ser específico y con todas las garantías».
Los primeros años fueron también complicados porque la ciudadanía no estaba acostumbrada a tener un cuerpo policial propiamente dicho. «Los compañeros que había anteriormente tenían otras labores, más de recaudadores». Con su llegada, Moreno y sus compañeros empezaron «a exigir lo que había que exigirles a los ciudadanos». Al principio fue duro, sobre todo los años 1989 y 1990, con situaciones que «casi rozaron la falta de respeto». Especialmente complicadas fueron las dos primeras fiestas.
Durante los 32 años en la Policía Local, Moreno ha sido testigo de «una transformación total» de la villa, tanto estructural como a otros niveles, Por ejemplo, la instalación de semáforos supuso el inicio de los cambios en el tráfico de la localidad. Hubo también una reordenación integral del tráfico en el casco urbano, puesto que «las calles no estaban señalizadas. No había stop, ni ceda el paso». A lo largo de estos años, la Policía Local ha contribuido a la organización municipal, con la creación de una ordenanza de tráfico y la elaboración de otras como las de limpieza, mercado, las relativas a los encierros y la de seguridad y convivencia ciudadana.
Uno de los logros de los que Moreno se siente más satisfecho es la colaboración para transformar los encierros de Cuéllar en unos años difíciles, en los que ordenaron el trayecto por el campo. «Empezamos con Mariano Molinero como alcalde y terminó en una de las legislaturas de Octavio Cantalejo. Nos costó mucho», asegura el hasta ahora maximo responsable del cuerpo local, que tiene palabras de agradecimiento para José María Pascual, «porque fuimos él y yo los que estuvimos todos los años llevando el peso del servicio, aunque cada año nos acompañaban uno o dos compañeros». Dice que tuvieron que aguantar mucho, «incluso insultos», puesto que «la gente no entendía que le dijeras en el campo por dónde tenía que ir». Por aquel entonces, las fiestas tenían «añadida la problemática de peleas y robos de radios de coches».
Desde su puesto ha vivido también la evolución urbanística de Cuéllar. En palabras de Moreno, la localidad «ha estado con las tripas al descubierto» en lo que a las calles se refiere. Recuerda las primeras intervenciones en Carchena y San Francisco, y también la polémica que hubo con la calle Las Parras y el rechazo de los comerciantes a las obras. «Su argumento era que no iba a venir gente porque necesitaban aparcamiento, y al final se demostró que era una obra necesaria y que ha resultado».
Moreno cita también la peatonalización de algunas calles, la implantación de la ORA en diversos viales –una medida «que era necesaria y que está funcionando»– y «como colofón a toda la renovación del tráfico, conseguimos hacer una ordenanza».
En sus más de tres décadas de servicio, ha trabajado, «muy agusto», con numerosos alcaldes y concejales, entre los que cita a Felipe Suárez, «al que tengo un aprecio enorme a nivel personal», y al fallecido Juan Pablo Herrero, un histórico de la política cuellarana. Ambos fueron los impulsores del proyecto de policía, por lo que Cuéllar «les debe que este pueblo tenga un cuerpo policial de estas características».
Tampoco se olvida de la Alcaldía del también fallecido Mariano Molinero, con Efrén Blanco como concejal. Después tomó el bastón de mando Octavio Cantalejo, con Julián González como concejal de Seguridad, cargo con el que continuó durante la Alcaldía de María Luisa González. En su lista de recuerdos figuran también el exalcalde Jesús García y el exconcejal Marcos Rodríguez, además del actual regidor, Carlos Fraile, y el edil de Seguridad Tomás Marcos.
Asegura que todos ellos «han dejado autonomía para trabajar», aunque también han sido exigentes. «Desde la parcela de mi puesto, he intentado cumplir todo lo que han dicho. Ellos se han portado bien conmigo y yo he sido fiel a todos y cada uno de los alcaldes», subraya Moreno, quien agradece también el trabajo y la implicación de los agentes municipales, «porque, en definitiva, quienes funcionan son los policías. Sin ellos, los mandos poco haríamos».
En su balance hay hueco para la autocrítica: «Seguramente hubiera podido hacer algo más, pero lo he intentando. Creo que he trabajado honradamente y habré tomado decisiones mejores y peores, pero lo he hecho desde la objetividad e intentando ser lo más justo posible». De su sustituto, José María Pascual, destaca que «ha hecho una labor imprescindible, sin él yo no hubiera podido hacer lo que he hecho». Está convencido de que «lo va a hacer bien, porque es muy válido».
Ahora comienza una nueva etapa vital, en la que buena parte de su tiempo libre lo dedicará a su nieta. Moreno se va con tristeza tras un año difícil, con una pandemia «que es lo peor que hemos vivido» y apenado por no haber vivido como agente las últimas fiestas. «Esta pandemia nos ha marcado toda la trayectoria laboral y personal también».
Deja el cargo con dos espinas: no contar con agentes para poder cubrir los servicios de 24 horas en el municipio y no haber visto a la Policía Local en unas dependencias nuevas, y más teniendo en cuenta que se realizó un proyecto por parte del Ayuntamiento cuando se eliminó del espacio actual un depósito de detenidos.
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