Álvaro Senovilla, con gesto serio, durante un partido en Nava de la Asunción. Antonio de Torre

El Nava necesita rentabilizar su fortín

Los segovianos buscan ante el Guadalajara su tercer triunfo seguido en casa, algo que han hecho dos veces en Asobal, para respirar en la zona baja

Viernes, 28 de noviembre 2025, 17:42

El Viveros Herol Nava buscará esta noche (20:30 horas) con la visita del BM Guadalajara al Guerreros Naveros algo que solo ha conseguido dos ... veces en sus seis temporadas de Asobal: ganar tres partidos seguidos ante su público. La rareza de la estadística ilustra las dificultades de encadenar rachas en una máxima categoría, incluso para los segovianos, que históricamente han cimentado sus clasificaciones en el rendimiento en casa. Esta temporada compleja –empiezan la undécima jornada en el antepenúltimo puesto, que obligaría a disputar una eliminatoria de promoción ante el tercero de División de Honor Plata– más que nunca, pues los seis puntos de su casillero han llegado en su feudo. La visita de los alcarreños, colistas, es un triunfo recomendable ante la dificultad del calendario en el mes de diciembre para terminar la primera vuelta.

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La cima del Nava en Asobal fue su segunda vuelta de la temporada 2023-24, un periplo de victorias, sobre todo en casa, que llevó al equipo de Álvaro Senovilla, que partía entonces como recién ascendido, a un solo gol de clasificarse para competición europea. Tras un comienzo algo dubitativo, aquel grupo encarrilló cuatro triunfos seguidos en casa. Una secuencia que empezó con una victoria ante Ademar (31-30) cortesía de una parada in extremis de Patotski en el último ataque leonés. Siguió en una noche de sábado ante el Huesca (36-34) en la mejor actuación goleadora de Óscar Marugán. La siguiente víctima fue Bidasoa (29-28), al que derrotaron por primera vez en la máxima categoría gracias a un robo salvador de Dani Pérez cuando defendían una ventaja de un gol en los últimos segundos con dos jugadores menos. Y siguió con una gran remontada ante Torrelavega para acabar ganando 34-33. Fueron los cántabros los que acabaron rompiendo la racha a la semana siguiente en los octavos de final de Copa. Después, el Logroño repetiría victoria visitante y acabaría con la secuencia también en liga.

Solamente el Nava de la temporada del descenso consiguió encadenar una racha de tres victorias en casa, precisamente en los tres primeros partidos del calendario: ante Cangas (31-22), Antequera (24-22), el equipo que los acompañaría finalmente a División de Honor Plata, y el primer triunfo ante Ademar en la historia del club, una inolvidable noche de miércoles: 39-31. La debacle de aquel equipo en la segunda vuelta –apenas añadió cuatro puntos a los 16 de la primera– se tradujo en casa, donde solo ganó un partido, al Sinfín, y materializó la pérdida de categoría en la última jornada ante Anaitasuna.

Tras sostener su imponente regreso a Asobal en una rutina de remontadas como local de hasta siete goles –la que sufrió precisamente Anaitasuna– en un ejercicio de desgaste físico que daba sus frutos en el tramo final, el curso pasado los segovianos perdieron ese duende. Apenas lograron sumar en casa la mitad de los puntos en juego (15), casi tantos como ganaron a domicilio (12). Sin embargo, fue de nuevo un termómetro de su rendmiento. En su gran inicio –llegaron a ser terceros en noviembre– ganaron en Nava a Valladolid y Bidasoa. Su crisis de final de año llegó con derrotas en casa ante Torrelavega o Cuenca, la más dura. Llegó a estar cuatro meses sin ganar ante su público, desde que lo hiciera ante el Guadalajara en diciembre hasta que recordara ese sabor en abril ante Ademar, el punto de inflexión para ser finalmente octavos al que siguió otra victoria ante Cangas.

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La necesidad de un equipo con seis puntos tras nueve partidos –tiene aplazado el de León por aquel virus– resalta la importancia de los partidos como el de hoy, pues cuatro de los cinco rivales del Nava en diciembre están en la primera mitad de la tabla y tres de esos cinco duelos son a domicilio. Para un equipo que ha terminado en zona media-alta en las últimas temporadas, es incómodo verse inmerso tras el primer tercio de liga en la lucha por evitar el descenso. Parte de la explicación viene por las lesiones, una enfermería que esperan aligerar con el nuevo año. Tras las dos victorias seguidas ante Cuenca y Huesca –y la derrota de rigor del viernes pasado en Barcelona–, la tercera seguida en casa es tanto para sacar pecho como un ejercicio de supervivencia.

La «incertidumbre» en un duelo directo entre dos equipos muy mermados por las lesiones

El entrenador del Nava, Álvaro Senovilla, confía en que su equipo mantenga la dinámica de las tres victorias con las que empezó el mes –ante el Coruña en Copa, ante Cuenca y Huesca en Asobal– desde el parón por selecciones. «Esa constancia en el trabajo nos ha llevado a volver a ganar partidos». Afronta «con ilusión» la visita esta noche del Guadalajara. «Son duelos complicados en lo anímico para los dos equipos. Todos tenemos la necesidad de puntuar».

El técnico pucelano pone el contexto la derrota en Barcelona (45-25) siete días atrás. «Es duro competir contra ellos, más aún cuando tienes ocho debutantes en el Palau. Está en un momento de forma extraordinario». De caer con el líder a recibir al colista, un duelo para el que admite la «incertidumbre» de un rival que, como su plantilla, está plagado de bajas. «Siempre hemos arrastrado esos problemas de tener lesiones de larga duración, pero hemos evolucionado y cada vez trabajamos más cómodos».

El Guadalajara, que salvó la categoría en el último minuto de su eliminatoria de promoción ante el Burgos gracias a un penalti, destaca por centrales como Gonzalo Velasco, repescado desde Alcobendas, en Plata. Jugadores intensos, como Marcos Dorado, al que Senovilla, que le entrenó una temporada, tilda como «gran guerrero». Pese a llevar solo tres puntos de 20 posibles, tuteó el viernes pasado al Ademar, que empató en el último minuto y gracias. Su fórmula para la victoria pasa por la estabilidad defensiva de las últimas victorias. «No encajar muchos goles, llevarlos a pasivo, que podamos ver cómo interviene nuestra portería. A partir de ahí, conseguir esos goles fáciles que tuvimos suerte de poder sacar en momentos clave contra el Huesca». Otro aspecto clave de la mejora segoviana es reducir las pérdidas. «Nuestra capacidad ofensiva está cada vez más asentada según se van conociendo los jugadores».

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