Isabel González, en su farmacia de Valseca. Antonio de Torre

«Tengo fichados a mis pacientes y cuando empezó la pandemia hice llamadas para tranquilizarlos»

Isabel González, farmacéutica en Valseca con 21 años de experiencia en la profesión, reconoce que en muchas ocasiones desarrollan más funciones de las que tienen

claudia carrascal

Segovia

Domingo, 9 de mayo 2021, 12:28

El trabajo este año no ha sido diferente, pero sí más caótico para Isabel González, propietaria de la farmacia de Valseca. Admite que ... la principal diferencia con respecto a otros años es el miedo que hay en el ambiente porque «la confianza en un sitio en el que todos somos como una familia ha seguido igual».

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La parte más dura ha sido no poder permitir a la gente que entrara en la farmacia y se sentará en el banco a charlar un rato con ella, como hacían antes de la llegada de la covid. «No siempre vienen a comprar a veces se pasan a saludar y charlar un ratito, en los pueblos pequeños es la forma que tenemos de combatir la soledad», señala.

Confianza

La cercanía es tal que González ve normal que los profesionales como ella se acaben excediendo de sus funciones. «Aquí tienes la confianza de ir a su casa para enseñarles a manejar un inhalador y en mis 21 años de profesión he hecho de todo desde cortar uñas hasta enseñar a manejar un móvil, arreglar una gafa o hacer el recado de comprar unas pilas cuando voy a Segovia. Son pequeñas cosas que ellos no pueden hacer y agradecen que les eches una mano», relata.

Con el estado de alarma su preocupación por sus clientes más vulnerables era tal que decidió ponerse en contacto con ellos. «Tengo fichados a mis pacientes y cuando empezó la pandemia hice una ronda de llamadas para ver cómo estaban y para tranquilizarlos. Quería que supieran que íbamos a estar abiertos y que si lo necesitaban les acercaría los medicamentos a casa».

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A Valseca el médico iba tres veces a la semana y por el número de tarjetas sanitarias cuando se retome el servicio descenderá a dos, por eso, cree que su farmacia es la única fórmula de que el pueblo tenga un sanitario de forma continuada. Hasta el punto de que si despareciera «muchos vecinos lo tendrían muy complicado porque la mayoría tienen más de 80 años y no disponen de coche para desplazarse».

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