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Con los perros en brazos tras recibir la bendición en la iglesia de Santa Eulalia en Segovia. Antonio Tanarro
San Antón bendice a los 'mejores amigos' de los segovianos

San Antón bendice a los 'mejores amigos' de los segovianos

Cientos de fieles acuden con sus mascotas a la iglesia de Santa Eulalia de la capital segoviana

maría martínez

Segovia

Lunes, 20 de enero 2020, 11:49

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«Donde va el perro voy yo y donde voy yo va el perro». Son las palabras de Teresa Cantero instantes antes de la bendición de su mascota, con motivo de la celebración de San Antón, en la iglesia de Santa Eulalia. Una de sus amigas comenta entre bromas que «no se lo merece como madre», y es que ella no deja de hablar de lo especial que es Noa por la «inteligencia, disciplina, obediencia y cariño que muestra». No sabe ir a ningún lado sin ella, se la lleva hasta a tomar café. Los quince años de compañía, desde que nació, le han servido para reafirmar su decisión de tener siempre perros. «No sé si es el amo o la mano, pero siempre han sido muy buenos». Dice que en la relación con un animal es clave el tono de voz, la empatía y la paciencia.

La procesión alrededor de la parroquia, con la imagen del santo, estuvo acompañada de música y bailes, ya que algunos se arrancaron a bailar jotas, mientras los protagonistas del día no paraban de tiritar y de buscar el calor de sus dueños. El frío se apoderaba de las mascotas, aunque muchas venían bien preparadas para soportarlo, con abrigos o jerseys, sobre todo en marrón y negro, aunque las más atrevidas se animaron con el rojo e incluso con una bufanda a juego, como en el caso del cachorro Hulk.

Sus dueñas, madre e hija, no saben vivir separadas de él. «Es un perro terapia. Nos ayudó en una evolución y gracias a él nos animamos y tiramos hacia delante», explica Cayetana Fraile. El pequeño de la casa va a hacer tres años y siempre acude a recibir su bendición. No imaginan el hogar sin él, pero tampoco sin su gata, su gato y su otro perro. Este último «es muy bonachón», dicen, al igual que Hulk, a pesar de que les advirtieron de que ambos eran de raza peligrosa. «Considero que peligrosos los hace el dueño. No es que los perros lo sean. No se puede clasificar a todos por igual», señala Fraile.

Lección de amor

La festividad de San Antón se convierte cada año en una lección de amor y en un recordatorio sobre la responsabilidad que conlleva tener animales. María Jesús Olmos se muestra encantada con Drago, que llegó a su casa procedente de la protectora Animalejos. «Es un perro buenísimo. A mí me contaron que la familia que tenía era un matrimonio y que cuando la mujer se quedó embarazada, se deshicieron de él». Lo adoptó un 10 de agosto, cuando aún no había pasado ni un mes y medio desde la muerte de su anterior mascota.

En ese momento ya tenía cinco años y ahora, con diez, cumplidos el Día del Pilar, no puede ser más querido. Su dueña está preocupada porque este jueves le va a someter a una operación de la garganta, porque «tiene una cosita», pero confía en que todo salga bien.

Drago está enamorado de una gata que convive con él, son novios y la quiere con locura. También tienen una estrecha relación con otro gato. María Jesús Olmos siempre ha sentido una gran pasión por los animales. Suele colaborar con Animalejos y es conocedora de la situación que padecen muchos de los animales. Además, es una de las voluntarias que participa en el programa que el Ayuntamiento de Segovia puso en marcha para controlar las colonias gatunas urbanas. Además de alimentar a los animales, estos cuidadores se encargan de censar el número de ejemplares y detectar aquellos que tengan que ser esterilizados.

Aunque todos los dueños presumen del buen comportamiento de sus mascotas, con la bendición del párroco de Santa Eulalia, Lucas Aragón Olmos, seguro que todas ellas fueron perdonadas de sus pecadillos en una jornada llena de gestos de emoción y cariño.

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