Varias personas esperan su turno para comprar en una frutería próxima a la Plaza Mayor. Óscar Costa

Adiós al calor, hola rutina: así vive Segovia el arranque de septiembre

El regreso a la rutina ya se palpa en las calles de la ciudad, pero las inercias del verano siguen todavía muy presentes

Carlos Álvaro

Segovia

Martes, 2 de septiembre 2025, 08:38

Las calles de Segovia despertaron ayer con un aire diferente. Y no solo porque hacía menos calor. El verano parecía haberse desvanecido de golpe ... en el ritmo propio de la normalidad. La ciudad vive durante estas horas inmersa en una transición peculiar: septiembre se abre paso y deja atrás la calma agosteña. Los segovianos retoman sus rutinas, pero los turistas siguen llenado las calles. El proceso es lento y dará un paso más allá, casi definitivo, el próximo lunes con la vuelta al cole.

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«De momento, se nota poco el cambio; es lunes, primero de septiembre, la gente está como adaptándose», dice Jesús mientras sirve una mesa en la terraza de La Oja Blanca. El cambio de estación se palpa en el ambiente, con temperaturas otoñales que contrastan con la ola de calor de hace apenas quince días. Las terrazas, a medio llenar, reflejan esa doble cara: el frío matutino invita a la introspección, pero el café de media mañana y las compras marcan el regreso de la normalidad. La percepción general es clara: la ciudad está en un punto intermedio, entre el relax estival y la vorágine de la vuelta al trabajo. Los establecimientos de la Plaza Mayor, bares o no, son un buen termómetro para pulsar el ambiente septembrino. «Acabamos de empezar septiembre, aún no sabemos cómo va a ir. Agosto es todo vacaciones y septiembre empieza a ser otra cosa. Eso sí, el turismo sigue viniendo», añade Javier, que atiende la barra de La Concepción. «Yo he tenido un verano bastante lleno, no he notado mucho el cambio. Ahora empiezan a venir los estudiantes de IE University; eso sí cambia un poco, pero el resto no varía tanto. Da igual agosto que septiembre. Ha sido un verano de mucho jaleo», desvela David, de la peluquería Ejarque.

Vuelta a la rutina del día a día. Óscar Costa

La presencia de turistas, una constante en Segovia, parece ser el hilo conductor que mantiene la actividad incluso en estos días de transición. «Es un cambio de ciclo, una transición del verano al otoño, del ocio al trabajo. La gente viene a tomar algo sabiendo que esto arranca ya. Hay quienes regresan con ganas, agradecidos de tener un trabajo, porque hay quien no lo tiene. Pero también se nota que están como diciendo: 'Hay que currar'», cuenta Paco mientras sirve unos cafés en la barra de La Tropical, en plena Calle Real. Y no se olvida del turismo. «Ayer oí lo de la tasa que el Ayuntamiento quiere impone a los autobuses turísticos. Hay mucho turismo, siempre lo hay, sea verano u otoño».

Unos metros más abajo, en la avenida del Acueducto, David, de la cafetería Granier, comparte sus impresiones en torno a la primera mañana del nuevo curso. «Los estudiantes de IE University han regresado ya, algunos con sus padres. Hay mucho trasiego, incluso más de lo habitual. La gente está empezando a acoplarse, se nota que han vuelto ya al trabajo, pero el turismo sigue fuerte», dice.

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Autobús metropolitano. Óscar Costa

El brusco descenso de las temperaturas recuerda a los segovianos que el verano está próximo a expirar: las chaquetas ligeras van reemplazando a las camisetas de manga corta, y las terrazas no están tan llenas como en agosto. «El fresquito se nota; parece mentira que hace quince días estuviéramos casi a cuarenta grados», comenta María, que toma café en una terraza próxima al Acueducto. Cerca, pasa una madre con dos niños. La presencia de escolares en las calles, a media mañana, modera el impacto del regreso a la rutina. Cuando los pequeños vuelvan a las aulas, el otoño habrá llegado. «Por ahora no se nota tanto en el autobús. Quizá por la mañana haya algo más de gente yendo a trabajar, pero el cambio grande se producirá la semana que viene, cuando empiecen los colegios. Además, han reforzado la línea 4, y eso alivia un poco», señala Marta, conductora de la línea urbana de San José.

En el nudo de la plaza Oriental, los autobuses metropolitanos estrenan la tarjeta gratuita Buscyl. Pero no todo ha empezado sobre ruedas. «Muchos todavía no han recibido la tarjeta, así que siguen pagando», apunta Jesús, conductor de Linecar.

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«Hay algunas líneas en las que ya se está usando, pero no en todas. Faltan unas cien mil tarjetas por repartir», añade Manuel, conductor del autobús que une Segovia con Mozoncillo. A pesar de la medida, el trasiego de pasajeros apenas ha aumentado en relación con agosto. «Vienen los mismos».

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