Los amigos de hoguera se reencuentran en 'La leyenda continúa'

El espíritu de los moteros que llegaron a Cantalejo es «el mismo de la hermandad del antiguo viajero, que quiere encontrar buen yantar y buena compañía», asegura Javier, que fue el primero en llegar (el jueves, desde Teruel) para reencontrase con un grupo heterogéneo, cada uno de una punta de España, para volver a compartir fuego, viandas, solidaridad e historias de motos, peripecias ocurridas en muchos lugares sobre dos ruedas o sentados ante las hogueras. Muchos se conocen en estas reuniones, de invierno o de verano, de playa o de interior, y suelen verse cada doce meses en la misma cita, donde se buscan.

Son «amigos de hoguera», como dice David, junto a sus compañeros de Toledo y Guadalajara. Un grupo de la zona sur de Madrid «no todos de Parla», aclara Punki, Los Pelijas, con la ropa impregnada del humo de leña, asegura que este es el aroma de «los auténticos moteros, el que se adquiere contando batallitas junto al fuego». Como muchos otros, están «encantados» en Cantalejo porque «nos han tratado muy bien desde el principio, la gente del pueblo nos ha acogido muy bien, tenemos madera y buenos servicios, y seguro que repetiremos».

Ellos aguardaban la llegada de otro grupo madrileño. No les importa la lluvia; están preparados y cuentan con «la camaradería» para que les ayuden o ayudar a quien lo necesite. «Con ropa, comida o lo que haga falta», dice Iván en otro corrillo, satisfecho porque «el sitio está muy bien». Más allá, Yoyes y Javier destacan «la amabilidad de la gente, de la organización y del pueblo». Y el alcalde, Máximo San Macario, subraya ya por la tarde que en la localidad están «encantados» con la cita motera, porque vio «mucho movimiento» y porque, afirma, «es muy positiva esta mezcla de culturas».

Dice que es pronto para las valoraciones, pero calcula (igual que los organizadores) que por el municipio y sus alrededores han pasado «unos 7.000 visitantes». Luego se marcha, apresurado, tiene que entregar un premio en el homenaje a Sebastián Álvaro, director de Al filo de lo imposible, en esta cita de moteros que, al final, ha sido posible y «positiva».

Tienen muchos alicientes. Al caer la tarde, las dos terneras asadas al estilo medieval preparadas por Javier González, de El Portón de Javier, para la cena motera; de noche, los conciertos de Rock and Roll Cirkus, Santi Sánchez (Inhumanos), Pablo Carbonell (Toreros Muertos), Miguel Costas (Siniestro Total) y Tribu Rock, y de madrugada la marcha les espera en los garitos y discotecas de Cantalejo.