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Vista de la zona afectada por los derrumbes, con la torre de San Nicolás de Coca al fondo.
Otro derrumbe junto al río dispara la alerta en Coca

Otro derrumbe junto al río dispara la alerta en Coca

El alcalde, Andrés Catalina, lamenta que las administraciones y la Confederació Hidrográfica del Duero aún no hayan dado una respuesta efectiva

Miguel Ángel López

Domingo, 25 de octubre 2015, 13:19

El talud del río Eresma en el entorno de la torre de San Nicolás de Coca ha vuelto a poner en alerta al Ayuntamiento caucense, que vuelve a hacer un llamamiento a las administraciones públicas para que busquen una solución. Varios derrumbes más en la zona donde el 15 de septiembre cayeron sobre el río varias toneladas de tierra han acrecentando el riesgo sobre el patrimonio local, en especial sobre la cercana torre de San Nicolás, y la preocupación de los vecinos y del equipo del alcalde independiente, Andrés Catalina.

Los desprendimientos son menores que los del mes pasado, pero agravan el problema y el equipo de gobierno ha decidido expresar su «preocupación y malestar» ante una situación que «por su magnitud no puede acometer económicamente el Ayuntamiento», para el que aún no ha obtenido una respuesta «concluyente» y efectiva de los organismos competentes.

Actuaciones históricas y modernas en terreno inestable

  • análisis geológico

  • Que el curso de los ríos cambie por el efecto del agua es un fenómeno natural. En Coca, el Eresma ha variado de forma apreciable en los últimos siglos porque los taludes arcillosos y de arenas sedimentarias de las riberas son inestables allí donde los meandros son más pronunciados. En la zona donde se producen los derrumbes ha actuado la CHD en varias ocasiones, la última en 2007 con un presupuesto de 507.000 euros para asegurar (con una escollera de piedra de más de 800 metros) el tramo de la orilla más bajo, según el proyecto reclamado desde 1997 y redactado en 2003 a instancias del alcalde de entonces, Juan Carlos Álvarez, para proteger las márgenes en el paraje de la torre de San Nicolás. Sin embargo, tras el derrumbe del 15 de septiembre los técnicos del organismo de cuenca han visto que la escollera no se ha movido, concluyen que al estar la parte afectada más arriba no es de su competencia.

  • De hecho, el cauce está ocho metros más abajo de la altura que tenía en la época romana (a la altura de los restos de la Casa Romana de Los Cinco Caños), según el informe del geólogo Andrés Díez con que cuenta el Ayuntamiento, y desde entonces ha ido acercándose hacia el actual casco antiguo del pueblo, haciendo una curva sobre el espigón fluvial donde se asienta parte de la villa.

  • Los desprendimientos en el talud seguirán produciéndose, sin duda, dada la configuración del terreno y del río, como ha ocurrido a lo largo de la historia de Coca. El cronista oficial de Coca y su Tierra, Felipe Rodríguez Martínez, recuerda al hilo del suceso de septiembre, en la web descubrecoca.com, «la gran obra que se realizó en la cárcava, al comienzo del año 1924, para solucionar un gran derrumbe de tierras ocurrido en la zona de la calle Ronda y que estaba amenazando la vía pública».

  • Rodríguez muestra en una fotografía del Archivo Loty de Madrid el muro de mampostería levantado «utilizando para tal fin la piedra existente del trozo de muralla derribado», en una obra en la que «trabajaron durante varias semanas treinta y cuatro personas, entre oficiales de albañilería y peones. Con la citada construcción se consiguió contener las tierras echadizas y escombros que en ese lugar había; y al mismo tiempo ganar un amplio espacio para la villa, que en la actualidad sirve de arboleda y zona de gimnasio al aire libre», destaca el cronista.

  • Ahora la solución no parece fácil, no ya desde un punto de vista técnico, sino económico y de voluntad política. El Ayuntamiento de Coca la reclama y espera respuesta. Está en juego el patrimonio histórico y arqueológico de la villa caucense, cuna del emperador Teodosio.

La zona de la torre de San Nicolás cercana al talud permanece acordonada y el Ayuntamiento mantiene desde hace un mes la prohibición de acercarse a menos de 30 metros del cortado. Los derrumbes se concentran en esta parte de la ribera del Eresma y el riesgo crece tanto para la torre románica como para el yacimiento vacceo situado más abajo, a la altura del cementerio. Catalina comenta que en septiembre, cuando ocurrió el primero, solicitó distintas reuniones con responsables de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), la Junta de Castilla y León (ya que «el talud despeñado forma parte de un monte de utilidad pública», señala), la Diputación Provincial, la Mancomunidad del Río Eresma y Unión Fenosa, pues en el lugar afectado existe una torreta del tendido eléctrico.

Solo ha respondido de forma efectiva la empresa energética, que después del primer derrumbe «mandó rápidamente a los responsables», comenta el alcalde. El traslado de la torreta unos metros «está en vías de solución», para lo que Unión Fenosa ya ha iniciado los trámites de licencias y la autorización del Servicio Territorial de Industria de la Junta de Castilla y León.

La CHD, incompetente

En la reunión con el presidente y el director técnico de la CHD, relata Andrés Catalina, el organismo de cuenca «se comprometió a realizar un estudio, analizar la situación e informar de la misma al Ayuntamiento». Pocos días, después, técnicos de la Confederación Hidrográfica del Duero visitaron la zona afectada por los derrumbes, «y a falta del informe definitivo que se comprometieron a enviar las conclusiones que trasladaron a la Alcaldía fueron que el desprendimiento no era de su competencia», desvela el regidor.

Los técnicos del organismo regulador de las aguas del Duero les comunicaron que «el talud era muy alto y el desprendimiento se iniciaba a una altura considerable del río», por lo que concluyeron que «la situación del río y de la escollera (realizada hace unos años) no eran las causantes» de los desprendimientos. Así, dice el alcalde de Coca que el único compromiso del organismo es el de «limpiar el cauce del río y colocar las piedras como estaban, pero poco más».

Sin embargo, también se ha dirigido a la CHD pidiendo una solución el presidente de la Mancomunidad del Río Eresma, quien tras visitar la zona, «y ante la importante cantidad de arena que cayó al cauce del río, mostró su preocupación por las posibles consecuencias que pudieran sobrevenir con las crecidas normales del caudal de esta época del año y el efecto que pudieran producir en la presa de la ETAP que suministra el agua a numerosos pueblos de Segovia y de las provincias limítrofes», a unos 37.000 vecinos, según indica Catalina.

Las conversaciones con la Diputación Provincial de Segovia fueron prometedoras, pero la afirmación de que se reunirían con el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Coca «aún no se ha producido», y la petición de ayuda a la Administración regional hizo que las responsables de Patrimonio fueran los primeros en visitar el lugar para ver si había daños en el yacimiento arqueológico, pero aún no tiene respuesta del Servicio Territorial de Medio Ambiente, declara el alcalde, «a pesar de que la zona del derrumbe es un monte de utilidad pública cuya gestión le corresponde a la Junta de Castilla y León».

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