El arrabal de San Lorenzo vuelve a vestir los aires del Medievo
Cerca de 70 puestos artesanos y varias tabernas presentan su oferta en las calles del barrio, que hasta esta noche revive atuendos, música y teatro de otras épocas
miguel ángel lópez
Domingo, 31 de mayo 2015, 13:00
Al llegar a la plaza de San Lorenzo el aroma a longaniza a la parrilla está presente en todo el espacio, donde los puestos de los artesanos presentan una variada amalgama de productos. Unos metros más allá, en la calle del Puente, el olor se difumina y va cambiando a cada paso por el de aceitunas y encurtidos, especias, perfumes, jabones... «Son las doce y no hay un alma», se oye en una voz de acento argentino, un hombre que viste un jubón de estilo medieval, de villano más que de noble. En su tiendecita aún no había parado nadie, pero sí había gente; no tanta como se reunió después, aunque ya había algunos curiosos recorriendo los tenderetes del Mercado del Arrabal, el sexto que organiza el barrio de San Lorenzo.
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Media hora más tarde, los actores de la empresa Teatro Destellos comenzaron el pasacalles previo al pregón del Mercado, que fue una invitación a disfrutar de los atractivos del evento durante todo este fin de semana, de los productos a la venta y de las degustaciones en las tabernas. El hombre que llevaba el estandarte, con atuendo de juglar, llamaba al público con su campanilla; le acompañaba otro casi de la misma guisa, la cara pintada de blanco y un gran pergamino enrollado al hombro, y le seguían una mujer que tocaba la gaita y un joven fornido con los tambores.
El del estandarte es Fernando Salvá, director artístico de Destellos, la empresa contratada por la Asociación de Vecinos La Parrilla para que organice el evento. Ha traído de toda España cerca de 70 artesanos y algunos hosteleros itinerantes para que muestren sus ofertas de embutidos, bollería, cerveza natural, muñecos y juguetes, artículos de cuero, bisutería o relojes. Él y los otros actores se ocupan de animar el Mercado del Arrabal, de las ocho representaciones de teatro (entremeses de Lope de Rueda y, en el último, un aquelarre con una bruja blanca sobre el renacer de la primavera) y de las seis de música de cada jornada, con pases cada hora y media.
Los pícaros y los juegos para niños (que pueden hasta montar en tres burritos) animan las calles del arrabal, «el decorado perfecto porque el entorno es fácil de vestir del Medievo». Es la sexta edición y esta vez la Asociación La Parrilla no ha gastado ni un euro: «El coste es cero, solo nos hemos ocupado de buscar las fechas y conseguir todos los permisos», apunta el presidente, Óscar de Diego. Hasta esta noche, pasadas las diez, artesanía, música y teatro están en San Lorenzo «con buen yantar y buen beber», resalta Salvá.
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