Samantha Vallejo Nágera pregona la fiesta de las águedas en San Lorenzo

Las aguederas del barrio de San Lorenzo han celebrado este domingo el día grande de la fiesta de Santa Águeda. Han compartido el frío de la mañana con las mujeres de Zamarramala y con los dos centenares de personas, mujeres y hombres, que han asistido a la misa, la procesión y el pregón y la imposición de montera que han tenido lugar en el escenario junto a la iglesia parroquial. La regidora de Segovia lo ha sido por partida doble, pues las mujeres de San Lorenzo le impusieron la montera de alcaldesa honoraria.

La pregonera ha sido la cocinera Samantha Vallejo Nágera, la popular jurado del programa de televisión 'Masterchef', orgullosa por su designación porque se siente segoviana desde que instaló una de sus tiendas en Pedraza de la Sierra. De hecho, en San Lorenzo ha lucido el traje tradicional de segoviana y ha participado en la fiesta como una más, protegida del frío por los manteos y arropada por el calor del público que, como es lógico, en parte acudió para verla como personaje televisivo popular. Pero ha ejercido de pregonera, tras hacer sonar la corneta que anunciaba su discurso, para recibir después un cálido y prolongado aplauso.

Tradiciones

Los gruesos manteos de paño, los pololos y enaguas, los mantones de manila y las monteras de la indumentaria de las alcaldesas son idóneos para que el frío no las deje heladas. Van «bien puestas», como dicen ellas después de las dos horas que necesitan para vestirse. Y frente al clima gélido, el espíritu y la emoción para encarar la fiesta hacen el resto para que hierva la sangre, como decía ayerAúrea Tabanera, alcaldesa el año pasado e inmersa en la celebración de este domingo para presentar la entrega de títulos.

A las dos regidoras de este año, las hermanas Beatriz y Susana Bermejo, fueron a buscarlas sus antecesoras y las demás aguederas de Zamarramala para ir a la iglesia parroquial, como de costumbre, sacar en procesión la imagen de Santa Águeda y llevarla a la entrada del pueblo, frente al Alcázar, la fortaleza que es el origen de esta tradición desde 1227, cuando las zamarriegas ataviadas con sus mejores galas distrajeron a los moros para que sus hombres les quitaran las armas.

Las alabardas arrebatadas a los sarracenos en la reconquista del Alcázar siguen cumpliendo su cometido de escoltar a las aguederas en la procesión camino de la ermita de Zamarramala, junto a la bandera de cuadros multiculor y la enseña de la cruz de la Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta que hacen ondear dos zamarriegos a la entrada de la Colación de Miraflores de la Sierra, que así se llamó el pueblo según rezan las crónicas.

La fiesta tradicional no ha terminado, ni en Zamarramala ni en los pueblos y barrios segovianos que la celebran; tampoco en muchos otros lugares de la comunidad y de España donde está extendida para que las mujeres proclamen su demanda de igualdad de derechos y de trato, y para que se diviertan unos días con lo que organizan solo para ellas.

La alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, no ha parado estos días de ponerse la montera, de recibir halagos y presentes. Ayer, en Zamarramala, su protagonismo quedó en segundo plano. Pero comentó lo que le dijeron el sábado las aguederas de San Millán al darle el matahombres: «Por si te hace falta». Hoy no, es más para la política. Este lunes seguirá entre mujeres. Acompañará a las zamarriegas en el cambio de montera y en la visita que les hacen la Asociación de Damas Diplomáticas.