Ignacio Pando, en la entrevista concedida El Norte de Castilla como nuevo presidente de la Audiencia Provincial.

«Segovia es el sitio de Castilla y León donde más falta hace un edificio judicial»

El nuevo presidente de la Audiencia Provincial de Segovia ve «inviable» la constitución de la oficina judicial única si no se construye el Palacio de Justicia

Ana Nuin

Lunes, 4 de agosto 2014, 12:35

Debido al trastorno que sufrió la agenda judicial a raíz de la reforma de Ley Orgánica del Poder Judicial y al relevo en la Corona de España, su nombramiento para presidir la Audiencia de Segovia se retrasó unas semanas con respecto a la previsión inicial. Y esa demora ha dado para más de una broma por parte de sus colegas de judicatura. «Anda que si al final no te eligen estando tú solo de candidato... te tienes que ir del país», le decían con sorna a Ignacio Pando (Madrid, 1952).

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¿Cuál ha sido su principal motivación para optar al puesto?

Básicamente porque llevo muchos años, veinte, destinado en Segovia, en el Juzgado de lo Penal primero y luego en la Audiencia, y es la continuación lógica de la carrera. Por otra parte, como ya dije en la entrevista del Consejo General del Poder Judicial, con tanto tiempo viviendo aquí me considero prácticamente segoviano, y entonces mi interés está en intentar procurar lo mejor para la Administración de Justicia aquí, y creo estoy capacitado para hacerlo. Además, el anterior presidente ha hecho una labor buenísima, a mi entender, y comparto sus ideas de cómo llevar la Audiencia. Voy a intentar seguir un poco su labor.

¿Y a qué atribuye que se haya presentado una sola candidatura, cuando para la Audiencia de Soria, por ejemplo, se presentaron seis?

Hablando en broma, a que los demás tenían miedo. Pero no, en serio, no lo tengo muy claro. Algunos compañeros de Segovia me vinieron a decir que si me presentaba yo, no se presentaban. A nivel local y a nivel territorial, quizá porque conocían que llevo mucho tiempo aquí, conozco la Audiencia y estoy bastante preparado para el cargo, en cierta forma me podían ver como el sucesor natural de Andrés (Palomo). No sé si esa es la explicación. Es cierto que un mes antes de salir la plaza de Segovia salió la presidencia de Soria y se presentaron seis candidatos, con lo cual resulta un poco extraño, pero bueno. A mi entender, Segovia es una plaza bastante apetecible, por así decirlo.

Si el anteproyecto de la nueva Ley del Poder Judicial prospera en los términos en que está redactado, usted será el último presidente de la Audiencia de Segovia.

Es posible, porque un mandato es para cinco años y si la reforma sigue adelante, para entonces ya se habrán creado los tribunales de instancia. Estamos en un momento en que no se puede decir con seguridad aquello de que otro vendrá después... Pero nunca se sabe, porque las reformas judiciales se sabe cuando comienzan, pero no cuando acaban. No es solo que se reforme la Ley Orgánica del Poder Judicial, que parece que sí, sino que también a continuación hay que promulgar la Ley de Planta, y esa llevará más tiempo. Depende de la agenda del Ministerio de Justicia, pero no parece que sea una cosa segura que vaya a salir en breve plazo la Ley de Planta.

Es aventurado entonces dar plazos.

No puedo decir plazos, pero si pasa esta legislatura y la Ley de Planta no se hace, nos plantamos en la siguiente, y no sabemos quiénes van a estar en el nuevo Gobierno. Yo creo que la reforma de la planta judicial está bastante consensuada, ya que los grandes partidos están de acuerdo en la solución de los tribunales de instancia. En principio, debería salir adelante. El problema fundamental que yo veo es que esta reforma, como todas, lo que necesita es dinero. En Segovia, por ejemplo, para seis juzgados de primera instancia, diez en total, hay cinco sedes distintas, es una cosa imposible de gestionar si se pretende una oficina común. Junto con Valladolid, Segovia es el sitio de Castilla y León donde más falta hace un edificio judicial.

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Andrés Palomo se fue al Tribunal Supremo con la espinita de no haber colocado la primera piedra del nuevo Palacio de Justicia. ¿Confía en ponerla usted?

Las últimas noticias que circulan es que es posible que para el presupuesto del año que viene se incluyan ya partidas para que salga a licitación. La esperanza es lo último que se pierde, si se confirma que realmente vamos saliendo ya de la crisis, pues a ver si se toma como una de las prioridades. Sería ilusionante, desde luego, que se pudiese solucionar ya el problema.

¿Como condiciona en el día a día la dispersión de sedes? ¿Ralentiza la labor de la justicia en Segovia?

No influye en la celeridad, pero sí en la comodidad y, desde luego, el proyecto de una oficina judicial única es absolutamente inviable de la forma en que está. Actualmente, el decanato se encuentra en unas dependencias distintas del edificio y los juzgados de instrucción, que son los que llevan el día a día y los que tienen que ver las guardias, están en tres sedes diferentes. El funcionamiento de cada juzgado no se ve influido por estar en un sitio o en otro, pero a efectos de coordinar trabajo sí que tiene relevancia.

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Algunos presidentes rechazan la desaparición de las audiencias provinciales. ¿Cuál es su opinión?

Tendría que decir una opinión a nivel personal y otra a nivel objetivo. Si se quiere ser completamente racional, parece lógico que haya un tribunal de instancia a nivel provincial, y el tribunal de segunda instancia, de apelación, a nivel de comunidad autónoma. Personalmente, y ante la expectativa de que quienes estamos en las audiencias, si queremos seguir en el tribunal de apelación, tendríamos que irnos a Burgos o a Valladolid, pues evidentemente no puedo ser muy objetivo, preferiría que siguiesen. Por otra parte, a favor de que sigan está el hecho de que, en general, las audiencias funcionan bien, y entonces para qué vas a suprimir un órgano que funciona relativamente bien. Ahora, si se quiere ser racional, la distribución que se pretende es lógica.

Un modelo del siglo XIX

El inicial anuncio de la desaparición de partidos judiciales (el ministro de Justicia anunció el jueves que se mantendrán) y de los juzgados de paz ha suscitado muchas críticas por ser considerado un nuevo ataque a los servicios en el medio rural.

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Cuando yo empecé a trabajar como juez siempre había opinado que en el medio rural había que mantener los órganos judiciales, porque era una forma de acercar la Administración de Justicia y porque la gente que vive en los pueblos no tiene por qué estar peor tratada que en la capital. Pero lo cierto es que si se mira con atención, la planta que se estableció de los partidos judiciales es del siglo XIX. Por ejemplo, cuando se creó el Juzgado de Sepúlveda, desde Cantalejo a Sepúlveda podías tardar tres o cuatro horas en llegar, y desde Sepúlveda a Segovia tenían un día de viaje, y eso con suerte. Hoy día, hay que ver hasta qué punto es práctico tener los partidos judiciales cuando en una hora estás en cualquier sitio de la provincia. Pongo como ejemplo el caso de la sanidad. Creo que nadie se plantea la idea de tener un hospital en Sepúlveda, otro en Cuéllar y otro en Santa María.

Todo el mundo asume que lo lógico es que haya un hospital general en Segovia, que es donde se pueden tener los medios para atender a la población. Si eso se está admitiendo en materia sanitaria, donde las cosas son mucho más urgentes, por qué no se va a poder considerar que pueda suceder en la Justicia. Pero por parte del Ministerio ya se ha dicho que no se iba a suprimir ninguna sede. No sé como se va a coordinar al final esa cuestión. Aparte, hay que decir que el tribunal de instancia no es un invento nuevo. Países como Francia e Italia, con sistemas jurídicos similares al nuestro, tienen los tribunales de instancia, con lo cua no deben verse como una cosa exótica o una ocurrencia de ahora.

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Aboga por la transparencia y la comunicación para que los ciudadanos, según dice, dejen de verles como seres extraños que trabajan en despachos oscuros. ¿Qué le parece que la reforma de la Justicia plantee que los jueces y magistrados no podrán verter opiniones de ningún tipo en los medios de comunicación sobre los procedimientos judiciales que están abiertos?

Vamos a ver, yo estoy de acuerdo en que, evidentemente, un juez no tiene por qué entrar a hablar de asuntos de otros compañeros cuando se refiere a cuestiones estrictamente jurídicas, pero creo que eso es algo que teníamos asumido todos, no hace falta decir que está prohibido eso. ¿Hacer declaraciones con carácter general? Puede ser una cierta limitación. Pero yo creo que la reforma no va por la línea de que no puedas hacer ningún comentario sobre cómo está la Justicia, sino por la de no entrar en asuntos concretos, intentar que la propia judicatura no se implique en el tema de los juicios paralelos. Pero yo no veo que fuese un riesgo realmente que se corriese como para tener que regularlo expresamente. No obstante, eso no influye en la apertura a los medios, a los ciudadanos. El hecho de que la Audiencia pueda ser un sitio abierto, es decir, que cuando alguien tenga interés en visitarlo, en saber cómo funciona, se le pueda explicar, eso no se ve afectado por la reforma de la ley orgánica.

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¿Cuál es el nivel de la judicatura en Segovia?

En general, yo creo que es bueno. Los jueces que están aquí tienen, en general, experiencia, y tienen además sentido común, lo cual es muy importante, y trabajan. A nivel judicial, Segovia funciona bien. Nadie es infalible, lógicamente, pero las resoluciones se hacen con bastante rigor. Podemos estar contentos.

Con la crisis y la implantación de tasas judiciales, ha descendido mucho el número de recursos que llegan a la Audiencia?

Ha sido un cosa curiosa. El año pasado hubo una disminución importante, alrededor de un 20%, de las apelaciones civiles, pero a cambio se incrementaron las penales. Posiblemente porque ante el encarecimiento de la justicia civil, en casos en los que podía haber dudas se acudía a denuncias penales. Sin embargo, en este segundo trimestre hemos visto una subida espectacular de recursos civiles, y estamos al nivel de los años anteriores a la Ley de Tasas. No sé muy bien a qué se debe, pero ese es el hecho. Da la impresión de que se ha asumido el hecho de que hay que pagar la tasa y se sigue litigando. También es cierto que ha subido el número de apelaciones que llegan a través de la justicia gratuita. La gente que tiene que pagar las tasas se lo piensa más.

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