Encarnación Pérez posa en las dependencias de la Subdelegación del Gobierno. MANUEL LAYA

«Yo no soy la jefa de nadie y nunca he creído en ese planteamiento piramidal»

Es la primera mujer que ocupa este cargo, milita en el PSOE desde 1996 y se muestra entusiasmada con el Gobierno que preside Pedro Sánchez

RICARDO RÁBADE / WORD

SALAMANCA

Lunes, 12 de noviembre 2018, 11:23

La salmantina Encarnación Pérez Álvarez irradia grandes dosis de satisfacción e ilusión tras sus primeros meses de gestión como subdelegada del Gobierno, cargo del que tomó posesión el pasado 3 julio.

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–¿Qué está aportando una profesora universitaria como usted en un puesto de estas características?

–Creo que estoy aportando ese espacio para la reflexión y el conocimiento que facilita siempre la Universidad, donde desempeñé cargos de gestión, como poner en marcha el Servicio de Asuntos Sociales durante el rectorado de Ignacio Berdugo y con Enrique Cabero como vicerrector.

–¿Desde cuándo milita en el PSOE?

–Desde 1996. Fue justo el año en el que perdimos las elecciones y terminó el Gobierno de Felipe González. Mi ideología siempre tendió hacia la izquierda y fue en ese momento cuando decidí entrar en el partido, justo cuando estaba en horas bajas. A mí siempre me ha gustado estar presente en los momentos de mayores dificultades. Fue mi compromiso el que me llevó a militar en el partido.

–¿Quién le propuso ser subdelegada?

–Fue la dirección del partido en Salamanca, con Fernando Pablos al frente, quienes pusieron toda su confianza en mi persona. Y, por supuesto, la delegada del Gobierno, Virginia Barcones.

–¿Dudó mucho a la hora de aceptar?

-Es cierto que me estuve planteando si sería capaz de responder a las expectativas de la ciudadanía y de las personas que habían depositado su confianza en mí. Pero acepté con mucha ilusión, sobre todo por esa gran esperanza que ha supuesto la llegada del Gobierno de Pedro Sánchez, que ha sido como un destello que nos mostró que las cosas pueden ser diferentes en este país y se pueden hacer de otra manera.

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«Las relaciones con el Ayuntamiento, la Junta y la Diputación son muy buenas»

– ¿Cómo lleva eso de ser la primera mujer que se convierte en subdelegada del Gobierno en Salamanca?

– Estoy encantada, pero no tanto por mí, sino por el hecho de que se pueda visualizar a las mujeres en puestos de responsabilidad, como se puede ver también en el Gobierno que ha nombrado Pedro Sánchez. Y es que todavía la fotografía en muchos consejos de administración de las empresas sigue siendo mayoritariamente masculina. Tenemos muchísimas mujeres en puestos intermedios, pero cuando se habla de altos cargos hay muchas menos.

–¿Cómo se encontró la Subdelegación del Gobierno una vez que tomó posesión?

–Me la encontré bien, porque aquí trabaja un equipo de dirección maravilloso que me da mucha seguridad y confianza. Me encontré con algunos temas que ya estaban planificados por el anterior subdeledo, pero quiero hacer cosas nuevas, como mejorar los niveles de accesibilidad del edificio.

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–¿Fue complicado el traspaso de poderes?

– Hemos tenido un tránsito para el traspaso del cargo que ha sido muy cordial y ejemplar. Tengo un recuerdo muy bonito del día de su despedida, ya que cuando él se estaba despidiendo me estaba presentando al mismo tiempo a las personas que trabajan en esta Subdelegación.

–¿El hecho de ser socialista condiciona sus relaciones con las instituciones que gobierna el PP?

–En absoluto. Las relaciones son muy buenas tanto con el Ayuntamiento representado por su alcalde, como con la Diputación a través de su presidente, y también con el delegado territorial de la Junta. Yo creo que la ciudadanía lo que quiere es que trabajemos todos con cordialidad y que seamos capaces de llegar a acuerdos. Y creo que una buena organización de los recursos de los que disponemos revertirá de manera muy positiva en los ciudadanos.

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–Ha visitado en estos primeros meses muchos municipios...

-Hemos hecho unos 4.000 kilómetros en solo tres meses por toda la provincia. Hemos visitado fundamentalmente las cabeceras de los partidos judiciales, pero también los municipios más pequeños. Todo eso ha sido muy importante, porque significa estar presente en todos ellos. En mi despacho hemos recibido a muchos ciudadanos a título individual, pero también a familias con problemas muy concretos. En el discurso de mi toma de posesión dije que esta casa iba a estar abierta a todo el mundo y está siendo ya una realidad. Es cierto que a veces te encuentras con problemas que no puedes solucionar, por eso nuestra función en esos casos es orientar, mediar e informar. Y he recibido también a los representantes de las organizaciones empresariales y sindicales.

–¿Cuál es el momento más emocionante vivido en estos meses?

–La recepción a los niños de los campamentos de refugiados saharauis. Me emocioné muchísimo.

«En la Administración General del Estado en Salamanca trabajan casi 5.000 personas»

–¿Por qué mucha gente piensa que Salamanca va en declive?

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–Es cierto que en la provincia tenemos un problema muy importante, como es la despoblación, aunque no es exclusivo de Salamanca, ya que afecta a toda la Comunidad. Hay una población muy envejecida y eso me preocupa mucho. Debemos buscar que las políticas que se hagan no sean parcializadas, abarcando también el empleo y los servicios sociales. Yo soy salmantina y he vivido en Salamanca siempre y creo que debemos destacar que Salamanca es una ciudad de excelencia.... Estoy pensado, por ejemplo, en los centros del alzheimer y del cáncer entre otros y ahora, durante la celebración del VIII Centenario de la Universidad, estamos visualizando muy bien que Salamanca es esa ciudad de excelencia.

–¿Cuánto trabajadores integran la Administración General del Estado en Salamanca? En realidad usted es ahora la jefa de todos ellos.

–Yo no soy la jefa de nadie y no creo en esa palabra ni en ese planteamiento piramidal. Todos somos iguales y creo sobre todo en la coordinación, en la dirección y en las responsabilidades que tenemos cada uno que cumplir. En Salamanca están trabajando en la Administración General del Estado cerca de 5.000 personas en los diferentes organismos.

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–¿Realmente sigue siendo Salamanca una provincia segura como tantas veces se dice?

–La capital es segura y la provincia es segura. No se trata de una opinión personal mía, son datos objetivos que se pueden comprobar. Pero en materia de seguridad nunca hay un techo. Somos una provincia segura en el contexto de toda España y también ocupamos un lugar importante dentro de Castilla y León. Es cierto que ha aumentado un poco todo lo relacionado con los delitos de robos con fuerza y con intimidación, pero la tendencia que se está notando en este último trimestre del año es a descender. Desde la Dirección General de la Policía se está trabajando intensamente. También nos estamos encontrando con nuevos perfiles, con robos por parte de grupos organizados que vienen de fuera. Tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil están haciendo una gran labor, cooperando con efectivos de otras provincias, como se pudo comprobar en el caso de la detención del violador más buscado.

–Otro colectivo que depende de usted son los funcionarios de la cárcel de Topas...

–Estuve en la fiesta de la Merced y tuve allí un primer contacto. Esta institución no resulta desconocida para mí. Fui hace bastantes años, cuando era muy joven, presidenta de la comisión de asistencial social penitenciaria, que supuso un cambio radical con respecto a los antiguos patronatos de la Merced.

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- ¿Qué legado le gustaría dejar?

–Además de un edificio más accesible como he dicho antes, me gustaría dejar una Subdelegación con un buen equipo, con proyectos nuevos y donde la ciudadanía hubiera tomado una mayor conciencia de la importancia de su participación.

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