El Ibsal descubre una técnica nueva en el mundo contra el mieloma múltiple

El Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (Ibsal) se ha situado en una posición de vanguardia en la investigación científica, después de haber cosechado un avance mundial en la lucha contra el temible mieloma múltiple. Un equipo de investigadores del prestigioso instituto salmantino, en colaboración con el Hospital 12 de octubre, han desarrollado una nueva tecnología, que permite prever recaídas en pacientes con esta patología.

El trabajo, llevado a cabo por este consorcio de científicos, que conforma precisamente el Grupo Español de Mieloma, ha sido dirigido por el profesor de la Universidad de Salamanca adscrito al Ibsal, Ramón García Sanz, quien forma parte de la Unidad de Biología Molecular del Hospital Clínico. Precisamente, el director de la citada unidad, Marcos González, ha participado en la redacción y el desarrollo de este proyecto, que ha supuesto una inversión que oscila entre los 200.000 y los 250.000 euros y ha sido publicado en Blood, revista científica de renombre mundial en el área de la Hematología, según explicaron ayer en una rueda de prensa Ramón García Sanz y Marcos González, quienes estuvieron arropados en todo momento por el director del Ibsal, Rogelio GonzálezSarmiento.

El avance, que fue ensalzado por el propio Ramón García Sanz al destacar que no solo es pionero en Europa «sino en todo el mundo», gira en torno a la denominada secuenciación masiva o profunda, que posibilita detectar hasta una célula maligna entre un millón de células sanas en pacientes con mieloma múltiple, que está catalogado como uno de los cánceres más representativos de la médula ósea.

Según explicaron los facultativos autores del proyecto, los resultados del estudio permitirán predecir con exactitud qué pacientes acabarán recayendo y qué pacientes no lo harán después de haber sido sometidos a un tratamiento. La investigación también determinará los enfermos en los que el tratamiento ha sido suficiente y aquellos en los que deberá plantearse una estrategia de continuación.

En España ya hay dos laboratorios que pueden ejecutar los nuevos tratamientos en función de los resultados, siendo uno de ellos el salmantino. De todos modos, por el momento únicamente resulta factible para grupos de 20 pacientes. Con todo, García Sanz se mostró convencido de que un plazo de un año estarán en disposición de «poder hacerlo de forma individual».

El estudio de investigación aborda la delicada problemática que rodea la enfermedad residual de mieloma múltiple. Hasta ahora, según explicó el director del proyecto, no era posible diferenciar los pacientes que iban a recaer de los que tenían una evolución positiva. La importancia del descubrimiento radica precisamente en este hecho, ya que gracias a la secuenciación profunda se amplifica el ADN tumoral de los enfermos para diferenciarlo del resto de las células normales.

Estudio con 133 pacientes

Para desarrollar el estudio se trabajó con 133 pacientes españoles, cuyas muestras fueron recibidas y preparadas en el Hospital salmantino y en el 12 de Octubre de Madrid. Lo más interesante del estudio, según destacó Ramón García Sanz, es que se pueden diseñar estrategias de tratamiento, que hasta ahora se hacían «a ciegas» e incluso «si un paciente tiene la enfermedad residual mínima negativa puede interrumpirse el tratamiento». Sin embargo, para aquellos pacientes que, lamentablemente, acaben respondiendo mal, pueden aumentarse las dosis para plantar cara, de una forma más contundente y agresiva, a la enfermedad, o bien poner en marcha metodologías y tratamientos nuevos hasta lograr mejores resultados.

Esta estrategia constituye el camino a seguir en el futuro y, junto al empleo de nuevas técnicas, como el uso de la citometría y de técnicas de imagen (resonancia, pec-tc), «nos permitirá recortar el tratamiento y su toxicidad y acercarnos a su curación», según subrayó el Ibsal a la hora de valorar la transcendencia del nuevo descubrimiento científico.

El Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca es uno de los 21 institutos de investigación sanitaria acreditados de España. Se constituyó en marzo de 2011 gracias a un convenio entre la Consejería de Sanidad de la Junta y la Usal, al que se sumó posteriormente el Consejo Superior de Investigaciones Científicas en febrero de 2012.