Toni Villa, la esencia olvidada del '10' en el Real Valladolid
El murciano, que ayer anotó su tercer gol en liga, alberga en su naturaleza el crear peligro por el centro como mediapunta
El fútbol actual ya no es lo que era. Esta manida pero veraz expresión tan utilizada a día de hoy expresa perfectamente el sentir ... de aquellos que vieron –y ahora no disfrutan– de una de las posiciones más mágicas que el balompié alberga dentro de su variedad interpretativa.
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Todos los equipos en la actualidad tienen un jugador con el 10 a la espalda, pero no tantos reflejan realmente el significado de ser un número diez. Ayer en Zorrilla, Toni Villa aunó de nuevo la inteligencia, la calidad y la lectura de juego que se le presupone a un mediapunta para, en el momento oportuno, desmarcarse hacia la posición de delantero y anotar el segundo para el Pucela.
Tanto el gol como su incidencia en el juego por dentro le han valido al lorquí para colarse en el once ideal de la 13ª jornada de la liga junto al también goleador Jawad El Yamiq. Y es que pese a haber partido en sus ocho apariciones como titular desde uno de los costados –normalmente el izquierdo–, el 19 blanquivioleta gana enteros cuando centra su posición para participar de forma asidua de la fase creativa del juego.
Así lo demuestra la ejecución de las tres dianas que, hasta ahora, le convierten en el segundo máximo artillero del equipo. En cada uno de ellos, existe un denominador común que aporta la clave para explicar el buen momento de forma que esta viviendo el extremo del Real Valladolid: su capacidad como llegador.
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Como bien hicieran el mítico Óscar o Fernando unos años más atrás, Toni Villa forma parte de ese grupo de futbolistas que se incorporan con facilidad para sumar en ataque y que, además, suelen ver puerta con relativa frecuencia. Ante Zaragoza, Lugo y en la victoria ante el cuadro armero, el murciano recorrió el carril central en sendos contragolpes para localizar y colonizar los espacios libres en los que dañar al rival.
Como cuchillo caliente sobre mantequilla, Toni detectó y penetró con sencillez en los huecos creados por desajustes defensivos o movimientos de sus compañeros para castigarlos con pena de gol. Por contra, cuando parte desde el costado, su habilidad natural en el control del esférico y su capacidad de desborde se ven acotadas por las coberturas defensivas y las limitaciones espaciales de la banda. Aunque se le ha visto muchas veces bailar sobre la línea, su trascendencia dentro de las jugadas es insustancial si se compara con el brillo que aporta en posiciones más centradas.
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Condiciones naturales
Las facultades que cada futbolista aporta al juego son diversas. En función de sus aptitudes, El Yamiq aporta su poderío aéreo, Luis Pérez su velocidad o Weissman su eficacia en el remate. Pero Toni, pese a ser de pie grande, posee unas condiciones naturales que lo identifican con la idiosincrasia del '10' de antaño. Menudo, habilidoso, técnico y esta temporada también goleador. Pese a solo llevar una asistencia en su contador personal, Toni sirve al resto en otras ocasiones. Su visión de juego le permite parar en situaciones en las que el resto pide correr para elegir la mejor alternativa, la más prolífica para los intereses del Real Valladolid.
Prueba de ello es la jugada del primer gol en el Ángel Carro donde Roque asistió a Weissman. El pase anterior, en una contra en la que el equipo pedía velocidad, el 19 pausó para encontrar el pase clave hacia el canario. Ayer en Zorrilla, sin ir más lejos, la diagonal de Nacho es percibida de manera dispar por dos jugadores de diferente mentalidad. El nueve, Shon, es el que quiere balón, el que se lo queda. El mediapunta, Toni, es el que lee la situación y comprende cual es la mejor ubicación para crear peligro. Tras dos toques rápidos del israelí, el murciano sentenció.
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Otra de las aptitudes que comparte con la idea del mediapunta es la personalidad. A pesar de que el sistema de juego no beneficia sus características, él siempre intenta buscar el carril central, seducido por la atracción de incrementar sus oportunidades de influir y mejorar la producción ofensiva del equipo.
Sacrificio al servicio del equipo
La imagen del '10' es también la de un tipo reticente a derrochar esfuerzos en defender, poco solidario y generalmente con la sombra de la vaguería como 'San Benito' particular. Sin embargo, el extremo blanquivioleta no se asemeja a los mediapunta tradicionales. En sus 687 minutos disputados, pronostica 37 recuperaciones dentro de los 46 duelos por el control del balón en los que ha salido vencedor.
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Con una tarjeta amarilla, el lorquí se identifica con la vitola de sacrificado tanto a la hora de defender como a la de ser sustituido. En doce partidos ha participado el 19 del Pucela. Ha sido sustituido en la mitad de ellos y solo ha completado dos. Con actuaciones como la de ayer, Toni Villa reivindica su condición oculta en la banda y devuelve la esencia del mediapunta a Zorrilla.
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