Manolo y Fernando Hierro en Zorrilla en una visita del Betis. Archivo J.M.O.
La vista atrás

El Real Valladolid más familiar

Once parejas de hermanos han jugado en el conjunto blanquivioleta

José Miguel Ortega

Viernes, 12 de abril 2024, 20:16

Se han preguntado cuántos parientes directos han jugado en un mismo equipo de fútbol? ¿Y en el Real Valladolid, concretamente? Los aficionados recordarán tres o ... cuatro, media docena como mucho, pero en realidad hay bastantes más. Se lo contamos. En la época fundacional, 1928, ya teníamos dos parejas de hermanos vistiendo la elástica blanquivioleta: los San Miguel y los Pombo. Aquellos asturianos y éstos cántabros, con el denominador común de que todos ellos se trasladaron a Valladolid para estudiar en la Universidad, que entonces ofrecía prestigio en determinadas carreras, especialmente Medicina y Derecho, además de ser la que más cerca quedaba de las regiones norteñas.

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Los hermanos San Miguel Cobián procedían de la localidad asturiana de Infiesto y jugaron ambos en la Real Unión Deportiva desde tres años antes de que se fundara el Real Valladolid. Pedro San Miguel (1903) fue una de las figuras del fútbol vallisoletano en la década de los veinte, tanto en el equipo de los Luises como en el surgido de la fusión con el Español, un delantero centro vertical y con una potencia de disparo que hacía temblar a los guardametas rivales.

Su hermano Evaristo (1909) también jugaba de delantero, pero suplía la falta de potencia en el disparo con una técnica exquisita que le supuso fichar por el Real Madrid, para después volver otra vez al Valladolid. Los San Miguel, que se habían trasladado a la capital del Pisuerga a estudiar Medicina, jugaron tres y cuatro temporadas respectivamente con los colores blanquivioletas para ejercer después sus carreras de Medicina.

También de la etapa fundacional del club son los hermanos Pombo, 'Pipi' y 'Chuchi', procedentes como los San Miguel de la Real Unión Deportiva. Nacidos en Santander en 1905 y 1906, Felipe y Jesús, jugaban respectivamente de delantero y defensa, aunque el mayor, 'Pipi', solo estuvo aquí la temporada 1928-29, fichando después por el Zaragoza, mientras que 'Chuchi' prolongó su estancia hasta 1932, cuatro temporadas en total.

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Algo más tarde ficharon por el Real Valladolid otra pareja de hermanos, los Chacártegui, Juan y Domingo, nacidos ambos en Guernica en 1909 y 1911, respectivamente. A diferencia de los otros, en las alineaciones figuraban como Chacártegui I y Chacártegui II, siendo ambos defensas y rivales para pelear por la titularidad. Estuvieron aquí la temporada 1930-31 para fichar después por el Zaragoza ambos.

Después de la Guerra Civil, en 1949, llegaron al viejo estadio Zorrilla otros dos hermanos de origen ceutí, los Lesmes, aunque Francisco Lesmes (1924) procedía del Granada y Rafael (1926) del Atlético de Tetuán. Paco, toda una leyenda blanquivioleta jugó doce temporadas con un total de 354 encuentros oficiales, mientras que Rafa solo militó cinco campañas, antes y después de su estancia en el Real Madrid de las cinco copas de Europa en el que fue titular indiscutible. Tanto Lesmes I como Lesmes II, central y lateral izquierdo respectivamente, fueron internacionales absolutos.

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Paco y Rafael Lesmes, fotografiados antes de un partido entre el Real Madrid y el Real Valladolid en los años cincuenta. Archivo J. M. O.

Mucho menos importantes para la historia del conjunto vallisoletano fueron Manuel Esquisabel (1930) e Isidro Esquisabel (1935) centrocampista y delantero nacidos en Pamplona, que jugaron en Zorrilla de 1953 a 1956 el primero con 11 partidos oficiales, y en la temporada 1954-55 el segundo, con solo cuatro partidos y dos goles.

Por orden cronológico, los siguientes hermanos en vestir los colores blanquivioletas fueron los Docal, nacidos ambos en la localidad cántabra de Laredo. Paco Docal (1944) fichó por el Pucela en 1967 auspiciado por una fama de goleador que aunque acreditó, no fue suficiente para lograr el ascenso a 1ª, sino todo lo contrario. Jugó tres temporadas aquí totalizando 94 partidos y 37 goles. Su hermano Juan Ramón (1949) tuvo una trayectoria más larga como blanquivioleta –siete temporadas– disputando 237 partidos como titular indiscutible en el eje de la zaga.

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El defensa central paraguayo Aníbal Pérez (1944), internacional con su país y figura durante bastante tiempo en el Valencia, recaló en el Valladolid con 31 años de edad y con el reto de ascender a primera, objetivo no alcanzado, por cierto. En la campaña 1975-76 disputó 25 partidos y después colgó las botas. Con él llegó su hermano, Luis Pérez (1949), que jugaba de extremo y solo disputó un partido oficial.

Manolo Ruiz Hierro (1962) arribó al nuevo Zorrilla en la campaña 1986-87 y su hermano menor, Fernando (1968), lo hizo en la siguiente, convirtiéndose ambos en titulares indiscutibles con Vicente Cantatore, el mayor como defensa central y el menor como medio centro. Nacidos en la localidad malagueña de Vélez Málaga, dejaron un inmejorable recuerdo, con 64 partidos Manolo y 66 Fernando, además de los 100 y 300 millones que generaron sus respectivos traspasos al Barcelona y Real Madrid.

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Vicente Engonga (1965) centrocampista de origen ecuatoguineano, aunque nacido en Barcelona, solo jugó en el Valladolid la temporada 1991-92, interviniendo en 41 encuentros oficiales. Futbolista de talento y condiciones físicas que fue internacional en 14 ocasiones. También estuvo en la plantilla aquella campaña su hermano Oscar Engonga (1968), nacido en Torrelavega y que salvo por el apellido poco tenía que ver con su hermano. Disputó un solo partido.

Poco después y tras dejar constancia de su calidad en el juvenil y en el filial, dio el salto al primer equipo el centrocampista Rubén Baraja (1975), que es el futbolista vallisoletano con más internacionalidades, 43, todas ellas cuando militaba en el Atlético de Madrid y en el Valencia. Estuvo dos temporadas alternando entre el filial y el primer equipo, del que fue titular en la 1995-96. Unos años después, en 2001, llegó al Real Valladolid su hermano Javier (1980), polivalente jugador que tras estar cedido en el Getafe y Málaga B, regresó a casa para dejar huella en las diez temporadas que vistió la elástica blanquivioleta con la que jugó 231 partidos, siendo además capitán del equipo.

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La última pareja de hermanos fue la de los Zarandona, también de origen de Guinea Ecuatorial pero nacidos ambos en Valladolid. Bejamín (1976), centrocampista de vocación ofensiva, estuvo cuatro años en Zorrilla, de 1994 a 1998, en los que disputó 99 partidos. Alcanzó la internacionalidad Sub-21 con España y la absoluta con Guinea, siendo traspasado al Real Betis en 1.500 millones de pesetas. Iván Zarandona (1980) solo militó una campaña en el Valladolid, en 2ª división (2004-05) jugando 21 partidos, aunque el resto de su trayectoria ha estado en equipos de 2ª B.

Además de estas once parejas de hermanos, la versión más familiar del Real Valladolid se ve aumentada con dos de padres e hijos. Pepe Moré (1953) llegó aquí procedente de la disciplina azulgrana y dejó una huella profunda con 448 partidos a lo largo de 12 temporadas, siendo después entrenador en varias ocasiones. Su hijo Xavi (1982) jugó en el Pucela de 2002 a 2005 participando en 31 encuentros.

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El defensa madrileño Javier Torres Gómez (1970) echó raíces a orillas del Pisuerga, pues jugó 354 partidos oficiales durante doce temporadas, desde 1993 a 2005. Su hijo David Torres (2003) es vallisoletano de nacimiento y debutó con el primer equipo en la temporada pasada, para asentarse como central en la presente.

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