El lío monumental del primer Real Valladolid-Cultural Leonesa en la Liga de 1929
El árbitro fue detenido y multado por el gobernador civil tras suspender el partido en el minuto 55
Hay pasión histórica en los duelos entre Real Valladolid y Cultural Leonesa. Es verdad que apenas se han medido en 25 partidos, entre Liga, ... Copa y Promoción, pero ya en la temporada 1928-1929, en el primer año de vida del Pucela, las emociones se desbordaron. La visita inicial de la Cultural a Valladolid acabó en escándalo, con el partido suspendido por el árbitro (a pesar de las recomendaciones en contra de los responsables de seguridad) y una posterior detención y multa al colegiado.
Publicidad
Recapitulemos.
El Real Valladolid, entrenado por Esteban Platko, recibe por primera vez en Liga a la Cultural el domingo 16 de junio de 1929, ya en el tramo final de una competición regular de 18 jornadas en Segunda División. Los antecedentes contra el equipo leonés databan de la época de la Real Unión Deportiva y el Club Deportivo Español, pero ese mismo curso, las dos escuadras ya se habían medido en el Campeonato Regional previo (que ganó la Cultural) y en el choque liguero de la primera vuelta en León (clara victoria local por 5-1).
Aunque ya no queda nada importante que dirimir en el plano clasificatorio para el Real Valladolid, el campo de la Sociedad Taurina registra esa tarde un «formidable lleno», según consigna la crónica de Emeyce en El Norte.
La salida al terreno de juego de los jugadores de la Cultural se recibe con «silbidos absolutamente inoportunos», en palabras del cronista de El Norte. El Real Valladolid, por su parte, es objeto «de una ovación cerrada, bien expresiva, delatora del cariño que tiene Valladolid a su equipo». «Y estos aplausos estuvieron tan bien como mal los silbidos anteriores», resalta Emeyce.
Publicidad
El partido comienza con «gran nerviosidad en ambos bandos», pero la Cultural empieza pronto a imponer su ley y abre el marcador a los 20 minutos, en un saque de esquina botado por Albor y cabeceado por Colinas, sin que Castro, el portero local, pueda hacer nada. El Real Valladolid reacciona con el 0-1 en contra y Pablo López prueba al guardameta Sión I. El blanquivioleta Pipi Pombo estrella un balón en el poste en una clara ocasión para empatar. El partido entra entonces en una fase de dureza, con criterios cambiantes del árbitro, el sevillano Tomás Balaguer García, a la hora de señalar las faltas.
«Unas veces las corta y otras no, dedicándose principalmente a discutir con el público, a exacerbar más los ánimos de lo que están y a hacer recomendaciones de que se guarden los pitos, que bastante público tiene en su poder. Algunas faltas son silbadas equivocadamente y el gentío que llena el campo le chilla justificadamente», publica El Norte en su crónica del partido.
Publicidad
Con poca calidad en el juego, las fases de dureza copan la atención del respetable y el árbitro exacerba las emociones «por las decisiones, charlas con el público y amenazas de suspender el encuentro». «Quiere imponer su violencia con flamenquerías ridículas e impropias de un árbitro serio y consciente de su responsabilidad», critica Emeyce.
El árbitro demora su salida tras el descanso y es recibido «con una soberana pita». Una acción al borde del área de Chuchi Pombo sobre el visitante Colinas acaba con un fuerte golpe que también afecta al local Luis Miguel Martín. Los jugadores son atendidos sobre el césped antes de que el árbitro coloque el balón sobre la misma línea del área. Martiniano Moro ejecuta el disparo, el balón supera a la barrera y la Cultural logra el 0-2. Tras el saque de medio campo, el visitante Joaquín Vázquez muestra al árbitro «una piedra que le han arrojado». «Unos momentos de vacilación de Balaguer y pita el final del partido, cuando tan solo iban transcurridos diez minutos de esta segunda parte».
Publicidad
«Difícil, es verdad, resulta un arbitraje en un ambiente de pasión. Pero en esas ocasiones es cuando se demuestra tacto y autoridad. Solo el insensato árbitro es responsable de la alteración de orden público. Por sus desplantes con el publico, por sus conversaciones inútiles que levantaron los ánimos de los espectadores, por sus observaciones ridículas y sus consultas innecesarias con las autoridades», escribe Emeyce en su crónica.
El Real Valladolid emitió un comunicado tras los incidentes y resaltó que se trató de una protesta del público contra una «injusta actuación arbitral» en la que no hubo «violencia ni coacción alguna» ni tampoco invasión de campo «hasta que diose por terminado el partido»(entonces sí se produjo). Con una redacción de telegrama, el club vallisoletano prosigue: «Durante descanso jefes fuerza pública, vista actitud árbitro, aseguráronle que garantizaban orden, pero procedía que su actuación fuese debida para no alterarle. La suspensión inmotivada confirma propósito árbitro favorecer Cultural Leonesa. Suspendido partido intervino fuerza pública ante justa indignación público contra parcialidad árbitro, que además insultó e injurió al público Valladolid».
Publicidad
La 'autoridad' intervino, en efecto, para detener al colegiado Tomás Balaguer y ponerlo a disposición del gobernador civil tras una denuncia presentada por el Real Valladolid. Al árbitro se le impuso una multa de 200 pesetas al considerarle el causante de los incidentes pospartido. Porque, tanto los directivos y el delegado del Real Valladolid como los responsables de la propia Federación le habían explicado durante el descanso que no debía «sentir recelo» por las protestas de la grada ya que había efectivos de la fuerza pública suficientes para «garantizar el orden». «No obstante, el árbitro, al salir de la caseta, dijo que lo suspendería, y así lo hizo minutos después, sin causa justificada, ni haberse realizado ninguna coacción ni violencia para adoptar tal decisión, que fue la que originó los incidentes posteriores, durante los cuales la fuerza pública intervino oportunamente», reflejó El Norte en otra página.
El Real Valladolid solicitó la repetición del partido, pero no fue aceptada, y la Cultural se llevó el primer triunfo histórico en casa del Pucela por 0-2 en un encuentro de tan sólo 55 minutos de duración.
Noticia Patrocinada
Aquella fue la primera de las dos victorias leonesas en Valladolid. La Cultural se impuso también a domicilio en la temporada 1943-1944 por 0-1 en el Viejo Zorrilla.
Desde entonces, los ocho partidos entre Liga y Copa que ha jugado el Real Valladolid como local ante el cuadro leonés se han saldado con sendos triunfos pucelanos.
3€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión