¿Lamento eficaz o estéril derecho al pataleo?
La reciente cascada de quejas sobre los arbitrajes recibidos no se ha traducido en mejoras para los equipos agraviados. El Real Valladolid remitirá una queja formal
Juan Ángel Méndez
Martes, 16 de mayo 2023, 00:36
Los árbitros españoles se han ofendido y han lanzado un comunicado con la huelga como filo de la guillotina. Saben que el fútbol español ... vive con el calendario más ajustado que el interior de un vagón de metro en hora punta y buscan su minuto de gloria. Acusan a LaLiga de crear crispación y sienten vivir una «lamentable situación», como consecuencia de una «campaña perfectamente medida y organizada». No hablan los colegiados de los errores y disparidad de criterios que han convertido a la competición en una montaña rusa de decisiones inverosímiles que, en último caso, apedrean la supervivencia de los clubes, sobre todo de los que estiran el cuello como pueden para respirar al otro lado del fango.
Publicidad
El Real Valladolid lleva toda la temporada asumiendo 'errores humanos'. Al contrario que los árbitros, no ha levantado la voz y tampoco ha pintado el trampantojo con los colores de una hipotética campaña conspirativa organizada por las altas esferas para que el equipo vuelva a Segunda.
Si acudimos a los hechos objetivos, el Pucela ha perdido muchos puntos durante el presente curso por extrañas decisiones, tanto de VAR como de césped. El último error arbitral, este domingo ante el Sevilla, va a llevar al club a emitir una queja formal al comité.
Noticia Relacionada
El Real Valladolid estudia trasladar una queja formal
La historia del presente curso explica de forma contundente que las quejas solo sirven para el desahogo, poco más que el derecho al pataleo. El Cádiz fue uno de los primeros en lanzar su comunicado oficial tras el flagrante gazapo del VAR en su partido contra el Elche. Si lo del Valladolid contra el Sevilla fue de sobresaliente, las líneas que tiró Iglesias Villanueva desde la oficina en ese partido rozaron la matrícula de honor. Al conjunto andaluz le sirvió de poco. En el siguiente partido, el trencilla designado fue Hernández Hernández, que expulsó a Alejo y que en la temporada pasada dirigió la derrota del equipo amarillo en Mallorca, con dos penaltis inexistentes cocinados desde el VAR por Del Cerro Grande. Del Cerro Grande, por cierto, fue el encargado de impartir justicia a pie de campo en el mencionado Cádiz-Elche (1-1).
Publicidad
Las quejas suelen habitar en la zona de angustia de la tabla. La semana del 8 de abril resultó tortuosa para la conciencia de los árbitros. El Espanyol, con pie y medio en Segunda, sufrió a Munuera Montero a pie de campo y Martínez Munuera en el VAR. Una mano «inverosímil» (rezaba el comunicado) de Joselu anuló el tanto de Braithwaite contra el Ahletic. Tras la llamada de atención, siete días más tarde, el cuadro catalán recibió la designación de Hernández Hernández, con el que nunca ha ganado en Primera, para actuar en Sevilla contra el Betis. Perdió. Esa misma semana, el Sevilla también explotó después de un 2-2 contra el Celta. Pizarro Gómez expulsó a Gueye y Acuña. El cuadro hispalense lamentó ocupar la decimocuarta clasificación del listado de faltas cometidas y el número uno del escalafón de rojas recibidas. En esta ocasión, la súplica funcionó. La entidad andaluza venció 0-2 al Valencia en la siguiente jornada, con Del Cerro Grande y Estrada Fernández como jueces de campo y VAR.
Como si de un dominó se tratase, el triunfo del Sevilla desencadenó la ira de Javier Solís, director corporativo del Valencia: «El fútbol huele mal, es un auténtico robo», espetó tras la derrota. Las críticas se convirtieron en el preámbulo del triunfo ché en el campo del Elche. Poco que decir de ese partido, blanco y magro, dirigido por Cuadra Fernández y Medié Jiménez.
Publicidad
Aunque los ricos suelen estar en la orilla del que termina la batalla con la sonrisa abierta, Real Madrid, Barcelona y Atlético también lloran. Este año fue Gil Marín, dueño del club rojiblanco, el que cuestionó el sistema arbitral tras su eliminación copera frente al conjunto merengue. Martínez Munuera y González González al aparato. Que un grande levante la voz, cuando la balanza de errores y aciertos está claramente desequilibrada a su favor, representa un insulto a la inteligencia. En el historial de lamentos del presente curso, la realidad también da la razón a los clubes con mayor entidad. Mientras Cádiz, Espanyol, Real Valladolid, y otros que se parten la cara por una vida mejor, han continuado recibiendo la misma medicina arbitral, al Valencia y al Sevilla se les ha dado la vuelta la moneda. ¿Cuestión de suerte?
3€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión