Catatore sale de la puerta 4 del estadio José Zorrilla. César Minguela
La vista atrás

Cantatore, de incógnito en Valladolid

El técnico chileno estuvo quince días viendo y siguiendo al equipo sin que nadie descubriese su estancia

José Miguel Ortega

Valladolid

Viernes, 10 de noviembre 2023, 18:27

Después de la doble decepción de no haber podido fichar a Oswaldo Zubeldía y a Carlos Bilardo, el Real Valladolid redobló sus esfuerzos en la ... idea de contratar los servicios de un entrenador sudamericano que garantizase el salto de calidad que necesitaba el equipo después de haber conseguido el retorno a Primera División. Ramón Martínez, entonces secretario técnico del Pucela, logró contactar con Vicente Cantatore técnico chileno de origen argentino que se había convertido en uno de los entrenadores de moda del fútbol sudamericano, ya que había triunfado clamorosamente en el Cobreloa –campeón de Chile en 1980 y 1982 y finalista de la Copa Libertadores en 1981 y 1982– siendo después seleccionador de La Roja, el nombre con que era conocido el equipo nacional chileno, antes de que también fuera coloquialmente llamada así la selección española.

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Tras los contactos telefónicos, Cantatore y Ramón Martínez llegaron al acuerdo de que el técnico viajase a Valladolid para conocer de cerca al equipo y decidir después si aceptaba o no la propuesta que se le había presentado. Hospedado en el hotel Olid como un ciudadano anónimo –nada había trascendido de estas negociaciones a los medios informativos- estuvo presenciando los partidos R. Valladolid 3-Betis 1 (10-2-85), Osasuna 3-Real Valladolid 0 (17-2-85) y R. Valladolid 1-Real Sociedad 1 (20-2-85), además de uno de Segunda División entre el Castilla y el Bilbao Athletic por si alguno de los jugadores de estos equipos pudiera interesar como cedido.

Los partidos de casa los estuvo viendo desde la Tribuna B del estadio Zorrilla como un espectador más, mientras que a los de fuera viajó con Ramón Martínez y Santiago Llorente, siempre de riguroso incógnito ya que salvo los dos técnicos y el presidente Gonzalo Alonso, nadie más conocía los planes del Real Valladolid que, por cierto, se salvó del descenso en la última jornada de liga gracias al triunfo por 0-2 en el Sánchez Pizjuán frente al Sevilla.

Cantatore, junto a José María García, en su programa nocturno.

Aquel día, 21 de abril de 1985, Vicente Cantatore ya no estaba en España. Había regresado a Viña del Mar con el acuerdo de fichar por el Pucela si conseguía mantenerse en Primera División y llegaba algún refuerzo que garantizase no pasar los mismos apuros que hubo en aquella campaña 1984-85.

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Conseguida la permanencia, al día siguiente Ramón Martínez viajó a Chile con los contratos redactados, no fuera a ser que don Vicente se volviese atrás de la palabra empeñada, cosa que afortunadamente no ocurrió. Tres días después, el 29 de abril se hacía oficial la contratación de Vicente Cantatore como entrenador y de Luis Saavedra como preparador físico. Un bombazo mediático que fue posible gracias al sigilo con que se llevaron las negociaciones, incluida la estancia de riguroso incógnito de Cantatore como huésped del hotel Olid Meliá.

Eliminatoria de Copa

Antes de que concluyera la temporada oficial, el técnico chileno pudo presenciar la eliminatoria de la Copa de la Liga frente al Zaragoza y dos partidos de carácter amistoso contra el Talavera y el Palencia, en los que don Vicente pudo ver en acción a los chavales jóvenes que militaban en el filial o en el juvenil, uno de los cuales llamó especialmente su atención, Juan Carlos, a quien quiso tener con él en el primer equipo desde la pretemporada.

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Al impacto del fichaje de Cantatore se unió el de una gran estrella chilena, Jorge Aravena, apodado 'El cañón de América', además de la cesión de un joven central del Athlétic de Bilbao, Andrinua, que iba a rendir a un gran nivel la temporada que vistió de blanquivioleta.

Con estos mimbres y media docena de jóvenes talentos de la cantera: Torrecilla, Juan Carlos, Luis Miguel Gail, Minguela, Eusebio Sacristán y Jorge Alonso, el Real Valladolid cuajó una espléndida temporada que le permitió clasificarse en el puesto décimo, lejos de los agobios sufridos en la temporada anterior.

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El técnico se había granjeado el afecto de la afición y el respeto de la plantilla, de modo que el anuncio de la prolongación de su contrato antes de que concluyera la campaña fue una noticia muy bien recibida que no hacía sospechar el sorprendente giro de la situación tan solo unos meses más tarde.

El club había traspasado a elementos tan importantes como el Pato Yáñez, Aravena, García Navajas, Gail y Fonseca, además de perder también a Genar Andrinua, que regresó al Athletic, mientras que los fichajes para cubrir esas bajas no parecían estar al mismo nivel, por lo que después de la primera jornada del campeonato Vicente Cantatore presentó su dimisión en desacuerdo con la política del club.

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Dimisión y nueva etapa

A la larga aquella decisión traería otras consecuencias, como la renuncia de Gonzalo Alonso y la llegada a la presidencia de Miguel Ángel Pérez Herrán cuya primera decisión, seguramente influenciado por Ramón Martínez, fue la de recuperar al técnico chileno, que mejoraría el balance de su primera temporada clasificando al equipo en un brillante octavo lugar, como antesala de la gesta que iba a llegar en la siguiente campaña con el sexto en la Liga y la final de la Copa del Rey, con el premio añadido de regresar a Europa participando en la Recopa.

Pero como había ocurrido en otras épocas, el Real Valladolid no era un club en el que puedan durar mucho las alegrías, ya que Ramón Martínez fichó por el Barcelona y Cantatore se comprometió con el Sevilla para regresar después al fútbol argentino y chileno, hasta que a mediados de la temporada 1995-96, Marcos Fernández recuperó al técnico chileno en un intento desesperado por salir a flote.

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El entrenador-milagro no solo evitó el descenso, sino que al año siguiente terminó séptimo en la Liga y clasificó al equipo para disputar la Copa de la UEFA. El 30 de septiembre de 1997, el presidente interino Marcos Fernández Fermoselle tomó la bochornosa decisión de despedir al entrenador desde un programa de radio de ámbito nacional. Unos meses después fallecía su padre, Marcos Fernández Fernández, y Vicente Cantatore acudió al sepelio, poniendo de manifiesto su categoría humana.

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