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El campo de la Sociedad Taurina, inaugurado en 1917, fue el primer stadium, con vallas y gradas, del que dispuso el fútbol vallisoletano. Archivo J. M. Ortega
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Los campos donde nació el fútbol en Valladolid

El primer partido con jugadores locales tuvo lugar en el Campo Grande

José Miguel Ortega

Viernes, 13 de octubre 2023, 11:45

Aclaro cuanto antes que los seminaristas de los Colegios de Ingleses y Escoceses, aposentados desde hacía siglos en la ciudad, jugaron al 'foot-ball' mucho ... antes que los sportsman vallisoletanos, e incluso antes que los ingenieros de las minas de Riotinto y los marinos de los mercantes que atracaban en el puerto de Vigo.

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Al hablar de los campos donde nació el fútbol vallisoletano me refiero a los escenarios en los que los jugadores locales dieron las primeras patadas al balón ante la mirada sorprendida de los que también fueron los primeros espectadores de esta ciudad.

La Federación Gimnástica Española, que entre otros deportes también se ocupó de instruir a los jóvenes en las reglas y en la técnica del juego inventado por los británicos, se dirigió al ayuntamiento para solicitar la cesión de unos terrenos donde poder iniciar las lecciones, encontrándose con la respuesta de que el alcalde, Pablo Romero, ponía a disposición de don Ángel Sivelo, profesor de gimnasia del colegio de Lourdes y colaborador de la Federación Gimnástica, el llamado Paseo Alto de las Moreras, debidamente delimitado con una cerca de alambres y postes.

El día 8 de abril de 1901 tuvo lugar entre las 9 y las 12 de la mañana el primer ensayo general, que resultó multitudinario –80 aspirantes– y sirvió de selección para la presentación oficial del fútbol en esta ciudad, con jugadores y espectadores locales, el día 21 de septiembre, en plenas ferias.

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El Paseo Central del Campo Grande fue escenario, en 1901, del primer partido de fútbol disputado por 'equipiers' vallisoletanos y con numerosos espectadores que aplaudieron a los dos equipos contendientes. Foto: Colección Privada

Anunciado a bombo y platillo, el match de 'foot-ball' entre el equipo rojo y el azul se celebró en el Paseo Central del Campo Grande, a cuatro 'goals' y sin límite de tiempo, con una masiva concurrencia de público. Ganó el conjunto rojo que capitaneaba don Julio Alonso, el primer gran sportman local, adjudicándose la elegante columna de mármol coronada por la alegoría de la música donada por la Vizcondesa de Villandrando.

El C.D. Español se construyó un campo propio en el barrio de La Victoria, frente a la iglesia, que costó 56.000 pesetas

Tras el éxito que supuso la presentación en sociedad del fútbol, el nuevo deporte se propagó con celeridad por colegios, cuarteles y barrios con tímida pero progresiva repercusión mediática en periódicos y revistas. Gracias a ello ha sido posible trazar un plano de los campos en que el 'foot-ball' fue extendiéndose.

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La explanada de enfrente a la plaza de toros acogió los desafíos que a través de la prensa se lanzaban equipos que aparecían y desaparecían con la misma celeridad, siendo casi siempre los mismos jugadores los protagonistas, estudiantes vascos que estaban en la Universidad y jóvenes vallisoletanos pertenecientes a la burguesía local.

Unos meses después esos duelos futbolísticos se trasladaron más allá, a otra explanada que había en La Rubia cercana a los merenderos 'El Cielo' y 'Napoleón', adonde se podía llegar en tranvía por una perra gorda desde la plaza de Zorrilla. En aquel nuevo estadio al aire libre midieron sus fuerzas los primeros equipos más o menos preparados, como el C.D. Vasco, Atlant, la Academia de Caballería, el Colegio de Santiago, C.D. Cultura Física, Lourdes, Iberia y uno llamado Hispano-Suizo que solo funcionaba en verano y que fundaron los hermanos Mengotti –Arturo, Adolfo y Paco– portero, medio y delantero, respectivamente, que eran hijos del cónsul plenipotenciario de Suiza en España y que habían nacido todos ellos en la vallisoletana Casa Mantilla.

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Algunos de los desafíos tenían también como protagonista al equipo de Colegio de San Albano, o de los Ingleses, cuya fama había crecido a raíz de que en 1907 derrotaran por 4-3 nada menos que al Madrid, flamante campeón de la Copa de España. Enfrentarse a los seminaristas ingleses era un apetecible reto para el C.D. Vasco, la Academia de Caballería, el Regimiento de Artillería, el Atlant o la S.D. Española, que eran los conjuntos más potentes que entonces había en Valladolid.

Unas veces ganaban los locales y otras los ingleses, pero en cada partido con más público y crónicas de mayor extensión en las páginas de El Norte o el Diario Regional, los dos periódicos que se publicaban en la capital vallisoletana.

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Por entonces se fundó el Valladolid F.C. con ínfulas de hacerse un hueco en el cada vez más numeroso panorama del fútbol local y, sobre todo, con medios para no tener que andar discutiendo por utilizar el campo de La Rubia para entrenarse y jugar sus partidos. En 1917, tras haberlo construido sobre unos terrenos alquilados a la Sociedad Taurina al lado de la plaza de toros, se inauguraba el flamante primer estadio que tuvo la ciudad con un partido entre el Valladolid F.C. y la Academia de Caballería que, por entonces, ya se había convertido en el primer conjunto vallisoletano en tomar parte en la Copa de España.

El flamante campo tenía las dimensiones reglamentarias de 105x68 metros, vallado y con palcos en la preferencia, la localidad más cercana al vecino coso taurino. En 1921, cuando el Valladolid F.C. ya había desaparecido, fue la U.D. Luises quien alquiló el campo y comenzó a ejercer una supremacía en el fútbol local, hasta que dos años después hizo su aparición el C.D. Español con tantas o más aspiraciones deportivas y económicas, pues se construyó un campo propio en el barrio de La Victoria, frente a la iglesia, que le costó 56.000 pesetas.

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El fútbol, después de la hazaña de la selección española en la Olimpiada de Amberes 1920, ya era un fenómeno imparable y por estas latitudes crecía constantemente el número de equipos y, en menor medida, el de campos. La Ferroviaria, el mejor tras los dos gallitos, jugó en el de La Rubia antes de trasladarse a otro en Las Delicias, la J.O.C tenía el suyo a orillas del Pisuerga, enfrente del Matadero Municipal, el Canario disputaba sus partidos en el de la Ferro, junto al otro equipo representativo del barrio, el C.D. Delicias, mientras que los militares disponían de uno muy descuidado frente al cuartel de Farnesio.

Los colegios, Lourdes, San José y El Salvador utilizaban sus patios para la práctica del fútbol, mientras que la mayoría de los campos estaban compartidos por varios equipos, salvo los de los seminaristas ingleses y escoceses, que tenían fincas propias en Valladolid para su esparcimiento y, al llegar el verano, en Viana y Boecillo, en exclusiva.

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