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Álvaro Rubio habla con Anuar en un partido de esta temporada. A la derecha, debut de Anuar con el primer equipo del Real Valladolid en octubre 2014 tras suplir a Rubio sobre el césped en un partido de Copa ante el Girona. Carlos Gil-Roig/El Norte

Álvaro Rubio, Anuar y el final de una era en el Real Valladolid

El técnico resalta que el ceutí se ha ganado «el respeto de todos» y recuerda que compartía habitación con él en su etapa como jugador

Arturo Posada

Valladolid

Viernes, 16 de mayo 2025, 14:59

Hay una línea blanquivioleta que une a Álvaro Rubio y Anuar Mohamed Tuhami... y que llega a su fin.

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El ceutí debutó con el primer ... equipo del Real Valladolid tras suplir al ahora entrenador del Pucela en un partido en Copa el 15 de octubre de 2014 ante el Girona. Anuar jugó posteriormente junto a Álvaro Rubio en el estreno del canterano en Liga el 1 de mayo de 2016, en un choque contra el Lugo en Segunda División. Rubio había sido, tras su fichaje como futbolista al Real Valladolid en 2006, una referencia para el joven Anuar, que se fijó desde la base en las virtudes del riojano como mediocentro. En 2008, Anuar llegó a la cantera blanquivioleta y ahora, tras 160 partidos oficiales con el primer equipo y 94 con el Promesas se despedirá del club que lleva en su corazón. El Real Valladolid le entregará la Insignia de Oro de la entidad antes del partido de este domingo frente el Alavés (19 horas), penúltimo del calendario y última cita en Zorrilla.

«Para mí es especial. Coincidí con él y compartíamos habitación cuando él era muy jovencito y yo más veterano. Es alguien que se merece este homenaje y mucho más», comentó este viernes Álvaro Rubio, en la rueda de prensa previa al choque frente al cuadro vitoriano. «Lleva mucho tiempo aquí y siempre ha demostrado lucha, entrega y compromiso con este club. Tiene mucha identidad de lo que es el Real Valladolid. Se ha ganado el respeto y la admiración de todos, siendo un jugador callado. Para él, lo fundamental siempre ha sido el trabajo. Estamos muy contentos de rendirle esa despedida por todo lo alto que se merece», añadió el entrenador blanquivioleta, también una referencia como futbolista del Pucela..

El componente emocional de la despedida de Anuar ante el público de Zorrilla tendría que servir como un aliciente extra para cerrar con el mejor broche posible en casa la peor temporada del Pucela en Primera. El récord negativo de derrotas seguidas sigue creciendo: ya son diez fiascos encadenados y ni siquiera la falta de presión tras consumarse el descenso a Segunda ha llevado a que el Real Valladolid encuentre el camino de los triunfos. El próximo objetivo pasa por ganar a un Alavés que roza la permanencia, pero que debe ganar (o que el Leganés no gane) para certificar su salvación.

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«Sí, ese es nuestro objetivo y máxima intención. Sé que no va a arreglar nada, pero para nosotros es importante acabar en casa con una victoria. Llevamos tiempo intentándolo y los chicos lo están dando todo para que suceda, pero por una cosa o por otra al final no acabamos de conseguirlo. Ojalá podamos brindar a la afición esa victoria que tanto se merece tras todo lo vivido esta temporada», apuntó Rubio.

El entrenador tiene que lidiar con un grado máximo de frustración en el vestuario. El hecho de que el descenso se concretase a falta de cinco jornadas para el final dejó al equipo sin objetivos clasificatorios. Álvaro Rubio ha logrado que el Real Valladolid muestre cierto grado de intensidad en los últimos encuentros, pero el triunfo ha resultado esquivo por los graves errores defensivos. «El equipo está respondiendo y la victoria no llega por errores y por circunstancias del juego. No quiero hablar de suerte. Lo buscamos, pero no nos llega. Es frustrante para todos. Si hubiésemos tenido un resultado positivo antes, veríamos todo de otra manera. Porque yo mando un mensaje de intensidad, de ir a por los partidos, pero sin un resultado positivo, ese mensaje se va diluyendo. La motivación es complicada, pero tenemos mucha energía para ofrecer una victoria a la afición en casa y saldremos con esa idea».

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El Real Valladolid puede jugar con las ansiedades del Alavés, aunque los vitorianos se salvarán matemáticamente si el Leganés pierde esta jornada y virtualmente si los pepineros empatan, independientemente de lo que suceda en Zorrilla. «Tendrán la necesidad de puntuar y puede que les entre la ansiedad. Sin embargo, el otro día no vi que la acusaran en el último partido que jugaron. El Alavés es un equipo muy intenso, muy duro, que defiende muy bien y tiene las cosas claras. No noté que tuvieran ansiedad, pero cada partido es diferente y, con menos jornadas, todo se va apurando más. Veremos si podemos jugar con esa presión que puedan tener y aprovechar las oportunidades que se presenten», recalcó Rubio.

El entrenador del Real Valladolid no especificó si mantendrá el dibujo con tres centrales que puso en liza la pasada jornada frente al Girona. «A veces hemos salido con tres centrales, otras con dos y laterales, o con carriles. Son alternativas que tenemos gracias a los diferentes perfiles de jugadores y las utilizamos dependiendo del plan de partido y al rival que nos enfrentamos», detalló.

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La baja de Chuki por lesión priva a Álvaro Rubio de «una pieza importante en ese esquema o estructura», pero confía en «otros jugadores que también lo pueden hacer igual de bien». El técnico blanquivioleta no podrá contar con Joseph Aidoo, que evoluciona favorablemente, pero al que prácticamente descartó para el partido ante el Alavés. «También estamos pendientes de Juric, que tiene un problema en la espalda que no le ha dejado entrenarse con el grupo. Veremos mañana, pero probablemente resulte difícil que esté disponible».

El entrenador riojano volvió a contestar cuestiones sobre cómo afronta personalmente una situación tan dura como la vivida en esta campaña en el Real Valladolid, con el equipo en caída libre desde hace meses. «Estoy bien, aunque sufriendo porque no me gusta ver así al club. Yo me siento orgulloso de estar aquí. Estoy trabajando todo lo que puedo: no me dan las horas del día para trabajar más. Estoy tranquilo, pero con el sufrimiento de que me hubiera gustado que todo saliera mejor. Intento estar con la cabeza alta porque quiero hacerlo lo mejor posible, aunque no he dado con la tecla. Estoy con energía para llegar al final y dejar al club en la mejor situación posible».

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