Barruelo de Santullán, donde se respira alegría, fraternidad, vecindad y paz
La localidad tiene programados actos en la Semana Cultural y visitas a su patrimonio
«Barruelo de Santullán es un pueblo lleno de vida en época estival», describe Cristian Delgado, su alcalde. Él mismo refiere que «el aumento de población es por cinco, por lo que pasamos de tener 1.200 habitantes, a picos, a lo largo del verano, de cerca de 7.000. Esto origina que al aumento poblacional conlleve más actividad en todos los sentidos. Desde hace años, a las actividades propias de los festejos patronales, la apertura de la piscina municipal, entre otras, se suman las derivadas del Verano Cultural que pusimos en marcha en el año 2020».
Lo que se pretende es que todas las edades y públicos dispongan de distintas actividades durante julio y agosto. Desde el Ayuntamiento de Barruelo de Santullán se hace un esfuerzo para que el deporte, la música, las actividades lúdicas y demás, sean una constante. A todo esto se suma la amplia oferta que ofrecen los establecimientos hosteleros y comerciales.
No se puede obviar que los recursos endógenos y los vestigios industriales son un atractivo más, ya no solo en época estival sino a lo largo de todo el año. Pero tampoco se puede olvidar que Barruelo de Santullán está compuesto por varios pueblos: Revilla de Santullán, Villabellaco, Cillamayor, Porquera de Santullán, Matabuena, Verbios, Bustillo de Santullán, Villanueva de la Torre, Nava de Santullán y Santa María de Nava, ofrecen un sinfín de atractivos donde poder disfrutar de un verano único.
La Escuela de Verano y la Escuela de Fútbol son dos de los clásicos estivales, donde los pequeños tienen la oportunidad de conocer el entorno, a la vez que disfrutan de diferentes actividades.
Pero, en definitiva, desde el Ayuntamiento aseguran que «el mayor atractivo de Barruelo de Santullán en verano es el reencuentro de las gentes». Muchos acuden a disfrutar de sus familiares, amigos, y de su pueblo, tras un año cargado de estrés y vicisitudes en sus lugares de residencia. En Barruelo de Santullán en verano se respira alegría, fraternidad, vecindad, y sobre todo, el remanso de paz que da vivir en un paraíso ideal.
Qué hacer
El Centro de Interpretación de la Minería se compone de un Museo Minero, una Mina Visitable y un Centro Cultural. El Museo Minero está ubicado el edificio de las antiguas Escuelas Nacionales, situado en la parte alta de Barruelo, desde donde puede verse el funcionamiento de la zona industrial de Unión Minera del Norte, además de una excelente panorámica de la localidad. El lugar cuenta con más de 600 m2 de exposiciones divididas en tres plantas y nueve salas. Relata la historia del carbón desde su formación hasta su utilización por el hombre. La Mina Visitable está localizada a un kilómetro y medio del centro de la localidad, en un paraje conocido El Alto Tomillo. Dispone de un espacioso aparcamiento.
Otra propuesta interesante es el Museo Herminio Revilla que rinde homenaje al hombre que le da nombre, oriundo de Villabellaco, donde se halla el museo. El movimiento, la electromecánica y la electrónica, la radio y la TV conformaron lo que fue su vida laboral, de ahí la colección de maquetas y automatismos que exhibe en su museo, en el que él mismo hace de guía. Después llegó el arte. Con la madera, como materia fundamental, ofrece una visión particular del entorno, de sus gentes, de sus usos y costumbres, en definitiva, un viaje por el pasado, el presente y el futuro de la Montaña Palentina.
En Revilla de Santullán se encuentra la típica iglesia de concejo con una sola nave y espadaña. Es uno de los rincones más admirables del románico palentino. Fue construida en 1175 por canteros pertenecientes a los Monasterios de Santa María la Real y San Andrés del Arroyo. Destacan su portada y su arco triunfal. En la entrada de la Iglesia se encuentra un panel recubierto por pinturas murales, posee ricas imágenes y una pila bautismal poligonal románica de 16 lados.
Ruta a pie y en bicicleta
Barruelo goza de unos alrededores dignos de disfrutar. Su orografía montañosa, sus bosques de roble y haya, y las vistas que ofrece desde los altos hacen de esta zona un lugar con múltiples posibilidades para la práctica de deportes como el senderismo o la bicicleta de montaña. Así, en la Senda de la Pedrosa, entre Barruelo de Santullán y Brañosera, se encuentra un paraje natural denominado La Pedrosa (Coto Pedroso). La atraviesa el río Rubagón que forma a su paso saltos de agua y pozos, como los Pilones o el Calizón. Todo el bosque de La Pedrosa está poblado de robles centenarios, hayas, avellanos, abedules, sauces y especies tan originales como el mostajo, el tejo, el quejigo o el enebro. Además, existe una gran variedad de arbustos que producen moras, endrinos, fresas silvestres. Durante el recorrido de la senda se pueden encontrar animales domésticos, tales como la vaca o el caballo, y con especies salvajes como el corzo o el gato montés. Entre las aves más comunes están las golondrinas y gorriones, además de cigüeñas, águilas reales y buitres leonados.
La mata del Fraile y el Calero de Brañosera. Una pista de unos cuatro kilómetros conduce hasta el Calero de Brañosera, a través de un bosque poblado de robles centenarios, hayas, majuelos, quejigos y otras muchas especies de árboles, además de gran variedad de frutos silvestres, como moras, andrinos y ráspanos. En el primer tramo de subida se pueden divisar unas excelentes panorámicas de Barruelo de Santullán. Durante el recorrido se pueden ver gran variedad de animales como corzos, jabalíes o ciervos. También aves como arrendajos, petirrojos, mirlos, entre otros. La duración aproximada de este trazado es de cuatro horas caminando sin prisas. Esta ruta, además, puede hacerse también en bicicleta.
